Yaíma Sáez estará en los Juegos Panamericanos de Toronto pero no como atleta sino de cantante y está entre las más potentes de Cuba ahora mismo. Deportista, psicóloga, escritora y una de las pocas contraltos existentes en la isla, pero ella no lo sabía, la Sáez nunca estudió música, ni probó su amplitud de registro vocal hasta un día, cuando ya era una espigada joven a punto de convertirse en licenciada.
Casi al final de la carrera en la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, dos instructores de arte se acercaron a su facultad en la provincia de Camagüey: uno para música, otro para literatura, y la entonces balonmanista eligió la pluma.
A mí siempre me gustó la historia, la psicología era mi mundo, y en ese año (2002), el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso convocó a un concurso de cuentos, yo presenté uno y fui la única ganadora de Camagüey, relató en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
El premio consistía en venir a La Habana una semana cada tres meses a recibir un curso, gracias a eso conoció intelectuales de varias provincias.
Al final del semestre, había una fiesta y como todos los cubanos, cantábamos, entonces el profesor Eduardo Heras León (Premio Nacional de Literatura 2014) se me acercó y dijo: "Chica, como me recuerdas a Elena Burke", rememoró la artista.
Otros la descubrieron primero, ella se descubrió después. El cuento con que ganó el concurso se publicó en un libro de narradores jóvenes camagüeyanos y en el propio año de la graduación, en la universidad, conformaron un coro. Yaíma pidió que la anotaran pero por seguirles la rima a algunas amistades.
Cuando hicieron las pruebas de los registros vocales, me pregunta la maestra asombrada: ¿y esa voz tuya de dónde salió? Yo le contesté: si estoy mal profe discúlpeme, salgo. Y ella me frenó: No, no, no, al contrario, vas a ser la solista. Caí en pánico: No! Yo no tengo nada que ver con eso, expuso.
Desde aquel momento, comenzaron a convencerla para que pudiera cantar sola en un escenario pues teatros, micrófonos, luces, todo ese mundo quedaba en una galaxia lejana.
Sin embargo, el gran talento se impuso y ahora está punto de cantar en centros de arte en Canadá el tema compuesto por Cesar "Pupy" Pedroso para representar a la delegación cubana en los Juegos Panamericanos de 2015.
Días antes, el 16 de julio, la Sáez ofrecerá su propio concierto en el Young Centre de Toronto.
La primera vez que Yaíma cantó en la capital de Cuba, el director del Cabaret Tropicana, Tomás Morales, y el entones director artístico del centro nocturno El gato Tuerto, Hugo Oslé, la quisieron en sus espectáculos.
Aquellas propuestas me hicieron reflexionar, porque tantas voces no podían estar equivocadas, y fue cuando decidí tomar en serio la canción como para dedicarme a ella, aseguró.
La disposición implicaba mudarse para La Habana y un cambio drástico de vida cuando le faltaba poco para culminar un doctorado en ciencias pedagógicas, pero, experimenta algo mágico frente al público y apostó por ese sentimiento.
Aparecieron los primeros contratiempos: no tenía estudios musicales, carecía de aval y por otra parte, los catálogos artísticos a nivel nacional estaban cerrados en aquel momento.
Para acumular méritos, la Sáez se presentó en el Concurso Nacional de Interpretación, donde conquistó el lauro a la Maestría Artística, otro a la Mejor Interpretación del Bolero Cubano y el Premio Elena Burke.
El certamen había sido creado por Oslé y estuvo presidido por el llamado acuarelista de la poesía antillana, Luis Carbonell.
Tras conquistar los máximos lauros, Yaíma le explicó su situación al maestro y este enseguida levantó un teléfono para defender a una de las pocas contraltos del país.
Gracias a ese impulso, en 2006 la inscribieron en el catálogo de artistas como caso excepcional y comenzó a trabajar en El gato tuerto, donde permaneció cinco años y lo considera otra universidad.
La Sáez empezará a grabar su primer disco en septiembre próximo con el sello Bis Music y bajo el título Identidad reunirá temas de Silvio Rodríguez, Juan Formell, Donato Poveda, Pablo Milanés, David Torrens y Orlando Romero, entre otros compositores.
Abierta a propuestas artísticas, Yaíma no descarta algún día cantar zarzuelas y fragmentos de ópera, incluso, para entrenar "el aparato" -como las cantantes denominan al conjunto de órganos que intervienen en la generación de la voz-, recibe clases de canto.
Como dice mi maestra Conchita: la técnica es una, y para cantar popular o lírico hay que prepararse. Generalmente, los cantantes populares subestimamos la técnica, pero a mí me parece que todos necesitamos pasar por el teatro musical, aseveró.
Las grandes de siempre, tanto cubanas como internacionales, en algún momento vuelven al teatro, y a mí me encanta, allí hay que cantar mejor, respetar, lucir y por eso lo disfruto, añadió.
Quizás la carencia de estudios musicales a temprana edad, catalizó la madurez artística de la Sáez ya adulta, pero con excelentes ingredientes: contención, fineza, paso firme y el nivel de entrega imprescindible para combinar interpretación con emociones.
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