Hace 32 años el desaparecido artista de la plástica y promotor cultural Salvador González (1948-2021) decidió crear el Callejón de Hamel; muy conocido a nivel internacional por sus paredes llenas de aforismos, en una plaza donde permanecen vivas las tradiciones de origen afrocubano. “En aquel entonces había una actitud, un poco reacia, hacia el tema, y Salvador fue el primero en pintar murales y hacer esculturas dedicadas a la cultura afrocubana, que también forma parte de nuestra identidad”, advierte Elías Aseff, asistente general del Callejón de Hamel.
Nuestra conversación se produce en el estudio-galería del lugar, donde quedó sin terminar el último de los cuadros que el artista había comenzado a pintar cuando la muerte lo sorprendió. Hoy no nos acompaña físicamente, pero sus vecinos del barrio de Cayo Hueso siempre le agradecerán el cambio que comenzó a operarse en sus vidas a partir de 1990.
Obra inconclusa de Salvador González
“El Callejón es un acto de transgresión y de transformación del espacio, con un alto impacto social en la comunidad. Era un lugar bien feo, lleno de basura, ladrones y borrachos. Salvador logró cambiar el mapa cultural de Centro Habana. Ya no se puede hablar de rumba y tradiciones de origen africano y arte público sin mencionar el Callejón”, asegura Elías.
Elías Aseff, asistente general del Callejón de Hamel.
El muralista fue el iniciador en Cuba de este tipo de trabajos, que más tarde continuaron otros artistas de todo el país. “Después vinieron Fuster, el proyecto Muraleando y el Callejón de las Tradiciones en Matanzas, entre otros seguidores de la obra de Salvador. Él fue el precursor; desacralizó elementos de la cultura africana que hasta ese momento no se podían ver en la vía pública, como son las esculturas de la Nganga, solo presentes en los altares y en los cuartos de santos. Sin embargo, Salvador las hizo visibles a través de su propia interpretación. Su arte no era religioso. En la práctica diaria, y como buen pintor autodidacta, bebió de muchas fuentes”.
Proyección social y comunitaria
Actualmente es común oír hablar de nuevos actores económicos y proyectos de desarrollo local. El Callejón de Hamel también se reconoce como precursor en ese sentido. “Fue de los primeros proyectos de su tipo que generó ganancias para su autosostenibilidad con la comercialización de la obra de Salvador, y luego, con la creación de una cafetería, un restaurante y un bar. Con las ventas en esos emprendimientos contribuimos a la restauración del barrio y a la realización de acciones comunitarias”, especifica Elías.
En el Callejón de Hamel se programan actividades para todos los grupos etarios. “Para los niños tenemos talleres de artes plásticas, música, baile y papel maché; los alumnos de la Facultad del Adulto Mayor vienen aquí a recibir clases. Hemos impartido conferencias sobre la Sociedad Secreta Abakuá, el espiritismo, la importancia del cuidado del cabello, temas de salud y diversidad de género. Recientemente unas muchachas hablaron sobre la utilidad de la copa menstrual”.
Las nuevas iniciativas y emprendimientos socioculturales también cuentan con un espacio en el Callejón de Hamel.
En las mañanas del primer sábado del mes tiene lugar la peña infantil. La de Charlie Mucha Rima y Los Niches, sobre cultura hip hop, es el segundo sábado del mes. El tercer sábado se dedica al reggae, con el grupo Herencia. Otros géneros como el bolero también tienen cabida en el Callejón los últimos viernes de cada mes. La peña más estable es la dedicada a la rumba. “En 2014 a Salvador le entregaron un Premio Cubadisco de Honor por la promoción de ese complejo musical, que en 2016 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”, recuerda Elías.
Peña del proyecto Afrodiverso.
Los primeros sábados de cada mes, entre las 4:00 p.m. y las 7:00 p.m., el barrio acoge a un proyecto que cuenta con la capacitación y el apoyo metodológico del Centro Nacional de Educación Sexual. Argelia Fellove Hernández es la coordinadora general de Afrodiverso, que tiene como misión darle visibilidad al trabajo de las comunidades afrodescendientes LGBTI en Cuba.
Al decir del asistente general del Callejón, el objetivo de incluir esta nueva peña es contribuir al cambio de mentalidades en una población tradicionalmente machista y heteronormativa no acostumbrada a ser tolerante con la diversidad de género.
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