A pocos meses del triunfo de Enero de 1959, el 17 de mayo y, en recordación al asesinato (1946) del líder campesino Niceto Pérez, fue proclamada la Ley de Reforma Agraria en la Sierra Maestra; documento jurídico que daría lugar a la apertura de un proceso de transformaciones estructurales de la propiedad en Cuba.
Con ella, la gran propiedad terrateniente recibía un golpe demoledor, mientras que entre los múltiples aspectos e incidencias que se derivaban de ese documento estaba su representatividad como elemento táctico y estratégico que debía manejar toda dirección revolucionaria que asumía el poder.
En los Por Cuantos 5to y 10 mo., de esa Primera Ley de Reforma Agraria, se hace un resumen pormenorizado del régimen de explotación vigente en Cuba hasta ese momento y de sus efectos como freno al progreso económico, y a su vez base de una desigual distribución del ingreso nacional entre las diferentes clases del país. La explotación del campesinado se subrayaba enérgicamente.
Dos aspectos, íntimamente vinculados, determinaban el contenido mismo de la ley. En primer lugar, la necesidad de la búsqueda de un sistema donde la injusticia social fuera liquidada; en segundo lugar, el cambio de la estructura de la propiedad rural se presentaban como imprescindible, por ser ésta “el obstáculo más grande con que tropezaba el desarrollo de la industria nacional”.
Finalmente, y con motivo de esta acción revolucionaria, el 17 de Mayo fue proclamado como Día del Campesino.
Mas, ¿quién fue Niceto Pérez? ¿Por qué la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria por el Líder de la Revolución cubana, en recordación a la fecha del asesinato del campesino Niceto Pérez?
Aniceto (Niceto) Pérez García
Como tantos miles de campesinos cubanos y sus familiares, desde muy pequeño Niceto padeció la explotación de los latifundistas y sus acólitos; algo que lo convocó a tomar una postura de principios revolucionarios y de lucha por los derechos del campesinado hasta el final de su vida.
Emigrantes de las Islas Canarias, sus padres –asentados a su llegada en la zona habanera de Güira de Melena, y más tarde en la provincia oriental de Guantánamo–, lucharon durante años por lograr un lugar donde trabajar como precaristas.
Así las cosas, en Juan Jutía, zona enclavada en un extremo de Guantánamo, entre los pulpos latifundistas Ermita Company Guantánamo Sugar y Lino Mancebo, pudieron asentarse, para más tarde trasladarse a la finca María Luisa, situada en la zona realenga de El Vínculo, lugar ubicado al suroeste de la actual provincia de Guantánamo.
En dicha zona Niceto, en unión de sus compañeros agricultores, fue un activo luchador contra los continuos intentos de desalojo y aspiraciones expansionistas de robo y corrupción del terrateniente Lino Mancebo, entre otros latifundistas.
Hay que recordar su valiente posición ante una amenaza de desalojo contra 128 familias campesinas de dicha zona, tras exponer que la compañía agrícola e industrial Maca SA, había enviado a sus hombres a cercar las fincas de los agricultores para arrebatárselas.
Frente a las provocaciones de los terratenientes Niceto respondía siempre: “Para quitarme la tierra, hay que matarme”.
Ante su resuelta oposición a entregar las 0,8 caballerías de tierra en la cual laboraba para el sustento de su familia, el 17 de mayo de 1946, guardias rurales al servicio de los grandes terratenientes y dueños de compañías, irrumpieron en la finca del campesino dándole muerte. Lino Mancebo y su pandilla cumplían la promesa realizada cuando en una nota anunciaron: “Díganle a Niceto que lo vamos a picotear, como a sus viandas”.
Un asesinato que tuvo finalmente la repulsa de todo el pueblo guantanamero durante una gran manifestación de duelo popular, en un verdadero acto de rebeldía ciudadana.
Triunfa la Revolución Cubana en Enero de 1959 y el 17 de Mayo de ese mismo año se promulga la Ley de Reforma Agraria en la zona de La Plata, en pleno corazón de la Sierra Maestra, allí Fidel expresó:
“Nosotros entendemos que esta Ley inicia una etapa enteramente nueva en nuestra vida económica y que un esplendoroso porvenir espera a nuestra patria si nos dedicamos a trabajar todos con el mayor ahínco”.
Fue este el mejor reconocimiento a la memoria de Niceto Pérez, con la entrega de la tierra a miles de familias campesinas. A partir de ese momento, Niceto Pérez García pasa a ser Símbolo del campesinado cubano.
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