“A qué nos dedicamos si no estamos presentes para defender la fraternidad y solidaridad entre nuestros congéneres”, cuestionó Ana Velez Osejo, Secretaria de culturas, las artes y los pueblos de Honduras durante el Encuentro de Poetas en Defensa de la Humanidad (EDH), realizado en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí como una de las últimas acciones del recién terminado XXX Festival Internacional de Poesía de La Habana. Al cónclave asistió el ministro de cultura de Cuba, el poeta Alpidio Alonso.
La necesidad de la unión y el uso de la poesía como arma para salvar al mundo de la mala hierba que significan el racismo, la misoginia, la homofobia, el feminicidio; el fanatismo, saqueo y expolio, así como la cero sensibilidad humana del poder hegemónico mundial en el cuidado del medioambiente y el cambio climático, generado por el consumo irracional de las fuentes del planeta; la égida de una verdadera justicia social por sobre las formas de violencia represiva, entre otras interrogantes, fueron abordadas por representantes de diversos países asistentes a la cita lírica.
“Somos la conciencia que no se puede acallar ante la opresión y el engaño que ha signado nuestra historia como naciones explotadas, como Tercer Mundo cuyas aspiraciones a la unidad y el progreso no pueden no pueden seguir siendo postergadas”, alentó Velez Osejo.
También fueron aludidos la guerra sucia y de exterminio contra el hermano pueblo de Palestina, cuyo objeto principal es el desplazamiento y desaparición total de esa hermana nación sin importar la atroz masacre que lleva el ejército israelita en la franja de Gaza, comparable con el resultado de las hordas nazis de la Alemania fascista.
Al respecto el poeta y narrador cubano, Alberto Marrero, presidente de la Asociación de Escritores de la Uneac, citó versos sobre “la dignidad de un pueblo masacrado, humillado desde hace 75… las imágenes que vemos en las redes y la televisión, no pueden ser más macabras”, señaló.
Más adelante dijo, “la poesía no puede detener el genocidio, pero, lo denuncia, lo fija para la historia, moviliza la preocupación y el rechazo enérgico… sirva la poesía para ayudar a silenciar el espanto y el ruido de las armas, para que las generaciones futuras y actuales sepan que los poetas no se callaron”.
El encuentro fue iniciado con palabras inaugurales del poeta Alex Pausides, presidente del Festival, al que le siguió la intervención de Ernesto Novaez, coordinador del capítulo cubano del Encuentro EDH, quien hizo un recuento detallado del saqueo hacia las acciones explotadas, en especial a Palestina y, a la urgencia de una lucha mundial para detener ese flagelo, “será una lucha desde el antimperialismo y el anticolonialismo”, subrayó.
Continuaron los alegatos, el poeta y periodista cubano Waldo Leyva, quien, en encendidas décimas, rememoró las más recientes imágenes de niños masacrados en Palestina; le secundaron la poeta ecuatoriana Sarawi Andrago que aseguró no necesita ejercer su profesión, es graduada de Derecho, para luchar contra la discriminación de la mujer, “utilizo esto” y levantó un libro de poesía de su autoría.
El poeta haitiano Juste Philipsson ofrecía encendido y audaz testimonio sobre la emigración de su país, alentada por la huida de la pobreza de un medio casi colonial que vive esa nación, mientras que la poeta palestina Hanan Awwad leería un bello poema sobre los vejámenes a los pobladores de su patria, luego de recordar la solidaridad de Cuba y la fraternal amistad de Fidel Castro y Yasser Arafat. Concluiría las intervenciones una reflexión del poeta Antonio Guerrero, uno de los Cincos Héroes cubanos que sufrió injusta prisión en cárceles norteamericanas.
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