“Para disponerse a morir, es necesario oír antes la voz de una mujer”.

 José Martí.

Para cerrar la Jornada de la Cultura en la Universidad de las Artes, el pasado 20 de octubre el Dr. Eduardo Torres Cuevas - convencido que es desde la cultura que nace del compromiso, de la comprensión, de la idea y del sentimiento que se construyen y logran grandes acciones - recordó los tres Soles Refulgentes de nuestra historia.

Comenzó su recorrido histórico rememorando a la generación de “Los padres de los Padres de la Patria”, aquellos ilustrados del siglo XIX que dieron luz a la ciencia y la conciencia cubana para lograr cambios en la cultura y estimular el movimiento revolucionario en el que la mujer bayamesa tuvo un protagonismo sin igual.

Luz Vázquez fue mujer bayamesa, Sol inspirador de la primera creación musical titulada La Bayamesa, considerado por algunos como la primera gran obra de la canción trovadoresca cubana.

Según Torres Cuevas, otras luces femeninas inspiradoras fueron la joven insurrecta Adriana Castillo y la abanderada Candelaria Figueredo, quienes enaltecían su defensa entonando la bayamesa compuesta por Pedro F. Figueredo Cisneros, segunda melodía con mismo nombre que, aunque llegó a convertirse en canción de cuna en territorio granmense y muy versionada en el campo de batalla, fue reconocida por su autor como Himno Patriótico , publicado por José  Martí con título Himno Revolucionario y declarado oficialmente Himno Nacional de Cuba en la Constitución del 40’.

Torres Cuevas concluyó el encuentro con la melodía de un tercer Sol Refulgente, lo que para los presentes constituía cierre de una trilogía de melodías compuestas para enaltecer la figura femenina de la cuidad de Bayamo, “Mujer Bayamesa” obra gloriosa del trovador Sindo Garay cuyo texto colmado de lirismo romántico describe a la muchacha e insiste en recordarnos el espíritu enérgico independentista de la bayamesa

 “Ella sencilla, le brinda al hombre virtudes todas y el corazón. Pero si siente de la patria el grito, todo lo deja, todo lo quema, ese es su lema, su religión”.

Gracias Cuevas por evocar la fuerza de la mujer cubana en nuestra historia.