Sin recuperarnos emocionalmente por la muerte de George Martin, el productor de los discos de Los Beatles, el llamado Quinto Beatle, nos llega otra lamentable noticia procedente también del rock británico. A la edad de 71 años fallece victima después de atentar contra su propia vida, Keith Emerson, el famoso tecladista del grupo “Emerson, Lake and Palmer” (E, L & P), en su casa de Santa Mónica, California, EE.UU., el pasado 10 de marzo. Ya va siendo hora que la crítica cubana especializada en rock, promueva en nuestras publicaciones, la trascendencia del rock británico de los años 60 y 70 de mediados del siglo XX, época donde mucho más que el llamado beat inglés, se desarrollaron otras agrupaciones cuya representatividad para evocar un rock de mayor complejidad, resultó decisiva con la impronta de Keith Emerson. Precisamente con personalidades como Emerson, aquellos que como quien escribe, comenzaba a adentrarme en la diversidad del rock de finales de los 60, comprendimos que la música rock se convirtió en mucho más que un compendio de canciones novedosas, desbordantes de originalidad. Ya las piezas musicales se podían pasar de los 3 minutos estipulados por las casas discográficas.
No había tiempo fijo de duración para una obra en específico. Agrupaciones como E, L & P trasladaron al entorno roquero, toda su capacidad para evocar la obra de compositores clásicos como Mussorgsky, Copland y Bartok, entre tantos otros.
Desde entonces el rock asume apellidos tales como rock progresivo o de rock sinfónico, modalidades dentro del género que de ninguna manera se pueden disfrutar como música de fondo mientras hacemos otra cosa. Con grupos ingleses como Pink Floyd, Yes y el propio E, L & P, el rock alcanza un nivel de madurez creativa, madurez que incluso incide en la inclinación de los jóvenes para escuchar directamente a los clásicos versionados. Por otra parte, los músicos de estas bandas, realmente tenían que ser virtuosos instrumentistas como es el caso de Greg Lake, extraordinario baterista y en cuanto a Keith Emerson, eso es punto y aparte. A Emerson se le debe la aparición entre los grupos de rock del sintetizador Moog, instrumento electrónico de peculiar sonoridad de la cual se apropia este relevante tecladista en cuestión. Además, a él se deben la espectacularidad de los conciertos de rock, pues asombró con las imaginativas acrobacias para tocar el Moog en la escena. A partir de semejante trascendencia, ya no era inconcebible la existencia de un grupo que no contara con la presencia de un guitarrista, pues este podía ser sustituido por un tecladista del rango de Emerson.
Entre los proyectos que Emerson dejó inconclusos estaba el de llevar al contexto del rock y del jazz la obra de grandes compositores de la música clásica desde una amplitud de sonido nunca antes escuchada. Nombres como el de Keith Emerson quedarán como testimonios imperecederos de aquellos músicos que le han otorgado al rock una mayoría de edad por toda la complejidad que distingue a diversas manifestaciones de la música contemporánea. Descanse en paz, Emerson.
Deje un comentario