Una fiesta repleta de alegría y amigos inundó la sede el Ballet Español de Cuba (en la barriada de Santos Suárez), el pasado 1ro. de abril, cuando la agrupación, que dirige el maestro Eduardo Veitía,llegaba a sus primeros 35 años de vida. Reconocimientos del Consejo Nacional de Artes Escénicas, que coincidentemente arribaba en esa jornada a su 33 aniversario, y del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, fueron entregados a la compañía en pleno salón de ensayos, donde afloraron memorias a través de las palabras del director, y de la primera bailarina Leslie Ung. Y luego, en un agasajo improvisado se dio rienda suelta a la felicidad de este aniversario, y se bailó lo español con alma cubana, como acostumbran a hacer las huestes de Veitía ante cada puesta…
“Los tonos rojos iluminaron la escena. De pronto, sonaron las castañuelas, rasgó la guitarra, repiquetearon los tacones en la madera y flotaron los trajes en el espacio dibujando los movimientos. En la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana vibró un eco d tradición en la NOCHE ESPAÑOLA. Así se tituló el primer programa con el que debutó, el 22 de diciembre de 1988, el Conjunto de Danzas Españolas del GTH...”.
De esa forma comenzó el primer comentario que, sobre el actual Ballet Español de Cuba (BEC) publiqué en el diario _Granma_. Mucho ha llovido y mucho han bailado por Cuba, y por el mundo, sus integrantes, desde aquellos días del pasado siglo XX, cuando fue creada la agrupación, el 1ro. de abril de 1987, hace ya 35 años. Y continuó aquella reseña: “La magia del folclor ibérico atrapó a un numeroso y entusiasta público que con sus aplausos apoyaba la feliz iniciativa, donde está la mano inspiradora de Alicia Alonso, quien siempre luchó por llevar a su justo lugar este género”. Es que en los primeros momentos, la agrupación estuvo enfrascada en la preparación, montajes, en una labor que era acompañando en escena, en bailables, al BNC, al Teatro Lírico y la Ópera de Cuba.
Fotos: Tomadas del perfil de facebook de Evelio Palomino
A través de los años, la compañía que, desde su fundación en 1987 hasta 1992, dirigió la bailarina/profesora Olga Bustamente, y a partir de 1993, el primer bailarín, profesor y coreógrafo Eduardo Veitía, también fundador, sigue atrapando y conquistando al auditorio, como la primera vez.
Después de aquella etapa en que se fue formando y fusionando el BEC —que en el tiempo ha tenido otros nombres como Conjunto de Danzas Españolas del GTH, Ballet Español de La Habana, entre otros—, el conjunto enrumbó por caminos interesantes, buscando maneras propias, un repertorio más variado en el que pudieran desatar sus ánimos artísticos, y, sobre todo, ideas para multiplicar en la escena,benfrentándose siempre a las dificultades y sobreponiéndose.
La compañía ha sumado en madurez, nivel artístico-técnico, belleza interpretativa y prestigio, que va más allá de la escena. En 1994 se fundaron, por primera vez en Cuba y en América Latina, los Cursos internacionales de Verano de Danza Española, que en 1999 realizó su primera graduación ante un tribunal de exámenes, que estuvo integrado por destacadas personalidades y estudiosos de la danza en Cuba, creándose así las bases y las condiciones para oficializar la misma, como una de las Escuelas Nacionales de Arte en el país.
Cercanos están esos programa-conciertos que abrían las puertas de la agrupación al público y la crítica, donde se conjugaban los bailes regionales, la escuela bolera y tradicionales junto con algunas nuevas creaciones coreográficas, que iban marcando un sendero, siempre sobre la base del legado cultural que brindan siglos de cultura en la danza teatral, la espontaneidad y la riqueza de los bailes populares, y que fueron marcando pautas, fogueando a los bailarines en ese estilo, y trazando el camino.
NUEVAS RUTAS EN LAS TABLAS
Cuando se observan los espectáculos actuales del BEC -compañía que ha dejado sus marcas en países como Costa Rica, Ecuador, Colombia, Nicaragua, México, el Principado de Andorra, República Popular de China, así como en España, donde en 1992 alcanzó el 2do. Premio en el Primer Certamen Internacional de Coreografías y Danzas Españolas y Flamenco, con la pieza SONATA Y FANDANGO, coreografiada por Eduardo Veitía-, aparece nítidamente la influencia del flamenco en nuestros propios ritmos y en la fuerte base percutida de la música y el baile de la Isla grande del Caribe. Se baila con todo el cuerpo, con las manos, con los pies, con la mirada. Por momentos, la entrega y la concentración de los cantaores hacen hasta recordar el trance de nuestros rituales mágico-religiosos. Hay mucho más, simbiosis, creatividad, ganas de hacer que se multiplica en la escena ante cada nueva salida, y aunque algunas cosas no salgan en la primera vez, cuando pasan los días y vuelve a las tablas, el público reconoce cambios positivos, novedosos. Es que ha pasado por el tamiz del tiempo y del talento de sus creadores.
PÁGINAS DE UN LIBRO EN MOVIMIENTO
LA VIDA BREVE, CARMEN, LA HABANA VALDÉS, LA CASA ALBA, YO TE QUIERO, AQUEL BRUJO AMOR, EL FANTASMA..., constituyen páginas especiales de un libro en movimiento escrito por el BEC. Seleccionar una, entre todas ellas, es tarea harto difícil para el director, ágil e intrépido, y siempre en éxtasis creativo, “porque cada una tiene su historia, su personalidad”. Por eso, Veitía –quien es, sin lugar de dudas, uno de los alumnos más aventajados de nuestra Alicia Alonso, porque sigue sus pasos como coreógrafo, profesor y con ese amor puro a la danza y el movimiento-, habla, sueña y conspira con las palabras para recordar en el aniversario 35 de esta institución que lleva la impronta de la Maestra.
LA CASA ALBA, inspirada en LA CASA DE BERNARDA ALBA, comenta Veitía, es una de las más conservadoras, casi no se ha tocado desde que se creó. “No necesita mucho más, quizá un poco de alegría, y no se le puede dar, porque García Lorca no es nada alegre”. AQUEL BRUJO AMOR tiene ahora dos actos —dice— y una escena totalmente nueva que no estuvo en el estreno.
CARMEN, sin embargo, ha tenido muchos cambios, según él, especialmente en la escena de los toreros, “incluso recibimos clases de un célebre torero colombiano, quien ha trabajado en las más importantes plazas españolas”. Esta pieza, estrenada hacia 1999, vino a sumarse a la rica tradición tejida en torno a un tema profundamente español, entre cuyos exponentes más notables se cuentan, no obstante, obras surgidas en otras latitudes, como la novela de Merimée, la ópera de Bizet, numerosas versiones cinematográficas y los ballets con coreografía de Roland Petit y Alberto Alonso. Esta última tuvo a Alicia Alonso en su papel estelar. “En la obra vibra el complejo cultural del flamenco en toda su plenitud, aunque se utiliza la música clásica de Bizet. Precisamente, aquí es donde se emparenta con la versión de Gades. Y la hemos realizado, incluso, con dobles roles protagónicos de baile/canto. Carmen por dos, uniendo al BEC con el Teatro Lírico”.
LA HABANA VALDÉS fue otro gran éxito, estrenada en noviembre de 1999, e inspirada en la conocida novela cubana CECILIA VALDÉS, de Cirilo Villaverde. A lo español, sumaron lo cubano y lo afro, que en definitiva conforman nuestra raíces; de ahí la importancia de este
trabajo concebido en dos actos, y donde su creador mezcló el pasado y lo contemporáneo, y redujo el elenco a Cecilia, Pimienta, Leonardo y Dolores Santa Cruz, que al mismo tiempo es Chepilla, y el hilo conductor de la historia. Ellos resultan como una especie de símbolos que se conjugan con la música —flamenco, toques afro y ritmos cubanos—, que ponen de manifiesto los orígenes de nuestra nacionalidad. Sonoramente, esta pieza mostró aportes musicales donde se mezclaron lo popular cubano, elementos de la zarzuela de Gonzalo Roig, rumba flamenca, y sevillanas con un toque de folclor.
Veitía hace un paréntesis en el diálogo, para referirse a la música y al grupo que ha desempeñado un papel destacado en los éxitos del BEC, “pues se puede bailar con grabaciones, pero la música en vivo le da mucha riqueza para el bailarín. Cuando existe una buena comunicación entre bailarín y músico se pueden hacer bien las cosas”. De LA HABANA..., el artista comentó: “Fue la continuación de una línea de trabajo que realiza la compañía desde 1993, de llevar a escena obras con dramaturgia. En este caso resumí mis experiencias como bailarín y las diferentes escuelas que he estudiado, ya sea lo clásico, lo moderno, folclórico y lo español, incluyendo las variedades. Solo pretendo mostrar en la escena, a través de la danza y la música, la fusión de estas raíces que conforman nuestra cultura nacional”.
YO TE QUIERO fue otro momento interesante del BEC que demostró estar al día, atento y adaptable a cualquier acontecimiento que tuviera lugar a su alrededor, para darle un sentido artístico, y en particular de baile español. Esta pieza estuvo dedicada a todos los niños del mundo, y en particular al niño cubano Elián González. Porque fue una situación que conmocionó a todo nuestro pueblo, y más allá de nuestras fronteras, además de tocar cuerdas sensibles en el grupo para reflexionar mediante la danza.
UN FANTASMA PASÓ POR EL BEC...
Bailarines principales, primeros solistas, solistas y cuerpo de baile —una parte formada por los integrantes de la compañía y otra por los alumnos de la Academia— conformaron las huestes de Veitía, que unieron sus fuerzas para traer a la escena un hálito de aventura y romance con EL FANTASMA…, en el estreno en el año 2000. Esta ha sido una pieza muy importante dentro del repertorio, bailada por disímiles primeras figuras y aplaudida en Cuba, y más allá de nuestras fronteras.
Cambiando de tiempo y espacio, el célebre protagonista de la novela EL FANTASMA DE LA ÓPERA, del francés Gastón Leroux (1868-1927) que desandaba por los pasadizos subterráneos de la Òpera de París (con interminables laberintos y un misterioso lago interior debajo del escenario), regresó de la mano del bailarín y coreógrafo Eduardo Veitía con el BEC, para demostrar con creces que nada era imposible de decir desde el movimiento. Sonriente y feliz con este reto danzario, contó que “es lo español contemporaneizado” Está presente el flamenco, pero también la danza, es muy moderno, pues el estilo del BEC es una mezcla del ballet clásico, lo español y la danza, lo que resulta un todo que se “degusta” equilibradamente en el “paladar” de los espectadores (amantes del género). Para esta nueva coreografía, el BEC tuvo la ayuda de Eddy Veitía (padre) en la preparación de las clases de técnica de danza. EL FANTASMA... cuenta la historia de “un hombre sensible, que aunque fue marcado por el destino, puede amar con intensidad y es capaz de sacrificarse por la persona que ama”.
GRANDES PINTORES EN ESCENA
Esas sensaciones que la labor del pintor fija en el tiempo y en el espacio, salieron nuevamente a flote, danza mediante, en varias piezas que el Ballet Español de Cuba exhibe en su amplio repertorio desde hace algún tiempo: FRIDA (como homenaje a Frida Khalo), DANZANDO SUEÑOS (dedicado a Wifredo Lam) y SEVILLA, EL TIEMPO (que dibuja en danza a otro grande pintor cubano: Servando Cabrera). Porque el BEC conjuga, en sus creaciones, la cultura y el arte cubano e internacional, traduciendo al flamenco todo lo que puede dar nuestra nacionalidad e idiosincrasia latinoamericana. Son trabajos de Eduardo Veitía, director, coreógrafo y primer bailarín de la agrupación, que enfocan historias y pasajes pictóricos de grandes artistas de la plástica latinoamericana y universal.
No caben dudas que DANZANDO SUEÑOS es una pieza que llega al espectador y lo emociona, marcando el clímax el cuadro final LA JUNGLA. Precisamente, en esta importante obra de Lam, de la cual Alain Jouffroy expresara que era una declaración plástica del Tercer Mundo y el propio creador definiera como un “Autorretrato: No hay más que verlo: yo mismo”, el coreógrafo pone a bailar, en mayúscula, a toda la compañía en los más disímiles estilos danzarios. Hay, indudablemente, un diálogo perfecto entre coreografía-escenografía.
FRIDA, por su parte es una pieza que podríamos denominar mínimal y que sigue la estética creativa de Eduardo Veitía, de llevar lo inimaginable al flamenco con una pasión e inteligencia poco comunes. Más que mostrar la Frida pintora, el coreógrafo se inmiscuye en la azarosa historia-vida de esa mujer. Como secuencias de un filme pasan ante el espectador la INFANCIA, un ACCIDENTE, una PASIÓN, la PINTURA, DIEGO EN EL PENSAMIENTO..., donde con pocos elementos, un sobrio telón de fondo, semejando nubes, trazos de pintura o el tiempo, expone todo aquello que la rodeó. ¿El mejor momento de la obra? El cuadro de las DOS FRIDAS, donde resaltan el baile y la interpretación de las dos primeras figuras con un desarrollo técnico de alto vuelo, y la escena del ABORTO en la que se logra una alta tensión interpretativa. En SEVILLA Y EL TIEMPO, Veitía resuelve integrar y llevar a la misma dimensión aspectos de la vida/obra del destacado artista cubano Servando Cabrera, con mucha inteligencia y tino, para regalarnos un documento dancístico de alto calibre, humano, visual y estético.
EL BEC Y SU FESTIVAL…
Un momento alto de la agrupación lo constituyó la aparición, en el 2017, entre el 2 y el 12 de noviembre, del 1er. Festival Internacional de Danza Española y Flamenco, que atrajo a la sede del GTH ALICIA ALONSO, a artistas invitados de España, México, Chile, compañías cubanas que trabajan el género, y, por supuesto, al Ballet Español de Cuba que celebraba así, en escena, sus 30 años de vida. Ese primer encuentro se dedicó al Maestro Antonio Gades y a la bailaora Cristina Hoyos. Constituyó una verdadera fiesta de nuestras raíces hispanas, y fue un momento importante para mirar atrás y recordar, pero también, para poner la mirada en el futuro que sigue fluyendo con pasión, como el primer día… El 2do. Festival Internacional de Danzas Españolas y Flamenco, que tendría lugar entre el 11 y el 17 de marzo del año 2020, y dedicado al Centenario de Alicia Alonso, contó con invitados de España y México, y diversos artistas y compañías cubanas, pero, dado el comienzo de la pandemia en nuestra nación, solo se pudo realizar un encuentro, en el Café Cantante del GTH Alicia Alonso, como despedida, para marcar ese importante acontecimiento en el que estaban también invitadas importantes agrupaciones nuestras como DCC, Acosta Danza, el Conjunto Folclórico Nacional, Ivette Cepeda y su grupo, la enorme
soprano cubana María Eugenia Barrios, entre muchos otros. ¡Para este año, en junio de 2022, está marcado el 3er. Festival, esperamos poder realizarlo!, dice con mucho ánimo el director y coreógrafo, que resultará siempre un homenaje a la Maestra y fundadora, Alicia Alonso.
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