La joven artista de la plástica Yaima Carrazana concibe su obra estrechamente vinculada a las reacciones personales ante diversos contextos, momentos y situaciones que ha enfrentado en la vida. Su quehacer artístico se encuentra atravesado por la indagación de las influencias culturales, regionales e ideológicas que mistifican el objeto del arte.
Igualmente, ha incursionado en los vínculos entre las preferencias catalogadas como “elitistas” y “populares” dentro de la cultura, mediante la búsqueda de una forma otra de percibir y afrontar los productos de la industria cultural.
Confiesa no tener preferencia por un recurso o herramienta formal en específico. Estos, asegura, se encuentran determinados por los elementos conceptuales que exija su obra, casi siempre polémica, abierta e indeterminada, con el objetivo de que el espectador tenga la libertad de realizar una o varias interpretaciones.
Graduada de la especialidad de Pintura en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro en el año 2003, Yaima ha surcado su derrotero profesional no solo acompañada del talento, sino, además, de la suerte, que en el mundo del arte suele ser, muchas veces, determinante.
Entre 2004 y 2005 formó parte de la Cátedra Arte Conducta, dirigida por la artista Tania Bruguera, y con su obra ha sido partícipe de múltiples exposiciones y eventos en La Habana, Madrid, Estambul, Israel, Londres, Ámsterdam, Luxemburgo, Milán, Boloña, Nápoles, Río de Janeiro y París. En 2011 realizó su primera muestra individual, The Golden Antelope ,en la ciudad de Ámsterdam, Holanda, donde reside actualmente.
En España fue galardonada con la Mención de Honor de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y el reconocimiento del Ministerio de Cultura. En 2009 obtuvo una beca en la academia de Ámsterdam y, según reconoce, fue a partir de su participación en una expo de la Fundación Cartier en Francia que su carrera alcanzó un mayor desarrollo y su trabajo encontró un camino definido.
A Cuba regresó en el contexto del Festival Ellas Crean. Su obra formó parte de la muestra Variaciones contempladas en silencio, que se exhibe en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes hasta enero de 2015 y se encuentra integrada por cinco jóvenes cubanas artistas de la plástica.
En los momentos posteriores a la inauguración de la expo, en una de las salas de Arte Cubano, la joven creadora accedió a dialogar con Cubarte acerca de su propuesta formal, estética y conceptual.
¿Qué elementos distinguen a la obra que presentas en la muestra Variaciones contempladas en silencio?
Hay dos obras: la primera forma parte de una serie que se llama Nail Polish Tutorial, compuesta por varios videos que comencé a hacer en el año 2010 hasta el 2012 y que constituyen una apropiación inspirada en los tutoriales de esmalte para uñas que se cuelgan en YouTube. Allí hay canales de Internet de muchachas que enseñan, a través de tutoriales, cómo pintarse una flor y otros adornos en las uñas. Forma parte de ese tipo de cosas consideradas kitsch.
En ese sentido, tu obra se inserta dentro de las tendencias contemporáneas del arte que suelen mixturarse con las nuevas tecnologías.
Sí, realmente yo conocía poco Internet. Llegué a la red de redes algo tardíamente, cuando me trasladé a España en el año 2006. Luego estuve en Holanda, en una residencia que se llama la Brice Academy, y ahí fue donde me interesé de lleno en el trabajo con Internet para mezclarlo con el arte.
¿Qué diferencia entonces, tu propuesta, de los video-tutoriales que se muestran en el sitio YouTube?
Yo hago un video tutorial, pero que al mismo tiempo tenga incorporado los elementos artísticos. Me apropio de obras de arte elitistas, como las dos que están aquí. En una de ellas recreo una obra de Jasper Johns de los años 60. Se trata de una serigrafía de la bandera americana, pero virada al revés, como en negativo, lo que le otorga múltiples lecturas. El objetivo es mezclar lo elitista con lo popular, relacionando Internet con ambas tendencias.
Esta apropiación también la hice con la obra de Brice Mardem, otro pintor norteamericano muy elitista que usaba mucho el amarillo, azul y rojo en diferentes combinaciones. Todos los video tutoriales que realizo son aproximaciones a pintores muy elitistas, yo entonces transfiero su arte a la cultura popular. Se trata de pinturas minimalistas, muy difíciles de definir. Son pintores abstractos de los años 60 que solo puedes ver en museos, por eso los llevo a lo popular con la pintura de uñas.
En el caso de la otra obra que expones regresas a los inicios de tu formación en el área pictórica…
La otra obra, conformada por pinturas monocromáticas, es una serie que empecé luego de haber trabajado los video-tutoriales. Este tipo de creación me surgió como una idea inversa a la de los video-tutoriales. El color que ves en los cuadros está inspirado en una marca de pinturas de uñas, que se llama OPI y es muy popular.
En esa línea, en vez de ponerle números a los colores, le colocan nombres. Los lienzos que expongo aquí se titulan Siberian Nights (Noches de Siberia), que es el nombre del color que reproduzco de forma exacta en óleo. Por eso sucede a la inversa de la otra serie: a partir de un producto popular que se reproduce en masa, como este color de esmalte de uñas, realizo una obra única y elitista.
¿Por qué recurrir más de una vez al esmalte de uñas como inspiración y en específico a la marca OPI?
Todo parte del rejuego entre lo elitista y lo popular. Seleccioné esta marca porque sus productores dicen crear nombres inteligentes para los colores y me pareció muy interesante la búsqueda de un título único y original, como si se tratara de una obra de arte. Los nombres llegan a ser impresionantes, con unos juegos de palabras muy buenos. Ese de Siberian Nights, por ejemplo, es un tono morado casi negro.
Para finalizar, ¿cómo define Yaima Carrazana su forma de hacer arte?
De alguna manera, mi trabajo tiene mucha relación con lo que he vivido. Fuera de Cuba, he visto reacciones sorprendentes ante mi obra: he llegado a un lugar y se han extrañado de que una artista cubana haga arte abstracto. Me pregunto: ¿por qué no tenemos derecho a hacer una obra abstracta nosotras, como mujeres artistas cubanas? La pintura monocroma ha sido tradicionalmente muy masculina, no existen muchas mujeres que cultiven el arte monocromo, por eso me pareció muy interesante incursionar en esa línea y convertirlo en una especie de reacción ante experiencias que he vivido.
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