Ah, topónimos, rótulos mágicos, palabras que fundan.
A. S.
Mi mesa de trabajo, gavetas incluidas, es una vergüenza. Ya no me encontraba ni a mí misma, así que a recoger se ha dicho. Pero –siempre hay uno en estos casos- ahí mismo, provocador, retador, desafiante, estaba el librito de Santiesteban.
No le hubiera hecho caso de no ser por las listas que se encontraban entre el reguero. Porque tengo montones de listas, cientos de nombres enlistados: trapiches, ingenios, centrales… Bateyes que perviven, industrias que aún muelen… Nombres y nombres que la vida –y la caña- han convertido en topónimos, esas palabras que fundan.
Y dado el caso que no me gusta mucho eso de recoger, sobre todo porque es obligatorio, mientras que a cambio me encanta combinar cosas unas con otras a ver que sale –a lo que se sumaba el dichoso librito retador- comencé a hojear – y ojear- mis listas… Resumiendo: usted será la víctima.
Podemos comenzar con los canonizados. Mire, en Matanzas existieron 27 San José, 15 San Francisco, 14 San Juan, 11 Santísima Trinidad, 10 San Antonio y 7 Santa Rosa. Empatan con 6, Santa Ana y San Rafael; y en 5, Santa Catalina, Nuestra Señora del Carmen, San Miguel y Santa Rita. Los otros santicos ya van poquiteando; pero, todo mezclado casi que se sobrepasa el Santoral. En serio: hay algunos nombres bienaventurados que yo creo son aportes de los hacendados a la Corte Celestial.
Y el tema no fue exclusivo de Matanzas, de eso nada. Por las antiguas provincias orientales existieron, por ejemplo, San Andrés, San Marcos, San Agustín, San Miguel, San Juan, San Joaquín, y muchos más incluyendo al señor de las llaves, San Pedro. Y en cuanto a las santitas encontramos a Santa Isabel, Santa Cecilia, Santa Ana, Santa Rosa, Santa María que aparece como cuatro veces. Y así, y así, se llega hasta la Santa Cruz.
Ya le decía: bien reunidos todos los ingenios de nombres bendecidos que en Cuba han sido, se sobrepasa el Santoral. Sin embargo, con la misma, se mudan a la mitología y allá te van Vellocino, Ceres, Ariadna, Laberinto, Diana y hasta el mismísimo Olimpo.
Sin embargo, aquí hay algo complicado porque existieron 2 Laberintos y solamente una Ariadna: no me imagino que harían porque con un solo hilo… Óigame, si hay veces que para salir de un laberinto no alcanzan dos Ariadnas, usted sabe.
Pero, bueno, sin respuesta para eso, continué mi lectura y descubrí países, regiones. Fue muy llamativo encontrarme con Andorra, Terán, Belfast y el Líbano: tal parece que estoy leyendo un periódico de hoy.
También comencé a notar una que otra dislocación. Por ejemplo, en Colón andan Habana y Santiago; y en Santiago, Morón y Manacas. Aunque hay un caso en que quisieron arreglar un poco el desfasaje situacional: Trinidad está en Guáimaro y Guáimaro en Trinidad.
Parece cosa de locos; pero, es verdad. Mire: Cienfuegos está en Bayamo y en Cienfuegos ¿sabe quién está? Pues, California. Y así partimos de viaje por el mundo en pleno siglo XIX.
Helvecia –no sé si la de Argentina o la de Suiza- está en Perico. Occitania está en Los Arabos, y Francia en San Cristóbal, así como si nada. Y la cosa sigue: Andorra –principado entre Francia y España- está por Martí, y España, por Perico. Pero, no toda España, no señor. El Escorial, en Jagüey Grande; Cantabria, por el Escambray; Asturias y Cataluña, por Agramonte; y Vizcaya está en Colón. ¡Cuénteme!
En Pedro Betancourt no estaban para detalles y colocaron a Europa, así, en pleno, aunque el irlandés Belfast se les quedó en Colón. Lo que en realidad no hace diferencia dado que Los Alpes andan por Jagüey Grande, donde también está el Niágara. Pero, en verdad, qué importancia puede tener si el Amazonas está en Sancti Spíritus…
Y si usted piensa que esas dislocaciones se superaron con el paso de los años, le aseguro que comete un gran error: espere a que algún día yo encuentre, en medio de mi reguero, las listas de los nuevos nombres.
Mejor sigo con lo que tengo a mano y verá que en eso de bautizar ingenios hubo de todo. Por ejemplo: 1 Otoño y 2 Primaveras… Esto vence todas las realidades de los ciclos climáticos.
Una puede encontrarse con 3 Atrevidos, 1 Audaz, 1 Osado y 1 Intrépido… Para buena suerte existieron 3 Victorias y una va quedando a mano…
En cuanto a eso de quedar a mano, mire usted: 3 Destinos, 3 Desengaños y 3 Desquites. Y a cambio hubo uno llamado Dos Felices y otro llamado El Feliz, lo que sumen tres ¿o no?
Así que se emparejó el asunto… Por algo hay 14 Esperanzas, sin embargo, solo hay 2 Paraísos… En fin, igual que en esta vida de cada día, donde, a veces…
Nada, nada… Como le decía, igual que en esta vida solo hay 1 Casualidad, aunque hay uno llamado Por Carambola, que me parece que es equivalente.
Me gustó eso de Por Carambola… Eso suena original, aunque mucho más original es encontrarse un ingenio llamado La Chirigota. ¿Qué diablos será eso de Chirigota? ¿Y qué otros diablos será Achurís? Porque hubo un ingenio llamado Achurís.
Y, por cierto: ¿cuál será el gentilicio local? Porque eso es algo para pensárselo bien, no termine una diciendo una obscenidad. No existe el mismo riesgo, por ejemplo, con los pobladores del Telégrafo, que vendrían siendo telegrafistas, aunque eso es algo, vaya, no sé, un poco rarito, creo yo.
¿Cómo…? Que le estoy corriendo un rollo… No, hombre, que no… Que sí hubo un ingenio llamado Telégrafo. Y, mire, más: uno se llamó Tabaco y otro se llamó Piraña: ¡cuénteme eso…! Piraña… Y, nada, que por ahí anda, como si tal cosa.
Y con la Piraña caemos en el asunto de los animales. Pase lo de Jicotea o lo de Jirafa, aunque para un ingenio que se dé su lugar… Vaya, que no suena. No es por nada, pero suena fatal. Y sin contar lo de Las Moscas, Las Mulas, o Los Puercos… Vaya, que no. Pero, pase eso. Lo que no pasa bien es un ingenio llamado Guacamayo… Menos mal que en Coliseo tienen El Toro de la Loma, menos mal… Nada que ver con un ingenio, pero para una industria de ese tamaño mejor Toro que Guacamayo, dicho esto pensando solo en lo del tamaño, no esté buscando terceras intenciones que no hay tal.
Y ahora dígame: ¿usted cree que un ingenio serio, que se respete, vaya, que se lo coja en serio, debía llamarse Jicarita? Pues por ahí anda, por Jovellanos.
No crea que tengo intenciones de criticar, no, para nada: no puedo menos que reconocer que las damas hemos estado muy bien representadas en el asunto: Josefa, Mercedes, Gertrudis, Manuela, Carmen, Teresa, Luisa, Antonia, Nieves, Aurora, Caridad, Andrea, Rosario, Ramona… Y, además, algunos con su cariñito y su chiqueo: Andreíta, Reglita, Conchita, Merceditas, Cachita, Panchita… Se incluyen asomos de admiración: Bella Eduarda, Bella Cuchita… Toponimia femenina azucarera, para que no se diga. Muy agradecida, aunque y mi nombre, ¿qué?
Y que no me digan que es algo complicado porque no lo es y, además, qué me dice usted de esta listica: Jaraguayabo, Jucaibama, Caribacoa, Guaramaquilla, Seybabo, Jiquiabo, Guaininicú, Pojabo y, para más, un Pojabo Viejo. Y hay más del mismo porte. No es que yo tenga nada en contra de esos nombres, no, para nada. Solo que me recuerdan una frase de mamá cuando oía ciertos nombres de algunos bebés: Esa madre tuvo un parto difícil…
Como sea, cientos de ellos perviven, pese a todo: habitados desde el siglo XIX, y cuidado que no desde antes.
¿Cómo que perviven? Que sí, que perviven, que subsisten. Fíjese en estos numeritos: de 1386 ingenios que existieron entre 1860 y 1963 se localizan, en los mapas topográficos, 875 nombres geográficos, los topónimos, y solo le estoy hablando de esos, que si no…
De seguro quiere saber cómo lo han logrado. Pues, fácil: combinamos los mismos nombres de esos viejos bateyes que tengo en mis listas y narramos la historia. Allá vamos.
En primer lugar, con la Esperanza, ya le dije que existen 14 bateyes supervivientes que llevan ese nombre, y resulta entre todos suman unas mil personas. Hay Esperanzas libres al viento y otras, personalizadas, como La Esperanza de Cepero, la de Roldán o la de Hernández.
Claro que han pasado lo suyo, como se dice… Veamos qué dicen mis listas. Dolores, claro que sí, que hay 4 Dolores, y por no faltar hasta una Dolorita, que suman 500 pobladores. Hubo sus Desengaños -que antes le contaba- y, por ejemplo, uno en Matanzas tiene 500 habitantes, y otro por Guáimaro, tiene poco más de 30.
¿Se mantendrán a puro Capricho? Pudiera ser: con ese nombre sobrevive uno por Mayabeque. Y de seguro que más de una vez pidieron Socorro. Al menos así lo dicen el Socorro de Matanzas con más de 700 pobladores, y el de Bayamo con unos 100.
Eso sí, tuvieron Perseverancia, que hay dos: uno en Matanzas y otro en Guantánamo. Lucharon por su Porvenir, por eso hay dos en Matanzas con ese nombre y que suman 200 pobladores. Y reconozcamos que han obtenido su Recompensa: con poco más de 60 pobladores hay uno en Pinar del Río y otro en Bayamo con unos 90.
Puede que haya influido la Constancia, y así lo vemos con dos de ellos: uno en Matanzas y otro en Las Villas. También hay que considerar el Desempeño, como el viejo batey matancero que aún perdura.
También sus nombres nos dicen cómo se vive por allá: Dichoso y Feliz, que entre los dos suman unas 170 personas. Lo que sí es indudable es que han alcanzado la Victoria: así lo cuentan los 3 bateyes con ese nombre que apenas llegan a 150 habitantes entre todos.
Claro que han tenido la buena suerte de los paisajes: 5 Vista Hermosa y 4 Buena Vista así lo aseguran. Pero, como quiera que sea, ahí están, en su lugar, hace tantísimos años, guardando su historia y marcando nuestra geografía.
En verdad, lo dicho es poco: aún tengo un Sobrante, por allá, por Sabanilla… A estas alturas usted debe pensar que me lleva el Delirio, que, por cierto, anda por Cárdenas, así que voy a llegar a la Conclusión, que está en Colón.
Como usted -si llegó hasta aquí- ha cumplido fielmente su papel de víctima, le regalo Las Flores, de Guáimaro, y me llego a Jovellanos para darle mi Gratitud.
Puedo asegurarle que yo no soy culpable, me encuentro tan Pura y Limpia como el batey que está en Matanzas. El culpable es el bojeo a la toponimia cubana que hizo Don Argelio Santiesteban: para él, un matancero Arco Iris.
Y ya, me voy a Galope -que está en Pinar del Río- a guardar todas mis listas porque si me vuelve a dar por esto de seguro me cancelan el Contrato, y este ni me acuerdo dónde está… el ingenio, quiero decir.
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