El 12 de febrero de 1890 abrió sus puertas oficialmente el teatro Tomás Terry, ubicado en el área más antigua de la ciudad de Cienfuegos, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Desde entonces hasta la fecha, por las tablas de este coliseo han incursionado prestigiosas personalidades y compañías del arte mundial.
Declarado en 1978 Monumento Nacional, el inmueble sintió a inicios de la década de los 90 —con el llamado Período Especial— los efectos del paso del tiempo, que provocó el deterioro de parte de sus instalaciones, además de un exceso de actividades que destruían el edificio y su prestigio cultural la mayor parte reuniones y asambleas, alejados del mundo artístico. En medio de ese panorama que amenazaba con el cierre del teatro, confiaron al escritor, promotor cultural, hombre de teatro y fundador de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en la provincia, Miguel Cañellas Sueiras la dirección del “Terry” en 1996.
Apenas comienzo a trabajar aquí, publicaron un comentario en el diario Juventud Rebelde en el que aludían al estado deplorable de este lugar. Funcionaban solo dos camerinos, habían huecos en el piso del escenario, a la platea la faltaba la mitad de las butacas, no había agua, las instalaciones eléctricas eran de tela y plomos, el techo de fibrocem, la técnica teatral deplorable, entre otros problemas.
Poco a poco nos dimos a la tarea de restaurar el teatro y convertirlo en lo que es hoy: un centro de presentación de lo mejor de la cultura de Cienfuegos, de Cuba y del mundo y una verdadera joya arquitectónica.
¿Cómo han logrado esta reanimación del Terry?
Venciendo no pocos obstáculos. Recibiendo el estímulo de numerosas personalidades e instituciones como el propio Ministerio de Cultura y el entonces ministro Abel Prieto, Frank Fernández, Litz Alfonso, Zenaida Romeu, el desaparecido Héctor Quintero, Rosita Fornés, Danza Contemporánea de Cuba, el Ballet Nacional de Cuba (BNC), Lázaro García, Joel Zamora, entre otros. Destacar la donación de importantes documentos que nos hizo llegar Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta y Directora General del BNC, entre los cuales aparecen libros, afiches y carteles de funciones realizadas por el Ballet Nacional de Cuba.
Algo que distingue al teatro es la amplia y variada programación…
Para quienes aquí trabajamos no existe la palabra imposible. Siempre creemos que se puede hacer más y enriquecer la programación. Si te pones a pensar que todo anda bien, la programación se te destruye. Uno tiene que estar creando esa necesidad de atraer público al teatro.
Durante el año organizamos temporadas de teatro cubano, música de concierto y danza, además del Mayo Teatral y los conciertos a finales de diciembre. Cada dos años celebramos en febrero el Festival del Monólogo Latinoamericano, que cuenta con un reconocimiento por parte de los teatristas del continente. Y desde el 2014 celebramos el Fiestón del Verano.
En el verano el teatro también se mantiene activo…
Sí, durante los meses de julio y agosto tenemos la temporada de verano Abierto por Vacaciones y otra del Humor. Se incluye el Taller de verano de baile flamenco impartido por la Academia de Joel Zamora y el de Ballet Infantil a cargo de la profesora Grisel Martínez Curbelo, que atraen al teatro en esas fechas a casi 200 niños.
¿Piensan volver a repetir el Fiestón del Verano?
Volveremos a convocar este Festival de Música Alternativa Ciudad del Mar, que le hemos denominado “El Fiestón”. Será del dos al cinco de julio y consideramos que es una buena propuesta para iniciar el verano y sacar la programación del teatro más allá de su inmueble y llevar a todos los públicos la música actual cubana. El primer evento resultó todo un éxito y esperamos que esta segunda edición también lo sea.
¿Qué va a suceder el día 12 de febrero en el cumpleaños 125 del teatro Terry?
Estamos preparando una Gala, con dirección artística de Bárbaro Montagne, para la cual ya tiene figuras confirmadas como Frank Fernández, bailarines del BNC y de la compañía de Lizt Alfonso, la orquesta Concierto Sur, Conjunto Revelación y Kfé Mezclao, Lázaro García, Los Novo, Banda Municipal de Concierto, el Centro Dramático de Cienfuegos, entre otros invitados.
Será un momento propicio para agradecer a personalidades e instituciones que han contribuido a recuperar el esplendor de este teatro y a las que hice mención anteriormente.
¿Cómo te gustaría ver el teatro Terry en los próximos años?
Con un mejor confort para el púbico, dotarlo de un sistema de aire acondicionado, condiciones más adecuadas en los camerinos, modernizar sus luces, su sonido. Terminar una investigación sobre la historia del teatro, porque el Terry merece contar con una buena cronología. Por sus tablas han pasado artistas de la talla de Luisa Martínez Casado, Enrico Caruso, Arquímedes Pous, Jorge Negrete, Alicia Alonso y Antonio Gades, entre muchos.
Pretendemos rescatar la papelería de Armando Suárez del Villar, quien fundó en la sala Ateneo —que hoy lleva su nombre— importantes obras de teatro cubano.
Y seguir mejorando la programación que se ha convertido en modelo de referencia. El teatro es ya un verdadero coliseo que posee cuatro espacios programados. Contamos con un Café Teatro, que abre sus puertas cada noche, y los viernes también realiza “La Hora Feliz”, desde las 5:00 p.m. y los sábados. La Sala Ateneo mantiene peñas sistemáticas con trovadores y agrupaciones cienfuegueras”.
La Sala de Historia Yolanda Perdiguer trabaja la historia, pero a la vez concibe exposiciones, socializa sus investigaciones con niños y jóvenes, y para este aniversario 125 convocó al evento teórico El Apuntador, dedicado a la figura del teatro vernáculo cubano Arquímedes Pous.
Queremos seguir generando eventos. Estamos pensando para este año un festival de la nueva trova, que sea Lázaro García la figura central, y reúna a los más genuinos y emblemáticos cultores del género en Cuba.
¿Qué han representado estos 18 años en el “Terry”?
Se ha convertido en mi otra casa, la verdadera, aquí han crecido mis hijos, he luchado y vencido enfermedades, hemos soñado y realizado los sueños. Hemos sido testigo de la reanimación en todos los sentidos de este teatro, lo cual me enorgullece junto a todos sus trabajadores. El amor, dedicación y sentido de pertenencia con que labora cada uno de ellos, unido a los aplausos del público y agradecimiento de los artistas a nuestro colectivo, me mantiene vivo y con fuerza para seguir adelante en la salvaguarda de esta joya de la cultura universal.
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