Por estos días se conmemora el primer gran fracaso militar del imperialismo estadounidense en América Latina: lainvasión mercenaria a Playa Girón, acontecimiento histórico que llega a nuestros días en nítidas imágenes en el documental ¡Muerte al invasor!, realizado por un equipo de corresponsales de guerra del incipiente Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), encabezado por Santiago Alvarez y Tomás Gutiérrez Alea.
Fue este el gran proyecto pionero del recién nacido Noticiero ICAIC Latinoamericano, llevado a cabo, junto a Santiago y Titón que dirigieron y editaron el filme, por Julio Simoneau y Pablo Martínez, del instituto y Mario Ferrer, de TV Revolución, en las cámaras y Alejandro Caparrós, en el sonido.
Resulta una obra de sobresaliente valía como hecho artístico, con una unidad efectiva entre imagen, sonido y discurso narrativo, dada desde un montaje que sigue el ritmo del Himno del Guerrillero en las secuencias de combates.
En cuanto a la narración, en la voz del conductor Julio Batista, llega al espectador el relato de la invasión desde los bombardeos iniciales, perpetrados el 15 de abril, hasta los instantes ulteriores a la victoria del pueblo cubano.
En solo 16 minutos, los cineastas registraron la gran gesta combativa que emociona profundamente hoy al observarlos enfrentamientos, la metralla, los muertos y la desmoralización de los mercenarios que luego tendrían el triste destino de ser cambiados por compotas.
La invasión, que fue parte de la Operación Pluto de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, comprendía el desembarco por Bahía de Cochinos de más de 1500 hombres armados, integrantes de la Brigada 2506, tanques de guerra, artillería de campaña, apoyados por 30 aviones.
Las tropas estaban formadas por cubanos que se habían exiliado en Estados Unidos, después del triunfo de la Revolución; entre ellos, hijos de la oligarquía, ex esbirros de Fulgencio Batista, empresarios, políticos, jóvenes católicos, todos entrenados, financiados y dirigidos por la CIA, y apoyados por el gobierno estadounidense.
El pueblo cubano, agrupado en las Milicias y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) derrotaron en menos de 65 horas la expedición invasora y sus utópicasexpectativas de derrocar la Revolución para crear una cabeza de playa, donde establecer un gobierno provisional que solicitaría de inmediato la intervención de la Organización de Estados Americanos y de Estados Unidos y el reconocimiento de la comunidad internacional.
La acción constituyó la prueba de fuego de la naciente Revolución; cobró la vida de más de 150 combatientes cubanos, fueron cientos los heridos y varios los civiles fallecidos a consecuencia de los ataques de la aviación asaltante.
Los derrotados tuvieron más de un centenar de muertos, y 1200 prisioneros que enfrentaron un juicio sumarísimo, de la Causa 111 de 1961, celebrado entre el 29 de marzo y el 4 de abril de 1962; el 7 de abril se dictó sentencia por el delito de traición, y se les condenó a pagar altas indemnizaciones; al ser sancionados legalmente perdieron la ciudadanía cubana.
El 21 de diciembre de 1962 se firmó un acuerdo mediante el cual se devolverían los mercenarios capturados a Estados Unidos, y el gobierno de ese país pagaría a Cuba 62 millones 300 mil dólares en medicinas y alimentos para niños, de los que no fueron pagados dos millones, ero igualmente, fue la primera vez en su historia que el imperialismo pagó una indemnización de guerra.
Esta producción del ICAIC fue un documentoincuestionable que sirvió de denuncia internacional del sangriento acontecimiento, al ser exhibida en varios festivales cinematográficos como Festival de los Pueblos, de Italia, y VIII Festival de Cortometrajes de Oberhausen, de la República Federal Alemana; en 1961 conquistó los galardones Filme notable del año (ex-aequo) en el V Festival Internacional de Cine de Londres, Gran Bretaña, y Premio al Mejor Programa al Conjunto de Filmes Cubanos, en Festival Internacional de Cine Documental y de Animación de Leipzig, República Democrática Alemana.
¡Muerte al invasor! es un audiovisual de inmenso valor testimonial, en el que destaca la elocuencia de las imágenes; un insuperable aporte al mantenimiento de la memoria histórica de la nación.
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