El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, elegido primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), calificó de histórico el 8vo Congreso, que culmina este lunes luego de tres sesiones de amplio debate y análisis de los principales temas en la vida socioeconómica del país.
La generación del centenario del Apóstol −destacó el dirigente− puede declarar hoy con orgullo que la Revolución está viva, “actuante y firme en medio del vendaval más desigual e injusto después del derrumbe del sistema socialista. Y puede decir, además, que la Revolución no termina con ellos, porque fue capaz de formar nuevas generaciones con el ideal de justicia social.
“Lo que recibimos hoy no son cargos y tareas; no es solo la conducción de un país. Lo que tenemos delante es una obra heroica descomunal, es el osado alzamiento de Céspedes, es la misma intransigencia de Maceo, el empuje libertario de los cimarrones, es la luz de Martí”, dijo Díaz-Canel tras ser elegido primer secretario del Comité Central del Partido.
Ante los delegados reunidos en el Palacio de Convenciones, afirmó que también tenemos ante nosotros “la entrega absoluta de la generación del centenario, el liderazgo universal del Che, el liderazgo profundo de Fidel y la continuidad y ejemplaridad de Raúl”.
Igualmente, “las brigadas médicas, la batalla por Elián González, los Cinco, la ELAM, la operación milagro, el ALBA, el contingente Henry Reeve, la medicina, las universidades y el deporte de alto rendimiento”.
“Lo que nos une es tanto, que la lista siempre estará incompleta, lo que nos puede dar idea del gran monumento construido por este pueblo en más de 150 años de lucha. Esa historia se puede resumir en dos palabras: pueblo y unidad, que quiere decir Partido”.
Añadió que “el Partido Comunista de Cuba, que nunca ha sido un partido electoral, nació de la unidad de todas las fuerzas políticas. Hoy decimos ‘Somos Cuba’, ‘Cuba Viva’, y suena sencillo, pero ¡qué difícil ha sido alcanzar la plena soberanía en medio del cerco económico!
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
“La generación histórica trabajó siempre en la formación de las nuevas generaciones y ha facilitado el traspaso generacional. Gracias a esa labor de años, hoy se verifica aquí un hito como el Congreso.
“El principal abanderado de ese proceso ha sido el General de Ejército Raúl Castro Ruz. Cuando asumí como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, quise expresar en mi discurso el agradecimiento al frente de la Revolución.
“El General de Ejército estará siempre presente, combatiendo con energía, aportando ideas y propósitos a la causa revolucionaria a través de sus consejos y orientación y su alerta ante cualquier error o deficiencia. El General de Ejército continuará siempre presente, porque es un referente para cualquier comunista y revolucionario cubano. Raúl, como cariñosamente le llama su pueblo, es el mejor discípulo de Fidel, que, como él, ha aportado grandes valores a la ética revolucionaria y a la labor partidista.
“La obra emprendida bajo su liderazgo en los últimos 10 años es colosal. Su legado de resistencia ante las amenazas y agresiones, y la búsqueda del perfeccionamiento de nuestra sociedad, es paradigmática. Asumió la dirección del país en una difícil situación económica; En su dimensión de estadista, forjando consenso, ha encabezado, impulsado y estimulado profundos y necesarios cambios como parte del proceso de perfeccionamiento y actualización del modelo económico y social cubano.
“Raúl fue capaz de renegociar una enorme deuda, defendiendo con honestidad y respeto la palabra empeñada y el principio de que la nación honrará sus compromisos con los acreedores. Con su sabiduría supo conducir los debates para la actualización de una ley migratoria, Impulsó transformaciones en el sector agropecuario, promovió sin prejuicios la ampliación del sector no estatal, la aprobación de una nueva ley de inversión extranjera, la creación de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, y diversas medidas para el fortalecimiento de la empresa estatal, el programa de informatización.
“Con paciencia e inteligencia, Raúl logró la liberación de nuestros Cinco Héroes, cumpliéndose así la promesa de que volverían. También impulsó con su estilo las relaciones exteriores. Con firmeza, dignidad y temple, dirigió personalmente el proceso de conversaciones que tuvieron como cierre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos”, destacó Díaz-Canel.
Las cualidades de Raúl como estadista −continuó−, también lo caracterizaron en el impulso a la unidad latinoamericana durante la presidencia de la Celac. Su legado más importante, la defensa de la unidad bajo la diversidad, condujo a la declaración de América Latina como zona de paz. Raúl ha defendido como nadie los derechos de los países caribeños. Con orgullo, los cubanos escuchamos su voz emocionada en la Cumbre de las Américas, donde demostró la importancia de la historia. Sus aportes a la Revolución son trascendentes.
“El Raúl que conocemos, respetamos, admiramos y queremos, debutó en la política como el abanderado de un grupo de universitarios que en abril de 1952 enterraron simbólicamente la Constitución del 40. Participó años más tarde en la Marcha de las Antorchas, participó en la lucha contra la tiranía de Batista, desembarcó en el Granma, se reencontró con Fidel en Cinco Palmas y emprendió la batalla en la Sierra Maestra. Por méritos y valores, fue ascendido a comandante y de ejemplar manera fundó el Segundo Frente Oriental.
“Es, también, el dirigente político que promovió el debate para el perfeccionamiento de la labor partidista, exigiendo siempre un vínculo con el pueblo y tener el oído pegado a la tierra. A él debemos frases como que ‘los frijoles son tan importantes como los cañones’ y el emblemático ‘si se pudo, sí se puede y sí se podrá’, que levantó los ánimos nacionales en los momentos más oscuros del Periodo especial.
“Dirigió durante casi medio siglo el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuyo aporte a la independencia de Namibia y Angola y para la derrota del apartheid fueron decisivas.
“Al mismo tiempo, permitió que se alcanzaran resultados decisivos en la preparación del país para la defensa y la concepción estratégica de la guerra de todo el pueblo y se desarrollaran experiencias que luego le sirvieron al país en el sistema empresarial, con valiosos conceptos de administración, la sostenibilidad, la eficiencia y el control del cual nació el sistema empresarial de las FAR.
“El Raúl guerrillero alcanzó una alta sensibilidad en los temas medioambientales, que más tarde marcaría su empeño en promover el programa nacional de trasvases y la Tarea Vida”, afirmó el presidente cubano.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
“Este Congreso, con su amplio y rico debate, defendiendo la visión de continuidad, ha aportado ideas, conceptos y directrices que trazan la guía para avanzar al siguiente. Pero es necesario conocer sobre el complejo escenario nacional e internacional, conscientes que el mundo cambió de un modo dramático, y hay demasiadas puertas cerradas para las naciones con menos recursos y mucho más para quienes nos empeñamos en ser soberanos”.
Señaló que “la alta diversidad, complejidad de los medios de comunicación actuales, de las herramientas tecnológicas que sustentan las herramientas de las redes digitales y de los recursos empleados en la generación de contenidos, permiten a grupos poderosos, fundamentalmente desde los países desarrollados, convertir en patrones universales ideas, gustos, emociones y corrientes ideológicas muchas veces completamente ajenas al contexto que impactan.
“Para estos hechiceros de la comunicación, la verdad no es solo negociable, sino, peor aún, prescindible. A través de matrices, mentiras, manipulaciones e infamias de todo tipo, contribuyen a promover la inestabilidad política en el intento de derrocar Gobiernos allí donde no se ha logrado derrocar la voluntad de una nación libre e independiente. Ningún pueblo está libre de la mentira y la calumnia en la era de la posverdad. Es una realidad que Cuba enfrenta todos los días, mientras persiste en su empeño de construir una sociedad más justa, soberana y socialista”.
Díaz-Canel apuntó que en el informe central del Congreso se expusieron con franqueza varios de los desafíos específicos que enfrenta nuestro país; en particular, los asociados a los intentos de dominación y hegemonía de nuestros pueblos por el Gobierno estadounidense y el brutal bloqueo cuyo alcance extraterritorial nos impacta en casi todos los frentes y que en los últimos cuatro años se elevó a niveles cualitativamente superiores.
“Nadie con un mínimo de honestidad y conocimiento económico puede desconocer que ese cerco constituye el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país y para avanzar hacia la prosperidad y el bienestar”, subrayó.
“Al ratificar esta verdad, no se intenta justificar la ineficiencia de nuestra propia realidad, sobre lo que hemos abundado bastante. Se trata de responder a los que, con cinismo, difunden la idea de que el bloqueo no existe.
“El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba por más de 60 años, arreciado en los periodos de mayor crisis para que el hambre y la miseria provoquen un estallido social que socave la legitimidad de la Revolución, es la más larga afrenta sostenida en el tiempo contra los derechos humanos de un pueblo, y constituye, por sus efectos, un crimen de lesa humanidad.
“Esta transgresión histórica permanece indeleble en la memoria de los cubanos y las cubanas que hemos sentido en carne propia el ensañamiento desproporcionado de un enemigo muchas veces superior, que no acepta la construcción en sus narices de una alternativa de sociedad más justa y equitativa.
“Hay que decirlo una y otra vez, sin temor a repetirlo: primero deben cansarse ellos de tan largo como inútil crimen. Nuestro reclamo a que se le ponga fin es y será sin tregua una lucha incesante mientras permanezca esta política despiadada y genocida. Sabemos que contamos con el apoyo de la comunidad internacional y la mayoría de los cubanos en el exterior”, recalcó.
Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (CCPCC), durante su intervención en el cierre del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
Recordó que hasta el día de hoy, permanecen intocables las 242 medidas aplicadas por la Administración de Donald Trump, a las que se suman las acciones resultantes de la reinclusión de cuba a una lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Ningún funcionario estadounidense puede afirmar, sin faltar a la verdad, que Cuba patrocina el terrorismo. Somos un país victima del terrorismo patrocinado, financiado y ejecutado, en la mayoría de los casos, desde Estados Unidos”
Al mismo tiempo −añadió el presidente cubano−, “continúan las campañas de subversión e intoxicación ideológica promovidas por agencias y entidades de Estados Unidos, dirigidas a desprestigiar a Cuba, a calumniar la Revolución, a fomentar el desánimo, la desidia, la inconformidad, exacerbando las contradicciones internas”.
Esas acciones −denunció−, “están destinadas a aprovecharse de las necesidades de nuestro pueblo, como consecuencia del efecto de la crisis económica, de la crisis global, la pandemia y del reforzamiento del bloqueo.
“Se dice que Cuba no es una prioridad para Estados Unidos, y como nación soberana, no tendríamos que serlo. Valdría la pena cuestionarse por qué existen legislaciones como la Ley Torricelli o la Ley Helms-Burton, por solo mencionar dos ejemplos, cuyo propósito es agredir y controlar el destino de Cuba desde la coacción a terceros que establezcan o pretendan establecer vínculos comerciales o de cooperación; por qué dedican cientos de millones de dólares para tratar de subvertir el orden interno cubano; qué justifica una guerra económica cruel e incesante contra la mayor de las Antillas.
“Nuestra aspiración es vivir en paz y relacionarnos con nuestro vecino del norte como lo hacemos con el resto de la comunidad internacional, sobre bases de igualdad y respeto mutuo, sin injerencias de ninguna índole. Es la posición del Partido y del Estado, la voluntad de nuestro pueblo.
“Resulta llamativo que el Gobierno de Estados Unidos declare como prioridades de la política exterior la lucha contra el cambio climático, el enfrentamiento a las amenazas de salud como la pandemia de COVID-19, la promoción de los derechos humanos y los temas migratorios, y es algo que contrasta con la conducta de ese país, y su trayectoria histórica tanto en política interna como externa.
“Paradójicamente, esas cuatro cuestiones constituyen áreas en las que el interés de ambos pueblos y el beneficio mutuo multiplicarían las posibilidades de cooperación bilateral si verdaderamente se buscan soluciones a problemas tan complejos con honestidad y ánimo de alcanzar resultados.
“En estos tiempos de incertidumbre económica, de incertidumbre mundial y enormes desafíos medioambientales, bajo el embate de una pandemia que ha reconfigurado las dinámicas del mundo, la labor partidista estará concentrada en la defensa de la Revolución”, afirmó Díaz-Canel.
El Partido −agregó− conduce la política exterior que descansa en la noción de que un mundo mejor es posible y que para alcanzarlo se necesita el concurso de muchos.
Concluye el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
“Expresamos nuestra voluntad de desarrollar relaciones de amistad y de cooperación con cualquier país del mundo. Nos satisface practicar la solidaridad internacionalista aun con países cuya ideología gubernamental no compartimos”, aseguró.
“Ha sido muy difícil resistir y enfrentar la actual situación que ralentiza nuestros pasos hacia la prosperidad deseada. No hemos dejado de atender las necesidades y demandas de nuestro pueblo, argumentando cada decisión y convocando y emprendiendo acciones y medidas complejas, pero lo cierto es que no siempre se ha logrado comprensión y éxito.
“Lo digo sin quejas, en una revolución auténtica, la victoria es el aprendizaje. No marchamos sobre una ruta probada, estamos desafiados a innovar constantemente, cambiando todo lo que deba ser cambiado sin renunciar a nuestros más dignos principios, sin apartarnos jamás del concepto de revolución que nos legó el líder invicto de esta proeza.
“El General de Ejército citaba en el informe central las aportadoras experiencias de China y de Vietnam, con progresos innegables en la economía y el nivel de vida de sus poblaciones. Ambos procesos, que confirman las potencialidades de la planificación socialista, sufrieron más de una corrección en el camino, aunque el bloqueo a sus economías duró menos tiempo.
“El trabajo del Partido en las circunstancias actuales ha sido y seguirá siendo fundamental. No es posible imaginar este momento sin la labor de la vanguardia política, pero nuestra organización está urgida de cambios más acordes con nuestra época y sus desafíos.
“El Partido Comunista de Cuba continuará en la defensa de nuestras esencias, la independencia, la soberanía, la democracia socialista, la paz, la eficiencia económica, la seguridad y las conquistas económicas y sociales del socialismo.
“A ello sumamos la prosperidad que abarque desde la alimentación hasta la recreación, y que incluya el conocimiento científico. Vale la pena defender el socialismo, porque es la defensa de un mundo más justo, la posibilidad de defender un espacio donde caben todos, como en ningún otro sistema.
“La fuerza principal para lograr estos propósitos es la unidad, los sueños, las preocupaciones, pero también las angustias ante peligros comunes. Defenderemos esa unidad sin dar lugar a prejuicios que dividen injustamente a las personas”, dijo.
Un elemento indispensable para sostener esa unidad desde el Partido −apuntó− es la ejemplaridad, “lo que exige de cada militante una actitud pública que desde la capacidad, la entrega y los resultados revierta admiración y respeto en un pueblo con aguda percepción, capaz de reconocer el falso compromiso y la doble moral.
“La continuidad generacional es parte fundamental de esa unidad. Es preciso hablar y compartir realizaciones con nuestros jóvenes como las más importantes personas y distinguirlos como agentes de las transformaciones en marcha. En ellos está la fuerza, la disposición, la sinceridad para cualquier emprendimiento revolucionario que la situación demande. Ejemplo de ello es lo vivido durante la pandemia.
“Hoy le corresponde al Partido consolidar la autoridad ganada por los méritos de la generación histórica y preservar el liderazgo y autoridad moral. Para lograr esos objetivos, resulta indispensable fortalecer las dinámicas del partido y la proactividad de la militancia ante los problemas más acuciantes que afronta la sociedad, con la premisa de que bajo el Partido único, debemos ser cada vez más democráticos, más atractivos, más cercanos al pueblo en su conjunto y no solo en su entorno inmediato.
“Quisiera apuntar algunos aspectos sobre fortalecer la vida interna del Partido para funcionar verdaderamente como una vanguardia y liderazgo, capaces de proyectarse en su ámbito con auténtica preocupación por el funcionamiento de la sociedad y con poder de convocatoria y movilización que derrote cualquier plan de los enemigos de la Revolución cubana que intente provocar un estallido social.
“No son tiempos de boletines impresos o tiempos de espera de coordinación y análisis para promover debates en los núcleos La dinámica de este tiempo nos obliga a buscar dinámicas más ágiles, breves y novedosas de comunicar orientaciones. La principal premisa es no mentir jamás ni violar principios éticos.
“La verdad, clara y oportunamente expresada, es inseparable del deber permanente de ser y dar el ejemplo. Un pueblo como el nuestro solo reconocerá en la vanguardia a quienes sepamos actuar como fieles revolucionarios. Lo más revolucionario dentro de la Revolución es y debe ser siempre el Partido.
“Vemos y sentimos a nuestros intelectuales y artistas, educadores, médicos, periodistas, científicos, creadores, deportistas, y también a los profesionales y técnicos que militan en el Partido y la Juventud como el motor que revoluciona la Revolución.
Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (CCPCC), durante el cierre del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
“Debemos aprender a apreciar la diversidad del bosque, de sus árboles en fila y en cuadro apretado cuando la Revolución lo precisa. La unidad tiene que prevalecer, sin olvidar jamás que tiene que ver el bosque y los árboles.
“No podemos dejarnos vencer por el peso de las dificultades. Es necesario darle una nueva vitalidad a la movilización popular, cuyas iniciativas nos fortalecen. La rutina ha minado muchos de nuestros procesos y apremia sacudirse las inercias sobre temas de prioridad que requieren acciones y con la participación de los cuadros en la vida nacional. Debemos hacer que el crecimiento de las filas del Partido sea un proceso que suscite interés genuino con repercusión social, generar métodos de trabajo atractivos”, continuó diciendo el primer secretario de la organización.
“Es nuestra misión ser abanderados en la pelea contra la corrupción, el abuso de poder, el favoritismo y la doble moral. Que nuestro comportamiento en el trabajo, ante la sociedad, la familia y el círculo de amistades sea coherente con los valores que defendemos.
“Soy un convencido de que debemos tener como pilares de nuestra labor la informatización de todos los procesos al interior de la organización, el apoyo de la ciencia y la innovación para el abordaje y solución de los temas más complejos, así como el desarrollo creativo de la comunicación social.
“Ese es el camino para alcanzar una sociedad socialista basada en el conocimiento, una sociedad cada vez más cimentada en el conocimiento.
“Hay muchas tareas por delante que necesitan de una actividad activa y proactiva de la militancia en función de movilizar las energías de un país para alcanzar los objetivos de desarrollo, particularmente la seguridad y soberanía alimentaria, el desarrollo industrial y el problema energético, pero también, y en primer lugar, la preparación para la defensa.
“Continuaremos trabajando en la implementación de la Constitución y en la búsqueda de equidad y justicia social y el ejercicio pleno de los derechos humanos para alcanzar un socialismo próspero, democrático y sostenible. El éxito de esos propósitos depende de la capacidad para dialogar con nuestra población, entusiasmar y reconstruir valores que den mayor sentido y trascendencia del compromiso social.
“Esa imprescindible conexión con las demandas del pueblo a través de la participación traza una de las tareas fundamentales de la labor partidista en estos tiempos: la comunicación social, insuficientemente comprendida bajo el erróneo criterio de que es un asunto secundario frente a las urgencias económicas y políticas, como si esas urgencias no fueran en algunos casos por subestimar el papel de la comunicación social”, subrayó Díaz-Canel.
El espacio de la organización de base y el resto de las estructuras partidistas y en su relación con las estructuras del Estado −agregó−, “debe ser convocante. despojado de formalismos y orientaciones superiores. Debemos lograr entre militantes y no militantes comprometidos con el bienestar de Cuba la búsqueda de soluciones eficaces, que en la práctica aporten desde la base el entendimiento de nuestra realidad. Se trata de supervivencia, decoro, y de preservar las conquistas alcanzadas.
“La Revolución ha dado sentido a términos que no debemos abandonar en nuestra voluntad de enfrentar el contexto. Defendamos la constancia, el prestigio, la decencia, los derechos, la eficiencia, la cultura del detalle, la virtud, la honra y la verdad en todo lo que nos proponemos y hacemos.
“Debemos avanzar en la recuperación de los valores éticos y morales que nos han traído hasta aquí”, afirmó.
“El vecino del norte y sus acólitos vendepatrias y anexionistas se empeñan en construir lo mas perversos planes para atacar la Revolución. Apretando las clavijas del cerco económico, se quiere construir la matriz de una Revolución rígida, detenida, lenta, que no tiene nada nuevo que ofrecer.
“Tratan de robarnos temas, palabras y frases para destruir sentimientos y paradigmas. El dinero corre a raudales para destruir la Revolución. No somos una revolución débil”, recalcó el presidente cubano.
Recordó que los grandes medios y las plataformas sociales digitales funcionan como plataformas efectivas para la manipulación y la mentira. “Detrás de cada ser que duda y comparta una noticia falsa, ellos se anotan una pequeña victoria.
“Ya no hablamos de la colonización desde la cultura; hablamos de la guerra desde la derecha más ultraconservadora que apela a todo para destruir cualquier proyecto de izquierda, son sociópatas siempre disponibles, no atacan solo al sistema político de la gente sino lo que nos conecta como especie. No podemos desconocer que los enemigos de la Revolución aplican la guerra no convencional contra Cuba. La Revolución cubana no será entregada ni calumniada por aquellos que pretenden jugar con la suerte de la patria”.
En ese escenario, “la virtud estará en saber cerrar filas en la defensa de la patria que nos confiaron los que nos han precedido. Ni en la peor de las circunstancias los militantes pueden ser espectadores pasivos, o que el compañero de fila se enfrente en solitario a los provocadores. A la Revolución la defienden los revolucionarios”, sentenció.
“Hay que sentir orgullo por pertenecer a las filas del Partido y entender la militancia como un acto de consagración a los ideales que la organización defiende, con pasión, con alegría y responsabilidad. Es hora de entender y usar todos los recursos de la comunicación social, particularmente el trabajo en redes, para tratar los temas que estremecen a la sociedad, para intercambiar y dar respuesta oportuna, para favorecer la participación y la transparencia. Debemos aprovechar todos los espacios de la comunicación social para dar nuestra batalla como revolucionarios”.
Concluye el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
El presidente cubano prosiguió su discurso ante los delegados al Congreso del Partido llamando a ejercer “una militancia partidista y revolucionaria que sea activa contra las conductas racistas y discriminatorias y en defensa de la mujer cubana”.
Reconoció que el quinquenio que evalúa este congreso “no muestra buenos resultados económicos. “Demuestra ineficiencias e ineficacias del sistema empresarial y del sector presupuestado, se presentan problemas estructurales que afectan su desenvolvimiento, el exceso de gastos que no resultan imprescindibles y la falta de recursos materiales y financieros, trabas innecesarias y el burocratismo… Son elementos que lastran nuestra economía y cuya eliminación depende de nosotros.
“Hemos transitado durante este periodo por dificultades de diversa índole, pero la economía ha demostrado potencialidades y resistencia, posibilitando preservar las conquistas sociales sin renunciar a nuestro desarrollo, así como al apoyo solidario a otros pueblos.
“Cuba ha dado una lección de cómo la voluntad política, la vocación de Gobierno, las políticas públicas que ponen en el centro al ser humano, los diálogos entre los principales decisores y los científicos y la participación del pueblo pueden, con relativo éxito, enfrentar un problema complejo como el de la pandemia.
“Debemos, con nuestros propios esfuerzos y reconociendo que el camino está en nosotros, isla dentro, con la menor dependencia extranjera posible, satisfacer la producción de alimentos, lograr mejor aprovechamiento de las fuentes renovables de energía, aprovechar las oportunidades turísticas.
“Hay conceptos básicos en cualquier tipo de economía que debemos entronizar, como el ahorro y la economía circular. Se impone también desterrar la mentalidad importadora. Para superar la crisis, hay que dinamizar la actualización del modelo de desarrollo con la participación de todos los actores económicos, desde la empresa estatal, las MiPyMe y las cooperativas”, consideró.
Al abordar un tema de actualidad de la economía cubana, dijo que “la Tarea Ordenamiento, no siempre bien comprendida, incluso por quienes tienen la responsabilidad de ejecutarla, demandará en lo inmediato mucho trabajo político como la gran complejidad que es. Se ha cuestionado bastante si era el momento para ponerla en práctica, en medio de la pandemia y el oportunista recrudecimiento del bloqueo. La respuesta es una sola: no podíamos seguir postergando esta transformación, orientada a estimular el desarrollo y la participación articulada de todos los actores económicos.
“Es honesto reconocer que la Tarea Ordenamiento ha tenido problemas en su instrumentación por insuficiente preparación de algunos directivos e inadecuada interpretación de las normas. A ello se suman algunas aclaraciones no siempre oportunas y precisas, y algunos reclamos inadmisibles: Nuestra primera respuesta ha sido dar solución, siempre que sea posible, a los criterios de la población”, dijo.
Al referirse a los cuadros, dijo que “deben sobresalir por su dedicación a las tareas, su afán de superación, su modestia y la sensibilidad suficiente para ponerse en el lugar de los demás; anteponiendo el nosotros al yo. Tienen la responsabilidad de dialogar sinceramente, de corazón”.
También recordó que “bajo el precepto martiano de que gobernar es prever, nuestro Comandante en Jefe impulsó la biotecnología en días muy inciertos para Cuba, así como la producción de fármacos y vacunas y la formación de médicos para la nación y el mundo. Él es referencia continua cuando Cuba emerge salvándose de su peor pandemia en siglos”.
En otro momento de su discurso, Díaz-Canel afirmó que, “después de varios años de trabajo y entrega a las tareas del Partido, despedimos a varios compañeros y compañeras que en sus respectivas funciones son parte de lo que el país impulsó y conquistó bajo desafiantes condiciones en los últimos años. Todos llevan consigo el mejor de los reconocimientos, haber trabajado en las más altas instancias del partido fundado y dirigido por Fidel, Raúl y otros compañeros de la generación histórica del Centenario, como los Comandantes de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García, quienes siguen dándonos todos los días lecciones de consagración y entrega a la obra de la Revolución.
“Al comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura, quien durante decenas de años llevó sobre sus hombros difíciles tareas de la organización, su funcionamiento y vida interna, el control de los recursos y la administración, nuestro perenne agradecimiento por su consagración y su ejemplo, disciplina y lealtad. Su sencillez, su modestia y compromiso nos acompañarán siempre como lecciones de vida.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
“En cuanto al General de Ejército, el congreso de la continuidad quiere dejar constancia de nuestra enorme deuda con un hombre que jamás podrá separarse del Partido del que es fundador. Resumir sus aportes a la Revolución, como hice al inicio, no es solo un deber de compañero; es un modo de demostrarnos a nosotros mismos cuáles son las verdaderas cualidades de un líder inconforme con la obra que dirige y atento a los latidos sociales.
“Sincero y afectuoso cuando estimula, reconoce, premia, e, incluso, cuando sanciona a un compañero de batallas. La continuidad se afirma en el ejemplo, y las enseñanzas de los auténticos líderes que nos han precedido.
“General de Ejército, ministro o, sencillamente, Raúl, en nombre de mis compañeras y compañeros y del pueblo cubano: gracias por el ejemplo, el empuje y la confianza; gracias por ayudarnos a creer en nosotros mismos. Me queda la tranquilidad de que la escuela está cerca, que ustedes están a nuestro lado”, dijo el presidente cubano.
Al referirse a la importancia histórica de la fecha en que cierra el 8vo Congreso del PCC, afirmó que “lo que sucede hoy nos coloca otra vez frente al hilo de la historia. Es 19 de abril, día de la victoria de Girón, aquella victoria primera contra los mercenarios del Imperio que quisieron derrotar a la Revolución y fueron sorprendidos..
“La declaración del carácter socialista de la Revolución en las vísperas de aquellos combates, el valor y el genio de Fidel para que durara menos de 72 horas y la imagen del líder en el tanque en marcha, han vuelto con motivo de la fecha para recordarnos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
“El Partido Comunista de Cuba está indisolublemente unido a ese símbolo de resistencia y a la victoria que espera a los que pelean limpiamente por los derechos de sus pueblos, y no reclaman más que un puesto en la vanguardia.
“Nuestra generación entiende la responsabilidad que asume al aceptar este reto, y declara ante la generación histórica su honra y orgullo por dar continuidad a la Revolución. Lo hacemos bajo el principio inmortalizado de Maceo, de que quien intente apoderarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo, si no perece en la contienda.
“Parafraseando a Camilo en sus conocidas palabras a Fidel al recibir el grado de comandante, queremos decir a la generación histórica, a nuestros compañeros partidistas y a nuestro amado pueblo, “gracias por darnos la oportunidad de servir a esta dignísima causa por la cual estamos dispuestos a dar la vida. Más fácil nos será dejar de respirar, que dejar de ser fieles a su confianza.
¡Somos Cuba! ¡Cuba Viva! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (CCPCC), durante el cierre del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
Concluye el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en el Palacio de Convenciones, en La Habana, el 19 de abril de 2021. Foto: Ariel Ley / ACN
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