- Así como se extinguieron los dinosaurios, parece que también en determinados sectores y personas de nuestro país están despareciendo los sentimientos que manifiestan una actitud sensible y culta en el ejercicio del amor, la comunicación interpersonal, la comprensión del modo de ser del otro, el tratamiento a las personas de edad avanzada, y la creación o recepción sentida de las expresiones artísticas.
- Una actitud de productor y consumidor de objetos e imágenes desprovistos de espiritualidad, de cuerpos apreciados solo en sus atractivos físicos o atributos sexuales, además de proyectos de vida y cultura donde rigen el interés de ganancia y los afanes de lucro, se instalan en las coordenadas de lo que solía asumirse como dominio de lo ético, lo emocional y lo estético.
- Tendencias curatoriales o comercializadoras en las cuales el arte y los artistas son valorados a partir de cumplir con especulaciones teoréticas distanciadas de la existencia real, o por los precios alcanzados, se completan con la subestimación del quehacer imaginativo que condensa y trasmite vivencias, deseos, ideales, ensoñaciones y principios identitarios.
- Los "pinos viejos" son preteridos o menospreciados por enfoques individuales e institucionales que dan prioridad únicamente a lo que contienen y exhiben los "pinos nuevos", de manera que obras de arte concebidas por gentes muy adultas son impedidas de figurar en colecciones públicas que las han adquirido; de igual manera que personalidades de una larga y sólida trayectoria profesional resultan menospreciadas, tanto en lo que hacen como respecto de sus solicitudes sinceras y apasionadas en las esferas intelectual y erótica.
(Continuará)
Publicado: 2 de noviembre de 2017.
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