Todo el universo del cantautor cubano Raúl Torres, que es en definitiva el universo de todos, se desnudó ayer en el Teatro Mella en un concierto que tras dos años lo reestrena en los escenarios de esta Isla.

Una noche donde el gran protagonista fue su público, y tuvo como invitados a Beatriz Márquez, Vania Borges, Ivette Cepeda, Michel Herrera, David Torrens, Eduardo Sosa, Abel Acosta y Annie Garcés.

A pesar del fantasma de la butaca vacía que acecha a muchos artistas -consagrados o noveles- como si cada noche fuera la primera vez, el concierto fue un éxito. Desde luego esto no solo se resume a llenar la capacidad del teatro.

En esta noche “universal” hubo de todo, sorpresas, nuevas letras, como una cajita de música, un regalo azul como el de Regrésamelo todo, una noche también de girasoles.

Cada instante parecía ideal para decir “hasta aquí el concierto, gracias por venir”, tras cada canción una ovación unánime y como olvidar el ejercicio de memorizar el siguiente estribillo:

“Ni Neruda, ni Buesa, Carilda, ni Silvio, ni el gran Benedetti

pasaron por lo que he pasado”

Raulito, como cariñosamente le llaman sus allegados agradeció a su amigo Jesús Lara Sotelo, cuyas obras engalanaban la presentación. Cantó solo y acompañado en lo que denominó su casa.

No podía faltar Cabalgando con Fidel, los argumentos sobran. Conocimos de primera mano canciones acabadas de nacer, ideas hechas luz en las palabras como Laureles y Olivos según catalogó el músico, una carta de todos nosotros al líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro.

Trajo a colación Frío, Se fue, Candil de Nieve con “la musicalísima” Beatriz Márquez y acompañados por Abel Acosta, Regrésamelo todo a dúo con Ivette Cepeda, Se fue con Vania Borges, canciones icónicas de la trova de Raúl Torres y que los trovadictos no olvidan. Un trovador, un artista, un puente entre el patriotismo y el amor.