Con aumentadas expectativas tras la necesaria postergación impuesta por la Covid 19, el próximo jueves 3 de diciembre abrirá sus puertas al público, en el Museo Nacional de Bellas Artes, la exposición En ningún lugar como en casa de Alexis Leiva Machado (Kcho), cuya inauguración estuvo prevista inicialmente para el pasado mes de abril.
Treinta años de trabajo de uno de los artistas cubanos de mayor prestigio internacional resume este proyecto que, bajo la curaduría de Corina Matamoros, especialista de la institución, estará instalado en el Edificio de Arte Cubano.
“Hay obras que conservo porque me he fajado con galeristas, coleccionistas y museos que las querían, pues desde muy joven entendí que hay obras que pertenecen a un lugar; las cuales tienen aquí un significado supremo que contado en otro sitio no sería el mismo. Por eso conservo obras como Lo mejor del verano que no se la quise vender ni al MOMA”.
Gracias a esa sabia determinación trasladada por Kcho a la prensa, en un encuentro a propósito de la exposición, esta contará con piezas que datan de inicios de los años 90, como la anteriormente mencionada; junto a otras concebidas en fechas muy recientes e incluso, grabados y dibujos realizados in situ para la exhibición.
Varios emplazamientos tendrá la antológica muestra que abarcará desde áreas exteriores del Edificio de Arte Cubano con esculturas en metal, pasando por el patio del inmueble donde estarán la mayoría de las instalaciones, otras piezas tridimensionales y un taller de artes gráficas; hasta llegar a la sala transitoria de la tercera planta, en la que habrá una sección dedicada al Museo Orgánico del Romerillo, alto exponente de la labor comunitaria del artista, al igual que otra con sus dibujos más recientes.
Así lo explicó la también museógrafa de la exposición, Corina Matamoros, quien promovió en 1992, la primera exposición de Kcho en el MNBA, dentro del espacio Artista del mes:
“Produce mucha alegría, complacenciay también un poco de orgullo cuando uno, en aquellos duros años 90, apostó por una persona que tenía 20 años y se acababa de graduar de la Escuela Nacional de Arte. Haber podido avistar lo que sucedería un poco más adelante y acompañarlo durante tanto tiempo”.
Obviamente, mayor satisfacción provoca en el artista regresar por tercera vez al Museo Nacional de Bellas Artes, ahora con su ya larga cosecha, cuyos mejores frutos conservó para compartirlos en casa:
“Después de 30 años de trabajo es bueno sentir que todo lo que uno ha hecho tiene un objetivo, un sentido claro. Hoy, gracias a eso, podemos contar esta historia de la forma más coherente posible”.
En ningún lugar como en casa podrá ser visitada en el Edificio de Arte Cubano del MNBA hasta abril de 2021.
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