Para empezar, predicó con el ejemplo. El compromiso con la historia de Rolando Rodríguez García tiene su bautismo en las luchas estudiantiles contra la dictadura de Batista, el liderazgo en la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la Universidad de La Habana y las Brigadas Universitarias José Antonio Echeverría que fundó. Participó en la lucha contra bandidos, en los cortes de caña.

Y no ha tenido pausa.

No es solo hablar de sus responsabilidades: Graduado en Derecho, académico, fundador y director del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana; jefe del Plan Especial de Ediciones Revolucionarias, presidente del Instituto Cubano del Libro, fundador de la editorial Ciencias Sociales; viceministro de Cultura y presidente del Consejo Editorial; Secretario y Coordinador del Consejo de Ministros para Educación, Cultura, Deportes, Salud, Comunicaciones y asuntos sociales…

No es solo hablar de sus reconocimientos: Distinción por la Cultura Nacional, 1995; Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2007 y de Historia en 2008, entre otros múltiples dentro y fuera de Cuba. Muy recientemente, la Orden Félix Varela de Primer Grado, merecida por sus aportes extraordinarios en favor de los valores imperecederos de la cultura nacional y universal.

El profesor Rolando ha tenido durante muchos años el reto y placer de indagar sobre la Historia de Cuba, y de su quehacer tributa textos esenciales para comprender cómo y por qué somos y estamos. Hurga en los entresijos, encuentra la luz. Hilvana el caudal de los conocimientos, las lecturas incesantes, la reflexión meditada. Y nos entrega su mirada desde disímiles aristas, épocas, sucesos.

De la etapa colonial destacan La forja de una nación (1998, 1999, 2006), varios acercamientos a las Guerras de Independencia –Bajo la piel de la manigua (1996), La revolución inconclusa. La Protesta de Baraguá contra el Pacto del Zanjón, (1999)–; la epopeya del Apóstol: Martí: los documentos de Dos Ríos (2001), Dos Ríos: a caballo y con el sol en la frente (2000, 2003); así como escenarios definitorios –La toma de Las Tunas; derrota definitiva de las armas españolas en Cuba (2004)– que precedieron al establecimiento de lo que él denomina Cuba: Las máscaras y las sombras: la primera ocupación (2007).

Abre el siglo XX, etapa que describe su novela, República Angelical (1989). Es una República de corcho, de Tomás Estrada Palma a José Miguel Gómez (2011). El escritor la describe a tres tiempos: Rebelión en la República (Tomos I, II y III); la destaca en una fecha: La conspiración de los iguales. La protesta de los Independientes de Color en 1912 (2010); la define en un héroe: “El pensamiento y la acción sin fronteras de Julio Antonio Mella” en Mella: Cien años (2003).

Para los estudiosos, otros dos textos antológicos: Dos siglos del pensamiento de liberación cubano (2003) y Raíces en el tiempo (2009) y la propuesta de lectura indispensable: Una edición memorable: el Diario del Che en Bolivia (2002, 2007).

Tiene arte, dedicación, empeño. Compromiso y magisterio.

Rolando Rodríguez García nos invita a seguir la Historia, donde su propia vida es hilo conductor.