Motivados por la pasión al arte escénico y fieles defensores de la cultura cubana, creadores de diversas generaciones se dieron cita en la galería Raúl Oliva del Centro Cultural Bertolt Brecht para rememorar la vida y obra de la destacada diseñadora Miriam Dueñas (22 de febrero de 1944-24 de junio de 2014) a través de un panel que contó con la presencia de destacados artistas de nuestro país.
La labor y consagración de Miriam Dueñas al diseño escénico cubano y en especial al diseño de vestuario, centró el diálogo entre panelistas y participantes a la cita. Entre anécdotas del cineasta Fernando Pérez, el dramaturgo Gerardo Fulleda León, la actriz Mirtha Ibarra y el consagrado diseñador Eduardo Arrocha, el público se adentró en la extensa y exitosa obra de la diseñadora que dejó huellas en el panorama teatral y la producción fílmica de la isla.
Al decir de Fernando Pérez, “el encuentro no solo fue una ocasión para hablar de ella y su trabajo profesional, sino para homenajear a todos esos artistas formados en los años sesenta que han dignificado con su consagración el arte y la cultura de este país. Miriam fue una mujer con una sensibilidad increíble, por eso el diseño de vestuario de mis películas hasta José Martí, el ojo del canario, le pertenecen a ella; ahí está su obra, todo el aporte que ella le ha hecho al cine que he hecho y al cine cubano. Hay motivos suficientes para que ella esté por siempre en mi corazón.”
Mirtha Ibarra lleva en su memoria los recuerdos de su vínculo con Miriam y la gran amistad que las unió a través de la profesión. Ella cuenta esas anécdotas y el brillo de sus ojos son testigo del cariño a esa creadora. Al preguntarle sobre la importancia de este encuentro para hablar de la obra de Miriam Dueñas, entre alegría y nostalgia responde.” A mí me une a Miriam muchas cosas, entre ellas que somos de la primera generación de graduados de la Escuela Nacional de Arte en la que vivimos cinco años de beca que propició una gran amistad, pero más allá de esa amistad en el futuro nuestro trabajo continuó unido en muchas ocasiones a través de trabajo como vestuarista en tres películas en las que trabajé que son Cartas en el parque, Plácido y Fresa y Chocolate.
Yo creo que ella es una de las grandes vestuaristas de este país y también del cine latinoamericano. Miriam tuvo una gran profesora que fue María Elena Molinet, y de ella heredó toda esa elegancia, la sabiduría, la delicadeza y la pasión por el diseño.”
Eduardo Arrocha recuerda a Miriam con un cariño que se hace evidente en cada una de sus palabras “Trabajé junto a ella varios años. Realmente hablar de Miriam es algo que me entristece un poco, porque es recordar a una persona que uno ha querido tanto y ya no la tenemos entre nosotros. Pero nos queda su imagen, su recuerdo. Queda esa sonrisa amplia que ella tenía y que manejaba además con un acierto tremendo. Este encuentro me parece un acto de justicia, porque mucha gente no alcanzó a conocer a Miriam y en realidad conocerla era un gran privilegio.”
La sensibilidad de Miriam Dueñas y su gran pasión por el vestuario, le hicieron posible convertirse en una diseñadora codiciada por directores teatrales y de cine. Varias son las producciones que llevan impregnado su sello. Acercarse a ella fue una ocasión para rememorar su grandiosa obra, no solo como creadora sino también como docente.
Fue capaz de transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones a través del estrecho vínculo con la docencia, y así se desempeñó como profesora de Diseño de Vestuario y de Historia del Traje en la Escuela Nacional de Arte y en el Instituto Superior de Diseño Industrial. Cursos y conferencias impartidas por ella posibilitaron el acercamiento al mundo del diseño y el vestuario.
Recordarla a través de este panel, fue un encuentro con su vida y grandiosa carrera artística que le posibilitó el crédito de muchos de los más aclamados espectáculos escénicos de la isla y formar parte de la realización de inolvidables producciones fílmicas como Madagascar, Ustedes tienen la palabra, Hello Hemingway, El viajero inmóvil, y muchas otras. Ella fue y será una mujer que trasciende por la grandeza de su obra.
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