La Fiesta de la Colla de este año logró renovar una tradición que se conserva en la ciudad de Matanzas y que solo la pandemia había detenido su andar desde el parque de la Libertad hasta la Emita de Monserrate.
Costumbre heredada del siglo XIX, propicia la comunión entre los pobladores y las asociaciones hispánicas existentes en esta urbe, que son esencias culturales del —bien nombrado por Cintio Vitier— concepto de la matanceridad.
Pasean, cantan, bailan los yumurinos al son de la gaita y el tambor para disfrutar en las alturas de la romería de un espectáculo bellamente concebido por el maestro René Quirós, Premio Nacional de Cultura Comunitaria y director artístico, con agrupaciones locales y de la capital.
Su importancia trasciende la evocación a la virgen La Moreneta, cuyo altar se erige en la ermita, para convertirse en un fenómeno cultural que no tiene réplica en el continente, como lo expresa Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad de Matanzas
“Conservar la tradición española como la única fiesta catalana que se mantiene en América Latina de forma original, además de un privilegio, es un honor patrimonial para Matanzas.
“Intangiblemente es uno de los mejores eventos que nos quedan y de ahí la significación relevante que posee para nosotros, para Cuba y el continente.
“Los matanceros han conservado el desfile con sus panes y vinos hasta la Ermita de Monserrate, que es el elemento central de La Colla: brindar un homenaje a la virgen catalana.
“Rescatamos aquí también la música, la danza, la marcha; esa picaresca española, que también los cubanos heredamos en sus raíces desde la tierra ibérica y es parte de la historia de la nación”.
Asistente también al festejo, Osbel Marrero, director provincial de Cultura y la escritora y narradora oral Loreley Rebull, presidenta del Casal Catalán Gener y Guiteras, quien ofreció sus impresiones:
“Lo más importante es que resulta una fiesta tradicional, popular, que viene de 1875 y quienes comenzaron fueron los catalanes, a quienes se unieron gallegos, canarios, asturianos, leoneses, extremeños, la sociedad española que empezaron a poblar y desarrollar la ciudad.
“Para Matanzas es muy significativa y también para Cuba, porque es la única fiesta que se realiza, simboliza un camino entre amigos, para festejar a La Moreneta y brindar por la vida. Eso nos otorga una distinción y nos hace amar nuestras tradiciones cubanas.
“Las raíces se han ido mezclando y los matanceros seguimos adorando este camino que llega a la Ermita de Monserrate.”
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