El
lauro le fue entregado por Fernando Rojas, viceministro de Cultura y Roberto
Smith, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.
Luciano
Castillo director de la Cinemateca de Cuba y miembro del jurado, dio lectura al
acta de premiación en la que consta que el lauro fue conferido por unanimidad
teniendo en cuenta que la intensa actividad profesional de Raúl Rodríguez “siempre
ha estado encaminada a reflejar con diversidad y virtuosismo la imagen
fotográfica en sus películas; es un maestro de la luz, del encuadre y de la
composición, con una capacidad innata para trasmitir sus saberes”.
El
maestro Enrique Pineda Barnet, Premio Nacional de Cine 2006 y presidente del
jurado expresó “hoy yo debía decir que le toca temblar a la injusticia, porque
hoy es un día de hermosa justicia”; explicó entonces que durante muchos años se
esperaba que Raúl Rodríguez recibiera este galardón.
Se
refirió igualmente al hecho de que por primera vez se realizara un reconocimiento
especial por la obra de toda la vida a cuatro figuras indispensables del cine
cubano: Magaly Pompa, Violeta Cooper, Hilda Roo y Paco Prats.
Raúl
Rodríguez por su parte realizó una intervención, según sus propias palabras
inusual en estos casos; mencionó agradecido, en primer lugar, a muchos de sus
compañeros del ICAIC, con los que ha compartido toda su vida artística y luego
realizó un inventario de sus más recientes trabajos con el ICAIC, la productora
de audiovisuales Octavio Cortázar de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba,
el Centro Cultural Pablo de la Torriente
Brau y otras realizaciones independientes como Aplausos, de Enrique Pineda Barnet.
“Ya
ven, no descanso mis amigos, el cine sigue siendo mi vida” aseguró el homenajeado.
En
otro momento de su intervención declaró: “Yo aprecio mucho la juventud y
siempre he tratado de sentirme joven y todavía con estos 77 años que tengo, me
siento joven; yo creo que, hasta cierto punto, eso es lo que me ha permitido
lograr este premio”.
Entonces
dio lectura a un escrito que hiciera con solo veinte años en Santa Clara y que
fue publicado en Lunes de Revolución, suplemento cultural del periódico
Revolución, el 6 de febrero de 1961 bajo el título “Impresiones de un cinéfilo
de Las Villas”.
El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos confiere cada año
en el contexto de la jornada de festejos por su fundación el 24 de marzo de
1959, el Premio Nacional de Cine a aquellos
cineastas, actores, realizadores y otros creadores cinematográficos con una
destacada y sólida trayectoria en la producción fílmica del país.
Este año, por primera vez se tuvieron en cuenta para las nominaciones las
propuestas individuales de artistas que han sido merecedores de este lauro en ediciones anteriores y de todos
los cineastas miembros de la Sección de Cine de la Asociación de Cine,
Radio y Televisión de la UNEAC.
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