Fue en diciembre de 1972 que se creó El Movimiento de la Nueva Trova Cubana y en los primeros meses de 1973, comenzó el proceso de organización, que nos llevó —a los que tuvimos el privilegio de realizar esa tarea en todo el país— a conocer a jóvenes con inquietudes de creación en el campo musical, de un verdadero valor artístico y a dos cuadras de mi casa, en El Vedado, vivía uno de los prospectos más interesantes en un estilo trovadoresco que no era el más común, pero sí uno de los más necesarios, sobre todo para nosotros los cubanos: el humor.
Alejandro García Villalón tendría unos 17, casi al cumplir 18 años, por allá por los finales de 1972 o principios de 1973 (5 de enero de 1955) cuando lo conocimos, desde el primer momento le tomamos aprecio por varias razones, entre ellas, su enorme talento, amén de su carácter desenfadado y esa virtud tan especial de darse a querer.
Virulo hacía humor desde la canción y de pronto, teníamos a un joven que era capaz de hacer una caricatura que provocaba risas, de las calamidades que a otros simplemente irritaban, porque este trovador humorístico, que es un calificativo incapaz de abarcar todo lo que hace Virulo —autor de excelentes canciones en otras cuerdas— que retomaba con innovaciones una línea de gran importancia en la música cubana, era un muchacho que tuvo una formación de calidad en su casa, y un bagaje cultural que nunca cesaría de alimentar, que le permitía acometer ese tipo de canciones, ya fueran propias o parodias, con una gran personalidad y con elementos de su tiempo, una generación que tuvo la suerte de poseer la oportunidad de acceso a la literatura y los estudios que otros antecesores del humor musical no tuvieron, pues Ñico Saquito, El Guayabero, Carioca y otros, no pudieron acceder a la información que Virulo aprovechó con creces y que junto a su innegable capacidad, produjo una creación musical donde el humor, construido con plena identificación popular, alcanzaba niveles distintos.
La combinación de exhibir un nivel intelectual para realizar los dibujos de la realidad que describía en sus canciones, utilizando formas y frases sencillas, de absoluta comprensión por todos, le ganó una poco común aceptación del público y nosotros los que estábamos responsabilizados con la creación de un movimiento artístico, de inmediato lo distinguimos como una de las propuestas verdaderamente interesantes a promover.
Recuerdo que una de sus primera presentaciones, si no la primera, fue en el Teatro Martí en 1973, un espectáculo que llevó por nombre: Lo Más Nuevo de la Nueva Trova, que dirigimos de forma conjunta Vicente Feliú y yo y el elenco, lo conformaban Amaury Pérez Vidal, Jesús Sagués, Manolo Sabín y Alejandro García “Virulo”.
En esa época, gustaban de presentarse juntos, cantando canciones a dúo y solos, porque no era precisamente un dúo, Virulo y Rubén Galindo, otro joven trovador de talento que también empezaba su carrera, y yo trataba de invitarlos a las actividades que teníamos el grupo Los Cañas en aquella etapa feliz de actuar casi todos los días en escenarios de primera y centros de trabajo con un micrófono de palo.
Quizás por ese afán de promoverlos y considerarlos, debido a su nivel artístico que descollaba de manera especial y sobre todo por puro afecto, Virulo, hace más de 40 años comenzó a llamarme “tío” y aún hoy en día, me llama a la casa y cuando oye mi voz, me suelta: ¡El Tío! Lo que, por supuesto, me alegra el alma.
Virulo es un tipo súper activo, desde jovencito ya entró en la dirección del movimiento; nos reuníamos en su casa donde oíamos sus canciones. Otros trovadores contemporáneos eran asiduos y Angelito Quintero hizo cosas verdaderamente interesantes, al igual que Alfredo Carol, otro trovador humorístico que prometía una gran carrera y murió prematuramente.
Con ese tipo desgarbado, a veces lo veíamos llegar de la CUJAE con su uniforme militar con grado de teniente y ya comenzaba a ser un verdadero dolor de cabeza porque a la hora de armar un espectáculo de aquellos que periódicamente armaba la nueva trova, nadie, ni los más famosos querían ir después de Virulo, porque el público lo esperaba ansiosamente.
Pero al mismo tiempo que avanzaba en su carrera de arquitectura iba haciendo cosas más elevadas y complejas y cuando ya empezó a pensar en un concepto de espectáculo más allá de simplemente cantar sus formidables canciones, dio un paso de avance importantísimo, no solo en Cuba, también en otros países.
Recuerdo cuando fue un éxito rotundo Génesis según Virulo, en México, todo un suceso, porque excepto Les Luthiers, conocidos y admirados por todos los trovadores, no había un humor tan desarrollado en texto y música desde un punto de vista documentado en lo musical, independientemente de grandes humoristas musicales como el mismo “Chava Flores”, en México, pero al igual que el inmenso Ñico Saquito se trataba del resultado de talento y perspicacia, pero el nivel de elaboración que Virulo había emprendido de obras completas sobre un tema, como hizo con La Historia de Cuba según Virulo y posteriormente con una troupe de verdadero lujo, fue algo realmente excepcional.
Por cierto, Virulo estaba aún en México, pero había llegado la noticia del éxito de sus presentaciones y nosotros estábamos celebrando una Jornada de la Canción Política Internacional en la Isla de la Juventud en 1981.
Yo no sé por qué, porque para mí, no se parecían tanto, a Noel Nicola lo confundían con Virulo y Noel, a pesar del afecto que sentía por el “Viru” no le hacía la más mínima gracia que lo confundieran con nadie, sobre todo por su carácter avinagrado, aunque para mí era un ángel y uno de los hombres más honrados que he conocido. En ese evento en la Isla, estando en una fiesta que nos dieron por el éxito de la Jornada en el Hotel Rancho del Tesoro, si mal no recuerdo, le pasó en varias oportunidades la confusión y llegó el momento en que me dijo: “El próximo que me diga Virulo, lo voy a mandar pa`l c…” y casi diciendo aquello, entraba el ministro Armando Hart y solo de verlo le dijo:
¡Virulo, felicidades por el éxito de tu versión de la Biblia en México!
Yo, a la velocidad de un cohete le dije: No ministro este es Noel Nicola, mientras Noel palidecía.
Hart me miró y le dijo a Noel de inmediato, perdona, me confundí y Noel musitando un “no se preocupe”, dio la vuelta y se alejó, y Hart, apenado me dijo “¿Se habrá ofendido? Pero es que se parecen mucho”.
Y yo: “no qué se va a ofender, no se preocupe”.
Anécdotas aparte, esas muestras de un humor de nivel, certero, innovador, capaz de contemporizar con lo mejor del continente ya era merecedor de un status superior y creo que con acierto, se le entregó la responsabilidad del Conjunto Nacional de Espectáculos, que resultó ser bajo la dirección de Virulo un gran éxito que reunió el aplauso de la crítica y el público como pocos eventos o entidades han logrado hacerlo.
Virulo nucleó a su alrededor innegable talento y supo utilizar con sorprendente eficiencia, los recursos de músicos, actores, orquestas, cuerpo de baile y el propio Karl Marx, un escenario que a los más avezados impone respeto, con una soltura impresionante.
Su creación de Konstantin Vonsahuerkraut, las puestas en escena de espectáculos como Échale Salsita o El Génesis según Virulo, La Candela o El infierno según Virulo, La esclava contra el árabe, El Bateus de Amadeus, entre otros éxitos contando con las valiosas colaboraciones de Héctor Zumbado, Jorge Guerra, Sara González, Carlos Ruiz de la Tejera, Tatica del Valle, solo por mencionar algunos.
Su etapa en México, donde triunfó rotundamente y se casó con una mujer hermosa por dentro y por fuera, que le sirve de novia, compañera, soporte y alianza de su talento, lo mantiene vigente y tras la increíble cantidad de 42 años de carrera, lo han convertido en una leyenda y referencia obligada a la altura de los más grandes en su oficio.
Por eso el 13 de noviembre, que se conmemoró el 20º aniversario de la creación del Centro Nacional de Promoción del Humor, que tuvo a Virulo como pilar importantísimo, fuimos un grupo de amigos, personalidades de la cultura, incluyendo al Ministro Julián González, que junto a Kike Quiñones, actual director del Centro, le entregaron el Premio Nacional del Humor 2014 y la EGREM con su Director Mayito Escalona le confirió un premio EGREM más que merecido, en medio de un espectáculo de humor criollo que incluyó una selección de temas de Virulo, más el premio y reconocimiento del seminario humorístico DDT y el aplauso de un público agradecido, fue una fiesta para todos los que lo queremos como persona y como artista, porque Virulo es de esa categoría de artistas que el pueblo considera como parte de su familia.
Felicidades de todo corazón y que sigas creando obras tan serias que arrancan la risa de lo más profundo del alma, porque cada triunfo tuyo, es como un premio para todos nosotros y para mí en particular, el legítimo orgullo de ser tu tío.
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