Multiplicando los secretos de la danza cubana


multiplicando-los-secretos-de-la-danza-cubana
Foto: Toni Piñera.

Desde el año 1994, los Encuentros Internacionales de Academias para la Enseñanza de Ballet, campean por La Habana. Por esta época de primavera, se abren anchos los salones de ensayo-clases de la amplia sede de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, ubicada en el Prado habanero, en La Habana Vieja, y el escenario de la sala Avellaneda del Teatro Nacional, ya que cada día se multiplican, por el mundo, las personas que quieren conocer los  “secretos” de esa antigua manifestación en la pequeña isla caribeña, donde el ballet no resulta un sueño lejano para ningún cubano. Más de 300 profesores, estudiantes y bailarines llegados de 15 países, incluida Cuba, se dan cita en la 22 edición de este evento, que pondrá punto final el dos de abril con la Gala de premiación y clausura, en el Teatro Nacional.

Pero los días del tercer mes han estado muy agitados en la sede de la Academia, auspiciadora de este evento conjuntamente con el Centro Nacional de Escuelas de Arte (CNEART), donde los participantes comparten diariamente, desde el 19 de marzo, las diferentes clases: metodología de la Escuela Cubana de Ballet, puntas, pas de deux, repertorio, maquillaje, actuación, danzas de carácter, dúo clásico... y talleres opcionales, afines con la necesaria preparación técnico-artística de los bailarines. Destacados profesores y maîtres, dirigidos por Ramona de Sáa, directora de la Escuela Nacional de Ballet, tienen a su cargo la tarea de enseñar las distintas modalidades de esta manifestación artística, en un curso que crece en calidad.

En la escena

Muchas agradables sorpresas han llegado, en la primera semana del Encuentro, al escenario de la sala Avellaneda. La Gala de apertura, que contó con montaje del inmenso coreógrafo cubano Alberto Méndez, coloreó de buen gusto y originalidad el inicio del evento, y marcó un instante importante. Elegante, sencilla, y salpicada con esos detalles de maestría que infunde a todo lo que toca el maestro del movimiento, niños y jóvenes bailarines, dialogaron con otras disciplinas artísticas: arte circense, música, bailes populares, danza contemporánea, para construir un arcoíris de talentos incipientes, que se sumarán al acervo cultural nuestro dentro de un tiempo. Existe un relevo fuerte —y palpable por lo visto allí— para desarrollar el futuro. Pero, y ¿el tiempo presente? En estos momentos, hay fisuras evidentes en importantes agrupaciones danzarías del país: Ballet Nacional de Cuba (BNC), Danza Contemporánea, Ballet de Camagüey…, por solo mencionar estas, que cada día ven mermar sus filas, de profesores, maîtres, ensayadores, y también de primeros bailarines hasta el cuerpo de baile. Y no solamente para engrosar las filas de compañías foráneas, sino también de algunas nuevas que surgen en nuestra Isla. Un problema que afecta al arte cubano en su conjunto, y a otras esferas de la sociedad, y sobre todo, —lo más importante— al prestigio que distingue a esas agrupaciones que portan, desde hace más de cinco décadas, el nombre de Cuba por el mundo, como banderas de nuestro arte. Es menester ya, resolver los problemas que afectan o inducen a estas evasiones, y que todos conocemos, pues van creando lagunas muy anchas que repercutirán, negativamente, en el desarrollo de una de las ramas más importantes de nuestra idiosincrasia: la Cultura, en todas sus manifestaciones. Eso se observa por estos días en el Encuentro. Muy pocos nombres, del amplio firmamento de nuestra danza imparten clases, entregan su experiencia/talento de primera mano a los noveles valores, que necesitan beber de ellos para continuar viva la llama que encendieron en 1948 los fundadores: Alicia, Fernando y Alberto Alonso. Ramona de Sáa, protagonista de aquellas primeras historias sigue ahí, pero hacen falta más nombres. Con mucho amor y entrega, los actuales profesores y maîtres (algunos invitados como ese nombre alto de la danza cubana, Lázaro Carreño) —pocos para el caudal acumulado en tantos años de bregar—, se esfuerzan al máximo, dan todo de sí para hacer del evento, un instante propicio para demostrar que no todo está perdido.

Destellos coreográficos

El Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza de Ballet, se ha caracterizado, en el tiempo, por acercar a la escena cubana, destellos coreográficos, además de clásicos, que amplían y allanan el camino de los noveles bailarines hacia la escena futura, que está ahí esperando por ellos.

En la primera jornada, además de los instantes mágicos que propiciaron una bien ensayada/equilibrada Gala de apertura, y en los que aparecieron momentos de altos quilates, protagonizados por estudiantes de las escuelas de circo, música, danza…, que con su originalidad/maestría acapararon fuertes ovaciones, se sumaron otras admiraciones, como el Grand pas del ballet Paquita. Obra estrenada en la Academia Real de Música y Danzas de París en 1846, en una versión de Joseph Mazilier y música de Edward Deldevez, aunque la de Petipá es la que se ha mantenido, hasta hoy, en diversas agrupaciones danzarias del mundo, así como escenas del ballet Don Quijote: los toreros, Espada y Mercedes, y el pas de deux del tercer acto que cerraron con broche de oro, la primera noche. Un buen instante, en el que los estudiantes de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso dejaron una agradable estela, con su buen quehacer, sobre la escena. Se observó el entrenamiento, la homogeneidad en el movimiento —que a veces falta en las puestas profesionales—, aunque queda por mejorar y arraigar, como parte imprescindible del “cuerpo”, el consabido estilo, que se alcanzará de tanto bailarlo, y con la ayuda de los profesores/maîtres/ensayadores… No sólo los protagonistas sobresalieron en la puesta, donde hicieron un loable esfuerzo, sino todos y cada uno en el cuerpo de baile también, para dejar en claro lo aprendido en este tiempo de estudio.

La Gala de graduación fue otro momento alto de esta 22 edición del Encuentro. Después de la entrega de diplomas a los más de 30 egresados, pasearon por las tablas grupos de estudiantes de Academias de Ballet de Italia y Estados Unidos (Texas), en clásico y contemporáneo, respectivamente, que fueron muy bien recibidos por el público, especialmente el segundo que mostró un alto nivel danzario, por su precisión y excelentes condiciones.

La segunda parte acercó la suite del ballet Giselle, con montaje de profesores de nivel medio de la Escuela Nacional de Ballet. Todos, alumnos y profesores “construyeron” fragmentos de una obra que tiene para los cubanos, y en particular para los noveles bailarines un hálito singular. Porque fue precisamente en este ballet donde Alicia Alonso emergió, en 1943 a los primeros planos internacionales, al interpretar el protagónico, de una manera singular, sustituyendo a la estrella del American Ballet Theatre, en aquel momento, Alicia Márkova. A partir de entonces se iniciaba una historia que aún corre por nuestra escena, con el sello personal que ella, junto con los fundadores, entregarían después a la pieza, al BNC y a la Escuela Cubana de Ballet. Esos símbolos nuestros hay que defenderlos, porque son parte y orgullo, de nuestra nacionalidad. Los jóvenes lo están demostrando con todas sus fuerzas en este Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza de Ballet, con su infatigable labor.



El concurso esta semana

Hasta el sábado dos de abril, día de la  Gala de premiación y clausura, aparecerán, como parte de esta 22 edición, el 3er Concurso Infantil (11-13 años) y el 1er. Concurso Coreográfico para estudiantes de nivel elemental, medio y profesores. El jurado del Infantil estará presidido por Ramona de Sáa e integrado, además por Margarita Medina (Francia), Roberto Machado y Diana Mayra Farías (México), Tatiana Izquierdo (Perú) y Viengsay Valdés y María Eugenia Reyes, ambas de Cuba. Mientras que el de Coreografía estará liderado por Alberto Méndez, y compuesto por Víctor Alexander (EE.UU.), Alfa Rodríguez (República Dominicana), Carlos Paolillo (Venezuela), y Dania Wambrug (Cuba). Ellos serán los encargados de otorgar los premios en las disímiles categorías, de una competencia que matizará las jornadas con un ritmo particular, donde el lenguaje universal de la danza volverá a ocupar protagonismo.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte