En esta edición digital, un formato que se populariza cada vez más, concurren circunstancias poco frecuentes que deben advertirse al lector. Lo primero es que lo que se publica no es un libro sino una tesis doctoral, algo que parafraseando un verso de Silvio «parece lo mismo pero no es igual»; por tal razón pueden apreciarse en el texto ciertas convenciones académicas que los autores suelen suprimir cuando publican sus tesis como libros. Esa conversión no pudo concretarse en este caso porque el autor, Alfred Padula, falleció hace más de un año, cuando apenas se había comenzado a trabajar en la edición de su obra. Debido a esa segunda circunstancia, es aconsejable incluir en esta reseña una mínima información biográfica, pues en la vida del autor pueden encontrarse explicaciones a ciertas características de su obra.
Alfred Padula nació en 1934 y tuvo una trayectoria profesional relativamente larga antes de llegar al mundo académico, pues fue oficial naval, analista de inteligencia y funcionario del Servicio Exterior norteamericano, labor esta última en la cual entró en contacto con la realidad cubana. En 1969 reorientó su carrera e inició las investigaciones para una tesis doctoral en la Universidad de Nuevo México, bajo la dirección de Edwin Liuwen, un eminente sociólogo, particularmente reconocido por sus estudios sobre los militares en Latinoamérica. Además del doctorado de Padula, Liuwen dirigió simultáneamente otras dos tesis sobre tema cubano, de doctorantes que hoy disfrutan de un bien ganado renombre: Louis Pérez Jr. y Nelson Valdés.
Padula dedicó su tesis a investigar las causas del derrumbe de la burguesía cubana tras el triunfo de la Revolución de 1959, apoyándose para ello en una variedad de fuentes, entre las que destacan la prensa cubana de la época y los testimonios de casi un centenar de miembros de la antigua élite burguesa, radicados en Miami a principios de los años 70. Después de haberse doctorado, nuestro autor desarrolló una larga carrera académica, principalmente como profesor de la Universidad de Maine, cuyo departamento de Historia llegó a dirigir. Entre sus diversas ocupaciones continuo cultivando el tema cubano, interés que hizo patente en diversos artículos y contribuciones a libros colectivos, así como en una obra en colaboración con la socióloga Lois Smith, publicada en 1996 bajo el título de Sex and Revolution, en la cual se plasma un amplio estudio sobre la mujer cubana y su desarrollo durante el período revolucionario.
Resulta sorprendente que habiendo mantenido Padula un interés en temas cubanos, no se propusiese convertir su tesis en libro y publicarla, más aún porque esta había sido premiada como la mejor tesis doctoral defendida en la Universidad de Nuevo México en 1974. En una conversación que tuve oportunidad de sostener con él hace más de dos décadas, indagué sobre las causas de esa aparente desidia; Padula me explicó entonces que habiendo dejado transcurrir demasiado tiempo para hacerlo, cuando consideró la posibilidad de llevar la tesis a libro, se percató que más allá de la revisión del texto y los indispensables ajustes para liberarlo del empaque académico, dicha empresa a esas alturas hubiese implicado reescribirlo.
La caída de la burguesía: Cuba 1959-1961 constituye un estudio de las peculiaridades, conflictos y conductas de la que fue nuestra clase dominante en momentos posteriores al triunfo revolucionario, particularmente durante el trienio 1959-1961en que habría de sellarse su desaparición. El punto de partida de la obra es una atinada y penetrante caracterización de la burguesía a finales del antiguo régimen republicano, capítulo inicial al cual sigue un análisis sectorial, con sucesivos capítulos dedicados a los hacendados azucareros, los colonos, los ganaderos, industriales, comerciantes y banqueros. Dentro de esa secuencia hay una sola excepción: un capítulo dedicado a la Iglesia Católica, institución íntimamente vinculada a la burguesía en aquella época pero que no constituía una de sus ramas. Sin embargo, el apartado dedicado a la Iglesia, es indicativo de la atención que el investigador prestó al desempeño de las asociaciones e instituciones burguesas, decisivos agentes clasistas en medio del torbellino revolucionario. En un capítulo final, así como en sus conclusiones, Padula expone y resume las que a su juicio fueron causas de la derrota de la élite burguesa, destacando tanto la debilidad estructural de aquella clase social, como las incongruencias y divisiones que se pusieron de manifiesto en su enfrentamiento con la revolución.
Para comprender el desenlace de cualquier contienda es necesario examinar en estrecha correlación la actuación de ambos contrincantes; solo así es posible comprender las razones del éxito de los vencedores y del fracaso de los derrotados. Los estudios históricos, sociológicos o politológicos sobre la Revolución Cubana, incluso los realizados fuera de la isla, han dedicado mucha mayor atención a lo primero que a lo segundo. De ahí la importancia y los aportes de la obra de Padula que Temas pone a su alcance, en la cual se nos ofrece precisamente esa suerte de «visión de los vencidos» en la revolución.
El extenso estudio plasmado en La caída de la burguesía… maneja una impresionante cantidad de datos sobre acontecimientos y situaciones cuyas interioridades apenas son conocidas, o que hoy han quedado en el olvido. Padula los examina con cuidado y los expone con coherencia, pero su texto no está libre omisiones e inexactitudes. En ocasiones el autor es víctima del insuficiente conocimiento de ciertas peculiaridades de la sociedad cubana, o de su particular terminología, lo cual lo lleva –por ejemplo- a presentar a los hacendados como un sector agrícola dentro de la economía azucarera, cuando eran más que todo los propietarios de la industria, o a confundir por momentos los roles de hacendados y colonos. Varios de esos deslices han sido advertidos mediante notas del editor, pero otros seguramente se han escapado, lo cual demanda una lectura alerta. También pueden encontrarse datos que no fueron pasados con suficiente cuidado por la criba de la crítica histórica para establecer su exactitud o veracidad, descuidos que llevan al autor a incurrir en interpretaciones cuestionables. Pero aún en esas ocasiones, más frecuentes en el manejo de la información brindada por testimoniantes, el texto no pierde su valor, pues si bien el dato puede ser inexacto o deliberadamente falseado, el testimonio mismo es reflejo de mentalidades y revelador de procederes que tuvieron un peso indiscutible en el aciago destino de la burguesía cubana.
El soporte en CD-Rom en que se ha editado el libro condiciona su consulta al empleo de los dispositivos necesarios, pero tiene indiscutibles ventajas para la localización de los asuntos. La edición fue trabajada con esmero y aunque la traducción se compartió entre tres especialistas -María del Pilar Díaz Castañón, Laura Arcos y Olimpia Sigarroa-, no se perciben relevantes diferencias de estilo. Por más que la condición de tesis doctoral del texto resulte evidente, su fluida escritura hace fácil y amena la lectura.
Con la publicación de La caída de la burguesía: Cuba 1959-1961 Temas hace una notable contribución al mejor conocimiento de una etapa crucial de nuestra historia, de la cual queda aún mucho por investigar.
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