Como introducción la directora de El Techo explicó acerca del proceso creativo de la película que era un proyecto que tenía desde hace algún tiempo y que lograron materializar en los últimos tres años, de manera independiente, en coproducción con Nicaragua.
Confesó también que el proceso de casting para los muchachos protagonistas le agradó mucho y añadió “dos días antes del rodaje, se hizo una prueba de maquillaje y vestuario, ya los tenía a todos ellos maquillados y vestidos y yo me sentí tan feliz porque uno escribe los personajes y de pronto tener a los actores como uno los escribió es una emoción tremenda; era una sensación, maternal, creativa, extraña”.
Comentó que a ella siempre le había interesado la visualidad de las azoteas “y tomarla como un pie forzado para armar una historia de jóvenes actual”; historia que se enriqueció en los ensayos porque los actores la hicieron más espontánea, y aportaron elementos que hicieron que el guión se fuera rescribiendo”.
Narró que la búsqueda de locaciones fue muy ardua, muy larga, pues evaluaron más de setenta lugares y que finalmente encontraron una azotea en el barrio Cayo Hueso que era lo que buscaban: lo suficientemente visual, sólida, no ruidosa y que correspondiera a la historia.
El director de fotografía fue Alán González apuntó que esta especialidad en el filme fue un gran reto porque la locación esencial de la película es la azotea, por tanto casi todo el rodaje se hizo al sol y fue muy agotador;” nosotros buscábamos sobre todo retratar La Habana como La Habana se merece, con dignidad, sin destruirla pero tampoco edulcorándola demasiado”.
Los actores ofrecieron detalles de la construcción de sus personajes y de los referentes que tomaron para este proceso; Emmanuel Galván dijo que su referente son “esos jóvenes que dejan los estudios para ganarse la vida porque tienen que mantenerse o mantener a su familia y rodando la película conocí a una familia de cerca de dieciséis personas que vivían en la misma casa, y habían como cinco jóvenes, sin opciones, y es bien difícil. Me gustó mucho intentar representar a ese sector de la juventud”.
Andrea Doimeadios, señaló que para conformar su personaje había estudiado mucho a Laura de la Uz, Isabel Santos, Alina Rodríguez, a las que admira profundamente “ yo creo que para nosotros que estamos empezando es muy importante estudiar mucho, ver mucho cine, mucho teatro y con toda la humildad del mundo trabajar muy duro”.
Reconoció igualmente que había tan buen ambiente, tan buena energía y se llevaban también todos “que no sentíamos que estaban trabajando”.
Jonathan Navarro por su parte, para el cual El Techo fue su primera experiencia actoral, aseguró haberse inspirado en su propia vida para construir y actuar su personaje, “esa vida que yo siempre he llevado de luchar diariamente por conquistar los sueños y las metas que siempre he tenido trazadas. Con mucha naturalidad, disciplina y obediencia es que yo desde un principio he podido hacer este trabajo. Estoy muy emocionado; esto va a ser muy importante para mi futuro”.
Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galván, hacedores de la música de la cinta, coincidieron en que toda música para cine pate de la historia que la película va a narrar y que en este caso tenía la peculiaridad de que el personaje de uno de los muchachos, Vito, insiste en buscar a sus antepasados sicilianos, lo cual permitió incorporar elementos de las melodías de esa región como la mandolina, el acordeón y lo mezclaron con guaguancó cubano para que esta mezcla pudiera acompañar la progresión dramática de la historia.
A propósito la directora declaró: “ yo pienso que uno de los fuertes que tiene El Techo es la música que ellos hacen que la acompaña, la abraza, la enriquece, la hace dulce, la hace más vibrante”.
Sobre el lenguaje-jerga que utilizan los protagonistas la cineasta aclaró que los actores habían incidido en este, que habían actualizado y suavizado el texto y que además tenían un “asesor de lenguaje, de jerga” que les ayudaba con la fraseología común que utilizan muchos jóvenes en el presente.
En cuanto a la recepción del público, Patricia Ramos confirmó sentirse muy feliz puesto que la película la había gustado a personas de diferentes profesiones, niveles culturales y formas de vida. “Me gusta mucho que la cinta conecte con la gente porque uno escribe para uno, pero para la gente”. El filme El Techo, ópera prima en largometrajes de ficción, de la realizadora cubana Patricia Ramos Hernández, fue estrenado en el 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano , por lo que la cineasta, los actores protagónicos de la cinta y parte del staff de realización sostuvieron un encuentro con la prensa acreditada al evento en la sala Taganana del Hotel Nacional de Cuba, sede del mismo.
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