Otra prueba más de la irrevocable solidaridad que une a los pueblos de Cuba y Puerto Rico tuvo lugar en la habanera sede del Centro de Estudios Martianos (CEM), al ser situada oficialmente una foto del Padre de la Patria borinqueña en el salón que lleva su nombre, Ramón Emeterio Betances, en esa institución.
Tal acto fue acompañado por una conferencia sobre el Mapa Biográfico de la Ruta de Betances, creado, producido y preparado por la doctora Liliana Cotto
Morales, Socióloga urbana y de Movimientos Sociales en Puerto Rico.
Durante su disertación Cotto Morales, enfatizó no sólo en el aspecto
metodológico del mapa –como novedoso proyecto de investigación y análisis--, que emprende un recorrido por los lugares visitados y de permanencia del Líder puertorriqueño durante su exilio en París, sino también como demostración de su apoyo a la causa independentista martiana. Todo ello de suma utilidad para los cibernautas de Google.
Participaron también en la exposición el arquitecto Ricardo Curet Agrón, quien estuvo a cargo del diseño y tecnología del Proyecto; Irma Flor López, especialista en programación; Edwin González Vázquez, delegado de la Misión de Puerto Rico en Cuba y Ana Sánchez Collazo, directora del CEM, entre otros investigadores, estudiosos e invitados.
. Un poco de Historia.
Los Estados Unidos entraron en la historia puertorriqueña al ocupar la Isla el 25 de julio de 1898 durante la Guerra hispano-cubano-norteamericana. El diez de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el que Puerto Rico y el resto de los territorios coloniales (Cuba y Filipinas) del Imperio español a los Estados Unidos el 11 de abril de 1899.
En 1900, mediante la Ley Foraker Estados Unidos crea un gobierno civil que reemplazó al gobierno militar de ocupación, y es así cómo la Isla pasa a ser administrada por el Departamento del Interior de la gran potencia y con la designación de un gobernador nombrado por el Presidente norteamericano.
Desde 1948 Estados Unidos intenta legitimar su posición en Puerto Rico al permitir la elección de gobernantes dentro de las circunstancias de sufragio que pueden existir dentro de un territorio intervenido militarmente, controlado políticamente y explotado económicamente. Con vista a esto ha llevado a cabo la represión y la persecución sistemática de todos aquellos puertorriqueños que han defendido la liberación de su país. Estableció el 'carpeteo', acción mediante la cual miles de boricuas son fichados y vigilados, tanto en sus hogares como en sus comunidades o puestos de trabajo. Desde el momento mismo de la invasión, miles de patriotas han sido encarcelados, desde el periodista Evaristo Izcoa Díaz, en 1899, hasta los más de mil civiles condenados en la lucha por la expulsión de la Marina de los Estados Unidos del municipio puertorriqueño de Vieques.
A lo largo del siglo pasado otros independentistas como Rafael Cancel Miranda y Lolita Lebrón, por mencionar sólo dos, cumplieron hasta veinticinco años de encierro en cárceles estadounidenses por sus actos heroicos en defensa de la dignidad, soberanía e independencia de su Patria.
Igualmente, el poder interventor se ha apoyado en la educación para crear una mentalidad capaz de aceptar la supremacía del colonizador. A partir de 1898, se le impuso al pueblo boricua el currículo que utilizaban las escuelas norteamericanas. Se comenzó a conmemorar sus días festivos, se inculcó el culto a sus héroes, a su himno, su bandera y se ocultó la verdadera historia puertorriqueña.
Durante años la educación ha constituido un medio de adoctrinamiento militar, para un país carente de ejército propio, además de crear bases militares que hoy ocupan cerca de un 13% del terreno cultivable.
En el terreno del idioma el imperialismo encontró un campo fértil para la manipulación. La enseñanza del inglés ha sido siempre en Puerto Rico un proyecto de carácter político. El imperio ha privilegiado su enseñanza, pero no como vehículo humanizador y de ampliación cultural, sino como instrumento de asimilación. No se busca la creación de un puertorriqueño capaz de comunicarse con sus hermanos caribeños de lengua inglesa, como tampoco se profundiza la comunicación con la otra mitad de sus hermanos que reside en Estados Unidos, sino con el objetivo de crear un pensamiento favorable al poderío imperial.
En lo que respecta a la salud pública, actualmente los servicios médicos están controlados por aseguradoras que rigen el expendio de medicinas, el tratamiento médico, los laboratorios y otros servicios relacionados con el enfermo. El puertorriqueño que requiera servicios de salud está bajo el poder administrativo de estas compañías que lo dirigen todo en función de sus intereses mercantilistas.
Asimismo, hoy la Isla hermana enfrenta una nueva junta de control fiscal producto de la crisis creada y acumulada por el gobierno colonial desde hace más de una década. Junta que no sólo viene a manejar la situación económica, sino también que posee poderes mayores al del gobierno colonial. Unido a ello el Gobierno de los Estados Unidos y sus grandes transnacionales continúan generando ganancias por más de 35 mil millones de dólares anuales.
Puerto Rico lleva más de cien años de colonialismo norteamericano. Es exponente de esa anacrónica e impuesta situación política pero, al mismo tiempo, es reflejo de todas las lecturas que se deben hacer en estos momentos de recolonizaciones y de pensamiento anexionista por parte de las derechas latinoamericanas. Más de cien años de experiencias, resistencia y lucha continuada, le dan derecho a la esperanza a la Patria de Ramón Emeterio Betances. Luchador independentista al que el CEM rinde memoria junto a nuestro José Martí.
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