El 14 de junio es un día entrañable para el pueblo cubano y por extensión, para los revolucionarios latinoamericanos y caribeños, pues coincide en una misma fecha dos onomásticos, los de sendos héroes que lo dieron todo por las libertades de los pueblos: Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna “Ché”.
En la ciudad de Santiago de Cuba nació Antonio en 1845, mulato, de clase media rural que se incorporaría a la guerra de independencia el 12 de octubre de 1868, dos días después de iniciada ésta por Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria. Hijo de Mariana Grajales Coello, no sin causa, la Madre de la Patria, pues legó a las gestas libertarias una extensa prole de patriotas, todos sus hijos, sin distingos, se destacaron como oficiales del Ejército Libertador Cubano.
Antonio, el “Titán de Bronce” y José “El León de Oriente”, fueron los más sobresalientes de esa tribu formidable. Antonio ascendió de soldado a mayor general en esa primera contienda que duró diez años donde puso de relieve su pensamiento político al enfrentar sucesos como las sediciones de Lagunas de Varona y Santa Rita y protagonizar la enérgica Protesta de Baraguá en contra del Pacto del Zanjón, que la daba a Cuba una paz sin independencia ni abolición de la esclavitud, los objetivos básicos de la guerra.
En la tercera y última guerra, iniciada en 1895 fue promovido a Lugarteniente General y fue en ella donde cayó mortalmente herido en las praderas habaneras de san Pedro el 7 de diciembre de 1896.
Como militar, dirigió y participó en más de trescientos combates y sufrió 27 heridas, la número 26 resultó la mortal. Fue héroe indiscutible en los combates de Peralejo, la Gobernadora, la invasión a Guantánamo, Las Taironas y tantos más que sería engorroso enumerar. Junto a su maestro y jefe el Generalísimo Máximo Gómez Báez, dominicano de nacimiento, planeó, dirigió y ejecutó, la invasión desde mangos de Baraguá en el oriente de la isla hasta Mantua, en el occidente, entre el 22 de octubre de 1895 y el 22 de enero de 1896, más dos mil kilómetros de manigua atravesados con caballería e infantería en sólo tres meses, combatiendo con unos cientos de hombres y mujeres a un ejército español de operaciones con más de 120 mil hombres y los mejores y más modernos armamentos producidos en Norteamérica y Europa y que, a la larga, fue derrotado en numerosos combates y dos trochas y no pudo impedir que se crearan los seis cuerpos de ejército que significaba extender la guerra a todos los confines.
A Maceo la Comisión José Antonio Aponte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) le dedica anualmente toda una jornada de reflexiones y conmemoraciones desde el aniversario de su natalicio hasta el de su deceso, entre el 14 de junio y el 7 de diciembre. Este año será la vigésimo segunda edición y se inaugura On line el 14 de junio.
En un documento que elaboró la presidencia de esa comisión, dirigido a su membresía expresa: “El aislamiento social, que nos ha preservado y seguirá por el momento preservando de la expansión incontrolada de la infección, nos ha llevado a concebir acciones tanto en la esfera mediática tradicional (prensa plana, radial y audiovisual) como en la que transita por las nuevas tecnologías de la información (plataformas digitales y redes sociales)
Por supuesto, que consagrar una jornada en honor a Antonio Maceo a partir del día de su nacimiento no puede obviar la coincidencia en el calendario con la llegada al mundo de Ernesto Guevara. Maceo y Che están unidos por lazos más profundos que una fecha; la Patria y la Historia los enlazan.
El pensamiento maceísta posee una vigencia irreductible y en ello insistiremos los escritores y artistas que integramos la Comisión José Antonio Aponte y los activistas y colaboradores vinculados.
Las acciones comprenderán todos los territorios del país a lo largo de los próximos meses. Nos anima promover las razones que José Martí expuso en el periódico Patria luego el encuentro que sostuvo con el combatiente en Costa Rica en 1893: “Jamás parece que aquel hombre pueda con su serena pujanza, afligir u ofender, por sobra de hecho ó parcialidad de juicio, la patria a quién ama de modo que cuando habla, a solas con el juramento, de la realidad de ella, del fuego que hay en ella, la alegría le ilumina los ojos, y se le anuda en la garganta el regocijo (…) Hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo.”
Declara la Comisión como líneas de pensamiento maceísta a poner a relieve en esta XII Jornada las siguientes:
“La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide; mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos.”
“Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha.”
“Cuba no debe ni puede esperar soluciones extrañas; su porvenir está en hacerse reina absoluta de sus destinos y recoger a sus hijos proscritos por la tiranía de su opresor.”
“El porvenir de Cuba le pertenece a un pueblo entero y no tenemos derecho a disponer de él en discordia con sus intereses político-sociales.”
“Muévenos sobre todo el triunfo del derecho de todas las generaciones que se sucedan en el escenario de nuestra Cuba.”
Ernesto “Ché” Guevara, argentino por nacimiento geográfico pero declarado también “cubano por nacimiento”, por decisión del pueblo de este archipiélago, fue un gran admirador de Maceo y su invasión desde Oriente hasta la provincia de Las Villas en 1858 reeditó en parte la hazaña maceísta del siglo XIX. El Ché internacionalista y antirracista, después de ganar el grado de comandante en el Ejército Rebelde que dirigió Fidel Castro Ruz, fue ministro en el Gobierno Revolucionario y marchó a continuar ofreciendo “el concurso de sus modestos esfuerzos” como dijera en su carta de despedida a Fidel, leída públicamente el 3 de octubre de 1965, a “…otras tierras del mundo”. El Ché combatió en el Congo y cayó combatiendo en Bolivia. Su ejemplo es reconocido universalmente por todos aquellos que luchan por un mundo mejor.
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