Hoy se cumplen 45 años de la premier del largometraje de ficción Patty-Candela, del realizador Rogelio París, seleccionado entre los filmes más significativos del año 1976 por la crítica especializada en Cuba.
Rogelio París (La Habana, 6 de enero de 1936-29 de marzo de 2016), reconocido director de cine y televisión, fue, además, profesor titular de la Facultad de Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte, (FAMCA).
Junto a otros realizadores cubanos, en la década del 70, se propuso la concepción de filmes que reflejaran historias reales de la actividad de los Órganos de la Seguridad del Estado y de los héroes anónimos a ellos asociados. Patty-Candela, de 1976, y Leyenda, de 1980, son ejemplos.
Otra temática fue la de la heroica participación cubana en las luchas independentistas africanas, muy bien reflejada en Caravana (1990), que codirigió con Julio César Rodríguez, o Kangamba, filme bélico del año 2008, su última cinta de ficción.
Patty-Candela, con 91 minutos de duración, aborda un plan de la CIA llamado Patty, para atentar contra la vida del comandante Raúl Castro, que marcó una etapa histórica en la guerra sucia declarada por el gobierno de EE.UU., para tratar de aniquilar de un solo golpe a la jefatura de la Revolución Cubana, y a la par revela la efectiva labor de la contrainteligencia cubana para descubrir y destruir este plan.
Esta película tuvo el guión de un cuarteto: París, Nilda Rodríguez, Julio García Espinosa y Rolando Díaz Reyes; la producción fue de Humberto Hernández Rodríguez y Ricardo Ávila; la fotografía de Pablo Martínez; la edición de Justo Vega, la música original de Pablo Milanés y el sonido de Ricardo Istueta.
El reparto contó con estelares actuaciones: en el protagónico, el inolvidables Raúl Pomares, al que secundan de manera magistral, Salvador Wood, Rogelio Blaín, Noel García, Marcos Miranda, Carlos Gilí, Carlos Paulín, Ignacio Valdés Sigler y Armando Soler, entre otros actores.
La historia que cuenta
El Plan Patty consistía en realizar un atentado en el estadio de Santiago de Cuba, en el contexto de las celebraciones por el aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, donde hablaría Raúl Castro; los atacantes tomarían posiciones desde una casa adyacente a la tribuna del acto e instalarían una ametralladora calibre 30, con dos hombres a su cargo, mientras otros cuatro, armados con granadas de mano, facilitarían la retirada.
Otros seis hombres con subametralladoras M-3, se emboscarían en la carretera del aeropuerto, en el caso que el primer atentado no surtiera efecto y el dirigente decidiera tomar un avión para partir hacia La Habana; por último, el plan incluía la autoagresión a la Base Naval yanqui en Guantánamo.
Tras una concienzuda operación de contrainteligencia que se llamó Candela, se logró la infiltración de estos grupos, el control de las actividades enemigas y se destruyó la bien planificada venganza de la CIA y la contrarrevolución por la derrota de Playa Girón.
El 22 de julio de 1961, fueron detenidos los principales complotados en todo el país, ocupando abundantes armas y pertrechos de guerra; solo en Santiago de Cuba y Guantánamo entre los armamentos confiscados se encontraban dos cañones de 57 mm, cuatro brazolas, un mortero de 60 mm, dos ametralladoras calibre 30.06, más de 90 fusiles y subametralladoras, decenas de granadas, cajas conteniendo gelatina de demolición, minas, centenares de cartuchos de TNT, miles de proyectiles y otros materiales bélicos, todos de fabricación norteamericana.
En agosto de 1961, el comandante Ernesto Che Guevara denunció el plan de la CIA en una memorable intervención en Punta del Este, Uruguay; describió así aquellos hechos:
«(…)El día 26 de julio de este año, grupos de contrarrevolucionarios armados en la Base Naval de Guantánamo esperaban al Comandante Raúl Castro en dos lugares estratégicos, para asesinarlo (…) El plan era inteligente y macabro (…) y pocas horas después, señores delegados, morteros norteamericanos, desde territorio cubano, empezarían a disparar sobre la Base de Guantánamo (…) y los pobres Estados Unidos no tendrían otra cosa que hacer que defenderse (…) Ese era el plan, que nuestras fuerzas de seguridad, bastante más efectivas de lo que pudiera suponerse, descubrieron hace unos días».
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