The Washington Post: ¿Quién necesita embajadores cuando tiene poetas?


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“¿Por qué esperar a los embajadores cuando tenemos poetas?” Esa fue la reacción en Washington del escritor E. Ethelbert Miller cuando escuchó que dos distinguidos poetas cubanos llegaron coincidentemente desde La Habana esta semana para participar en festivales igualmente coincidentes de poesía de América Latina en Washington, que tendrían lugar durante todo el fin de semana.

“El arte es una tierra de nadie”, dijo la poeta cubana Nancy Morejón tomando su té de la mañana en la casa del barrio Adams Morgan donde vive Andy Shallal, el propietario de Busboys and Poets, una serie de centros comunitarios. “Me gusta decir que lo que sucedió el año pasado, el 17 de diciembre” – cuando el presidente Obama y el presidente Raúl Castro anunciaron un intento por mejorar las relaciones -, “fue avizorado por los escritores y artistas. Hemos estado trabajando mucho para la llegada de ese día”.

Los esfuerzos para construir puentes culturales comenzaron a finales de 1970, dijo Morejón, y citó el encuentro durante una tarde en Washington donde participaron el cineasta Saul Landau y la escritora cubano-americana Lourdes Casals, ambos fallecidos, entre quienes contribuyeron a este acercamiento.

“Empezamos a romper el silencio y a romper las barreras”, dijo. “Y finalmente los gobiernos hicieron bien en hablar el uno con el otro para enfrentar nuestros problemas de una manera muy civilizada.”

Ahora los diplomáticos están dialogando con cautela para llegar al día en que las dos naciones puedan intercambiar embajadores de nuevo.

El té de Morejón todavía estaba caliente cuando sonó el timbre de la casa de Shallal. Llegó el poeta cubano Waldo Leyva vestido con su característico sombrero Panamá sobre su cola de caballo plateada.

 David Montgomery / The Washington Post.

“¡No! ¡No! ¡No!” Gritó Morejón sorprendida mientras se abrazaban. “Este señor es como mi hijo. Y no lo digo porque soy mayor”- ambos nacieron a mediados de la década de 1940 -, sino porque Morejón ayudó a Leyva a publicar su primer libro de poesía. “Eso es casi como la maternidad”.

La reunión fue posible gracias a alguna orquestación misteriosa de los dioses de la poesía, que al parecer decidieron que era esta la semana para una mini explosión de poesía latinoamericana en Washington. Y que ocurra justo cuando se centra la máxima atención en la evolución de las relaciones entre las dos naciones hace que esto sea aún más extraño.

Leyva ofreció su propia visión de la nueva era diplomática y el papel del poeta: “Cada época tiene su propio ritmo, su luz y su humanidad, y el poeta tiene que ser capaz de desentrañar los códigos de su época. … El signo de esta época es el diálogo y no la guerra; la conversación y no la confrontación “.

Leyva está en la ciudad para participar en la Maratón Poética anual en lengua castellana, organizado por Teatro de la Luna, la División Hispana de la Biblioteca del Congreso, y la biblioteca de la Sociedad Cultural Hispánica. Los tres días de lecturas incluyeron la presentación de dos antologías importantes de poesía latinoamericana: “Poesía de América Latina para el mundo”, edición bilingüe que incluye la obra de 43 poetas de 19 países, compilada por el poeta mexicano Roberto Arizmendi. Y “El oro de los tigres“, un ambicioso proyecto de varios volúmenes en el que se ha incluido la mejor poesía del mundo en lengua castellana, publicados por la Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en México.

 David Montgomery / The Washington Post

Se han unido en estas lecturas de la maratón de poemas los poetas Minerva Margarita Villarreal (México, directora de la Capilla Alfonsina), Claudia Masin (Argentina), Consuelo Hernández (Colombia), Marta Rivera Garrido (República Dominicana) y Rei Berroa (República Dominicana).

Leyva recitó uno de sus poemas más famosos, “Definitivamente jueves”. Jugando con el paso del tiempo, Leyva lleva a su narrador a imaginar una fecha una década más tarde para preguntarse qué habrá sido de él, de su amante y del mundo.

Algunos de los otros piezas poéticas incluían comentarios sociales más directos. Masin abordó la violencia doméstica en uno de ellos. Villarreal tomó la ruptura del orden en México con dos breves y afiladas piezas que aludían a la desaparición de 43 estudiantes el año pasado y la indiferencia culpable de los gobernantes.

“En la capital política del mundo, tiene que haber un lugar para los poetas,” dijo Berroa, profesor de literatura española en la Universidad George Mason, que ha estado organizando la maratón con Teatro de la Luna durante más de dos décadas. “Con el debido respeto a la lengua inglesa, hay tantas cosas que ocurren en inglés pero creemos que es esencial darle a esta gran comunidad de personas una oportunidad para respirar en español, de la cultura española y, especialmente, de la poesía que es tan querida por la gente de habla hispana “.

 David Montgomery / The Washington Post.

Mientras tanto, Morejón estaba en la ciudad para participar en las lecturas y discusiones en los Busboys and Poets, de Takoma Park, donde Shallal ha dedicado un espacio escénico y un mural al fallecido poeta cubano Nicolás Guillén. Guillén infundió su poesía con ritmos musicales afrocubanos y el habla cotidiana, y se centró en la injusticia social. Fue amigo de Langston Hughes, musa fundacional de los Busboys, de Shallal.

Morejón recibió la influencia de la poesía de Guillén, aun cuando ella se resiste a las etiquetas: “No puedo negar que soy, a la vez, Nancy Morejón, un individuo, una unidad, que no puede ser subdividida en partes como se hace en el aprendizaje de las matemáticas”, le dijo a un entrevistador una vez. “Yo no soy más negra que mujer; no soy más mujer que cubana; no soy más persona ni más negra que cubana. Soy una breve combustión de esos factores “.

Morejón y Shallal encabezaron una conversación sobre Guillén y Hughes el viernes por la noche en el Busboys de Takoma. Ella también aprovechó la oportunidad de unirse a una parte de la maratón de poesía en la Biblioteca del Congreso. Una de las piezas que recitó fue su poema “Divertimento para guitarra”, que contiene un guiño sutil a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba:

Amo los pasaportes: ¿cuándo dejarán de existir los pasaportes?
Amo los afanes del día y las tabernas
y la guitarra en el atardecer.
Amo una isla atravesada en la garganta de Goliat
como una palma en el centro del Golfo.
Amo a David.
Amo la libertad que es una supervivencia.


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