El proceso de institucionalización de los estudios históricos en Cuba avanzó notablemente a partir de la tercera década del siglo XX–marcada por el estallido revolucionario antimperialista de 1933, la supresión de la Enmienda Platt (a excepción, por ejemplo, del arrendamiento de la Base naval estadounidense en Caimanera, Guantánamo) y el enmascaramiento de la política neocolonial a través de nuevos tratados de relaciones con EE. UU.; además del largo debate constitucionalista democrático que fomentó la innovadora Constitución de la República de Cuba de 1940.
Fue en ese favorable escenario, cuando se implantaron nuevos cargos y organismos gubernamentales, o no, que aportaron a la institucionalización de la Historia patria. Particularmente, se erigieron algunos de gran importancia para la historia de la capital del país, La Habana, destinados a estudiar, rescatar, proteger, promover y conservar sus diversos valores patrimoniales.
El Ayuntamiento de La Habana, el 1º de julio de 1935, designó al doctor en Derecho Emilio Roig de Leuchsenring (La Habana, 23.8.1889-Ídem, 8.8.1964, miembro electo de la Academia de la Historia de Cuba, desde 1923 hasta el 20.8.1942)[i] para ocupar el función de primer Historiador de la Ciudad de La Habana; cargo que desempeñó ininterrumpidamente hasta su deceso en 1964. Posteriormente, el 11.6.1938, se fundó la Oficina del Historiador de la Ciudad, adscripta a la citada institución municipal.[ii]
La labor infatigable que desarrolló Roig desde la mentada Oficina. como historiador, fundador y organizador del Museo, Archivo y Biblioteca vinculadas a aquella; político nacionalista y antimperialista, periodista, promotor cultural de alto vuelo, defensor activo del patrimonio habanero, publicista, conferencista, por mencionar las más relevantes, le ganó un enorme prestigio ante la sociedad habanera de la época y sus intelectuales más avanzados.
La obra historiográfica de Roig constituye un legado patriótico de imprescindible consulta, no solo acerca de la capital de Cuba y su historia, tradiciones y costumbres (“Cuadernos de Historia Habanera”), también por la solidez de sus investigaciones, en especial las encaminadas a demostrar y crear conciencia de la verdad sobre las Guerras de Independencia de Cuba y la conquista por el pueblo cubano, en combate por más de 30 años, de su libertad, independencia y soberanía, así como su batalla de ideas en contra de la infame Enmienda Platt.[iii]
Igualmente, fue fundador de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales (SCEHI) –directamente vinculada a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y dirigida por Roig–, la cual obtuvo resultados trascendentales que influenciaron el posterior desenvolvimiento de la historiografía cubana a distintos niveles: local, nacional e internacional.
La inauguración de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales sucedió el 23 de junio de 1940 y su vida activa perduró hasta 1964;[iv] presidida por Emilio Roig de Leuchsenring, se unieron a ella miembros de la Academia de la Historia de Cuba-pues no hubo contradicciones antagónicas entre ambas instituciones, según plantea Jorge Estévez.[v]
Otros intelectuales, igualmente reconocidos por sus obras y diversas posiciones ideológicas: Fernando Ortiz (renunció a su cargo de Académico en 1934), José Antonio Ramos,[vi] Salvador Massip (geógrafo) y los militantes comunistas José Luciano Franco, Juan Marinello, José Antonio Portuondo, Carlos Rafael Rodríguez, Julio Le Riverend, Antonio Núñez Jiménez, Sergio Aguirre, y Ángel Augier.
Los fines de la Sociedad fueron amplios, a favor de una democratización de los conocimientos y estudios de la Historia de Cuba, muy comprometidos con la realidad económica, social, política y cultural del país. También, estuvieron vinculados al interés de una mayor divulgación e integración con la Historia de América y Universal.
Mencionaré solamente algunos de los declarados por la SCEHI al momento de su fundación: “desarrollar el conocimiento y estimular el estudio de la Historia de Cuba, en particular, y de la del resto de América, en general, así como las de aquella y esta, en relación con los pueblos del Viejo Mundo vinculados a los países americanos, política, económica y socialmente; llevar a cabo investigaciones y estudios de historia nacional y continental; divulgar dichos estudios mediante conferencias, debates, discursos y publicaciones de toda índole, utilizando ya los medios orales y tipográficos tradicionales ya los modernos de la radio, la televisión, el cinematógrafo, etc….”[vii]
A diferencia del ámbito reducido, elitista y de la rigurosa etiqueta practicada por la Academia de la Historia de Cuba, la SCEHI se abrió democráticamente al público general, a los debates históricos e incluyó personalidades, antes mentadas, con tendencias ideológicas marginadas por la doctrina anticomunista imperante.
En 1942, organizó y fundó los Congresos Nacionales de Historia (CNH). Estos fueron concebidos para efectuarse anualmente, bajo la presidencia de diferentes miembros de la SCEHI, cuyo prestigio y autoridad intelectual y política incrementaron los de dicha Sociedad a lo largo de la existencia de Roig: debido a la importancia de los temas abordados, sus participantes y publicaciones sistemáticas.
Congresos Nacionales de Historia realizados hasta 1960 |
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CNH |
Ciudad |
Fecha |
Presidente |
I |
La Habana |
8 al 12 de octubre de 1942 |
Doctor Fernando Ortiz |
II |
La Habana |
8 al 12 de octubre de 1943 |
Monseñor Eduardo Martínez Dalmau* (Obispo de Cienfuegos) |
III |
2 al 4 de septiembre de 1944 |
Doctor Gerardo Castellanos García* |
|
IV |
8 al 11 de octubre de 1945 |
Coronel del E. L. Federico Pérez Carbó |
|
V |
La Habana |
14 al 17 de noviembre de 1946 |
Capitán del E. L. Joaquín Llaverías* |
VI |
Trinidad |
8 al 12 de octubre de 1947 |
Doctor José Antonio Martínez |
VII |
Santiago de Cuba |
19 al 22 de noviembre de 1948 |
Ingeniero Ulises Cruz |
VIII |
Trinidad |
4 al 7 de diciembre de 1949 |
Ingeniero Mario Guiral Moreno |
IX |
Cárdenas |
9 al 12 de octubre de 1950 |
Comandante Miguel Varona |
X |
Matanzas y La Habana |
14 al 17 de noviembre de 1952 |
Doctor Enrique Gay Galbó* |
XI |
Trinidad |
27 al 30 de mayo de 1955 |
Manuel Isidro Méndez* |
XII |
3 al 7 de agosto de 1956 |
Profesor Celso Valdés Rondón, presidió la Comisión Organizadora del Congreso en Jiguaní. |
|
XIII |
La Habana |
5 al 10 de febrero de 1960 |
Doctor Fernando Portuondo del Prado*[viii] |
Tabla tomada parcialmente por la Autora del artículo “Congreso Nacional de Historia”: https://www.ecured.cu/Congreso_Nacional_de_Historia
*Miembros de la Academia de la Historia de Cuba.
En fin, como enuncié al inicio de este trabajo, puede apreciarse que la institucionalización de la Historia de Cuba, y en general de la referida a nuestro continente americano y otras regiones del mundo relacionados íntimamente con él, tuvieron un avance innegable y positivo en esta segunda etapa de la Primera República neocolonial, hasta 1958 y más allá durante los primeros años de la Revolución Cubana en el poder (1959 a la actualidad). Es relativamente escasa la bibliografía existente y se requieren de estudios más profundos sobre los procesos ocurridos en este avance, de sus personalidades y obras (de su relación con la historiografía producida).
El resumen presentado en este artículo revela muy modestamente, la acumulación intelectual, la riqueza histórica de Cuba en su gestión de organizar y ofrecer un sustento a los estudios históricos, a veces debilitado por la inconstancia de los gobiernos de turno, pero defendido a ultranza por los profesionales de más visión patriótica y casi siempre, con enormes sacrificios personales que no deben quedar sin ser debidamente reconocidos.
Una vez más, insto al rescate, la reconstrucción, análisis y revalorización en los estudios históricos, a defender su inestimable interés e importancia para el conocimiento y la revelación de la verdad histórica íntegra. Esto coadyuvará a elevar la conciencia ciudadana de los cubanos y cubanas, a través de la enseñanza y todos los medios al alcance de nuestras actuales instituciones, muy necesarios en nuestro incesante batallar por completar la total independencia y soberanía de Cuba.
Notas:
[i] La elección y membresía de Roig de Leuchsenring en la Academia Cubana de la Historia data de 1923, aunque su discurso de ingreso oficial lo realizó en 1938, y su renuncia de esa institución ocurrió en según lo indicado por Jorge Estévez en artículo citado en nota V, más abajo. También consulté los datos que aparecen en: https://www.ecured.cu/Emilio_Roig
[ii] Oficina del Historiador de La Habana: https://www.ecured.cu/Oficina_del_Historiador_%28La_Habana%29
[iii] Sobre las características ilegales e inmorales de la Enmienda Platt trabajó asiduamente desde 1921: La Enmienda Platt su interpretación primitiva y aplicaciones posteriores hasta 1921 (separata del Anuario 1922 de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional); Historia de la Enmienda Platt. Una interpretación de la realidad cubana, Cultural, La Habana, 1935, T. I y II; Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos, presentada como ponencia al IX Congreso Nacional e Historia, y publicada en 1950 por la SCEHI, dan testimonio suficiente de su pensamiento antimperialista. Un listado más completo de su obra escrita aparece en “Roig de Leuchsenring, Emilio”, Diccionario de la Literatura Cubana, Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba (I. L.L. de la A.C.C., T. II, pp. 917-920. Además, existe un trabajo más actualizado: Díaz Carranza, Araceli: Biobibliografía de Emilio Roig de Leuchsenring. La Habana, Ministerio de Cultura, Biblioteca Nacional José Martí, 1986.
[iv] Ver: «Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales», en: Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana, T. 1. La Habana, Oficina del Historidor de la Ciudad, 1955, p. 293-320. En 1964 ocurrió el fallecimiento de Emilio Roig de Leuchsenring y concluyó la existencia de la SCEHI y la suspensión de los Congresos Nacionales de Historia hasta 1997. Sin embargo, no se detuvo el trabajo de la Oficina y de sus dependencias oficiales. Eusebio Leal Spengler (La Habana, 1943- Íd. 2020) fue el brillante continuador de la gigantesca obra iniciada por Roig. hasta su reciente deceso en La Habana el 31 de julio de 2020.
[v] Artículo recomendado, firmado por Jorge Estévez, realizado sobre la consulta de las Actas de la Academia de la Historia de Cuba (AHC), “Primera época de la Academia, 1910-1962”: http://sociedadpcma.org.cu/index.php/Historia/La-Academia-de-la-Historia-de-Cuba-panorama-de-su-primera-epoca-1910-1962
[vi] José Antonio Ramos: (La Habana, 4.4.1885-Íd. 27.8-1946) graduado de Bachiller, el del Seminario Diplomático y Consular y doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, (U.H.) Fue dramaturgo y Cónsul de Cuba en distintos países. (Ver: “José Antonio Ramos” en: Diccionario de la Literatura cubana, I. L.L. de la A.C.C., La Habana,1984, T. II, p. 844-847)
[vii] “Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales”, Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba: Diccionario de la Literatura Cubana, Ed. Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1984, T. II, pp. 975-976.
[viii] Fernando Portuondo del Prado: (Santiago de Cuba, 24.11.1903-La Habana, 27.6.1975) Se doctoró en Pedagogía en la Universidad de La Habana. Miembro de la AHC (Ver: “Portuondo del Prado, Fernando” en: Diccionario de la Literatura cubana, I. L.L. de la A.C.C., La Habana,1984, T. II, p.817)
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