Un encuentro con parte del personal artístico que participó en el rodaje del filme El hombre de Maisinicú, se realizó este miércoles en el vestíbulo del cine Chaplin, a 45 años del estreno de la película que sobre el mártir de la Lucha Contra Bandidos, Alberto Delgado Delgado, dirigiera Manuel Pérez.

La génesis de esta, su ópera prima, la situó el cineasta en el interés despertado en él por el tema de los alzados en el Escambray, desde que siendo asistente de dirección en Historias de la Revolución, tomó parte en algunas filmaciones en la ciudad de Santa Clara.

Tras una extensa investigación, posterior al asesinato de Alberto Delgado en 1961, comenzó el rodaje de esta película en el escenario de los acontecimientos, acompañado de un equipo de realización que elogió por el espíritu de trabajo y colaboración que lo caracterizó.

Los actores Mario Balmaseda y Luis Rielo, la maquillista Bárbara Galindo y el productor Santiago Llapur también intervinieron con anécdotas de su participación en la cinta, en las que destacaron la consagración y solidaridad existentes, pese a las difíciles condiciones que imponía el agreste lugar.

La ocasión fue oportuna para la presentación del libro publicado por la Editorial Capitán San Luis, Bandidismo. Derrota de la CIA en Cuba, de Santiago Gutiérrez Oceguera y Pedro Etcheverry Vázquez, este último encargado de su introducción, junto a Luis Rodríguez y Fernando Danilo Castillo, oficiales de la LCB en la región central del país, en aquel entonces; así como Alberto Delgado, hijo.

Detalles del accionar de las bandas criminales y del apoyo que siempre les brindó el gobierno norteamericano, fueron ofrecidos durante el intercambio, en el que algunos de los asistentes se pronunciaron acerca de la necesidad de mantener vivo, principalmente dentro de las nuevas generaciones de cubanos, el recuerdo de ese heroico período de la revolución.

Asimismo, como parte del homenaje por el aniversario 45 del estreno de El hombre de Maisinicú en el vestíbulo del Chaplin quedó inaugurada la exposición Porque un hombre sin rostro va a morir, con fotogramas de la cinta.