El estreno del documental Nombre común: Nicolás, del joven realizador Ernesto Bosch, tuvo lugar en la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con la presencia de Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura y Miguel Barnet, presidente de la organización de los artistas y escritores cubanos que el próximo 22 de agosto cumplirá 55 años de fundada.
Asistieron asimismo un gran número de personalidades de la cultura nacional, entre ellos varios intelectuales acreedores de Premios Nacionales de Música y de Literatura, los dos nietos de Nicolás Guillén, Nicolás y Orlando Hernández Guillén y una presencia especial fue la del aclamado músico y cantante boricua Danny Rivera, gran amigo de los cubanos.
El documental, con guión de Ciro Bianchi y resultado de la labor de la productora de audiovisuales Octavio Cortázar, de la UNEAC, sin altas pretensiones en lo estético pero con excelente edición y muy buen ritmo narrativo, compendia voces notables del panorama intelectual cubano contemporáneo las cuales dibujan con el talento y el sentimiento, el alma y la obra de Nicolás Guillén.
Estos testimonios se alternan con imágenes fijas y filmaciones de archivo del Poeta Nacional, sus poemas en su voz, cubiertas de sus libros, sus poemas; instantáneas en la Biblioteca Nacional José Martí de Cuba durante los encuentros y debates de Fidel Castro con artistas y escritores que culminó con el discurso Palabras a los intelectuales, y de otros importantes acontecimientos artísticos y literarios; la fuerte imagen del presidente fundador de la UNEAC leyendo su poema “Mis dos abuelos” y la imposición por parte de Fidel de la Orden José Martí, entre otras memorias.
Entre las personalidades entrevistadas aparecen Abel Prieto, Miguel Barnet, Nancy Morejón, Roberto Fernández Retamar, Roberto Méndez, Rolando López del Amo y ambos nietos de Guillén.
Los testimoniantes abordan desde las remembranzas, desde los análisis críticos, o desde ambos, diversas facetas personales y creadoras del poeta; de esta suerte y entre otras muchas ideas, Abel Prieto recalca los mensajes de emancipación y de justicia social de su gran poesía, sus ideas progresistas, y se lamenta de que hoy los jóvenes no lean lo suficiente a Guillén, quizás porque “no está de moda, pero Guillén es un poeta lleno de sorpresas”, dice; Miguel Barnet se refiere a su poemas de amor incomparables y a su gran capacidad de convocatoria y prestigio internacionales; Nancy Morejón, entre otros emotivos recuerdos, enfatiza en su rigor intelectual y en su compromiso de escribir bien, y además asevera: “Guillén no concibió nada en su obra fuera de la identidad nacional”.
Nicolás Hernández Guillén señala que el fecundo escritor “comprendió más que nadie la naturaleza mestiza de este país” y resume en una frase la mejor evocación de unos nietos: “entre toda la vorágine de su vida encontró tiempo para ser mi abuelo”
Por su parte Roberto Méndez, realiza una valoración de extraordinaria hondura académica y agudeza crítica, acerca de lo que llama la poética singular de Guillén quien considera halla en ella respuestas para muchas cosas; “no se ha estudiado lo suficiente la altura literaria de sus elegías” y significa la extraordinaria labor de política cultural que realizó Guillén velando por la literatura y el arte cubano, enfrentando incomprensiones y dogmatismos; “es un poeta que no pierde espontaneidad, muy cubano y a la vez muy universal”, asegura.
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