María de las Mercedes Dolores Matamoros y del Valle,nació en Cienfuegos el 13 de marzo de 1851; la esperaría una vida triste y llena de angustias, que quizá le aportó una especial sensibilidad para la poesía, y ya en la madurez, una actitud desafiante como de quien tanto ha padecido que no teme amenazas o peligros mayores.
Conocida simplemente como Mercedes Matamoros, fue también dramaturga y traductora; en 1867, publicó sus primeros artículos de costumbres, bajo el seudónimo de Ofelia, en los periódicos El Siglo y El Occidente, que fueron muy elogiados por la prensa y los lectores.
Al respecto afirma la doctora Hortensia Pichardo, quien dedicó su tesis doctoral de la carrera de Filosofía y Letras a Matamoros:
«Antes de cumplir los 16 años, Mercedes observaba cuidadosamente lo que pasaba en torno suyo y satirizaba tipos y costumbres en artículos de sentido y de atinadas observaciones. Es verdad que su estilo es jocoso, pero ¡que análisis social para ser hecho por una adolescente!».
Sus primeras composiciones poéticas fueron muy encomiadas por la crítica, y se incluyeron en revistas de Europa y Sudamérica. A este momento de su carrera pertenece su conjunto lírico Sensitivas, que al parecer esmotivado por un fracaso amoroso.
A la par, colaboró con diarios, y revistas como La Opinión, El Triunfo, El Fígaro, Diario de la Marina, El Almendares, y además en la Revista de Cuba de 1880 a 1883, con artículos y poemas.
En 1884, hay una parada en sus colaboraciones con publicaciones periódicas, por graves problemas familiares que la aíslan de las letras, y se dedica a la docencia impartiendo clases en el colegio María Luisa Dolz.
Su amigo Antonio del Monte promueve en 1892 la edición de sus obras completas; posteriormente la poetisa retorna a la creación y comienza a publicar en La Ilustración de Cuba, La Golondrina, El País, La Habana Elegante, y La Habana Literaria.
En este regreso a la lírica, hay una personal actitud retadora; desafía los convencionalismos y prejuiciossociales y las reprobaciones. A su amigo, el doctor Manuel Serafín Pichardo, le dice en una carta, que se ha lanzado a «escribir cada día con mayor libertad».
En este sentido la doctora Pichardo reconoce que nunca antes una mujer en las letras hispanoamericanas se había atrevido a hablar del amor en una forma tan cruda y tan sincera a la vez.
Importante fue también su labor de traducción del inglés, el francés y el alemán, para la promoción de obras de reconocidos escritores tales como Byron, Thomas Moore, Longfellow Chaucer Tennyson André Chenier, Vigny, Goethe y Schiller.
Su producción lírica fue precursora de la poesía intimista femenina y la autora una adelantada del erotismo en la poesía escrita por mujeres en Hispanoamérica; es una delas voces más importantes del movimiento modernista en Cuba, iniciado por José Martí.
Precisamente los estudiosos advierten la extraordinaria influencia del Maestro tanto en la vida como en la obra de Matamoros, y argumentan con varios elementos.
Sostuvieron una linda amistad; el poeta era el secretario de la Sección de Literatura del Liceo de Guanabacoa y ella era socia facultativa; cuentan que Martí escribió sobre un abanico de ella unos hermosos versos que le dedicó; otros críticos creen vislumbrar en la perfección del estilo de la poetisa las enseñanzas del Maestro.
Mercedes Matamoros, expresó en varios de sus poemas, sus sentimientos patrióticos y ansias independentistas, quizás también inspirada por el Apóstol cubano; se muestra en sus versos, orgullosa y amante de su Patria; suSiemprevivas, estuvieron dedicadas a los ocho estudiantes de Medicina vilmente fusilados por el ejército español colonial.
Fue una de las valientes cubanas que el 22 de enero de 1869, apenas a cien días de iniciada la Guerra del 68, asistieron adornadas con cintas de los colores de la enseña nacional a la función del habanero teatro Villanueva, en la que los voluntarios españoles atacaron y masacraron a los criollos asistentes, simpatizantes de Carlos Manuel de Céspedes y sus hombres.
Su poema «En la muerte de Martí», fue la primera composición poética publicada, de la que se tiene noticia, a la caída de José Martí en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.
Mercedes Matamoros fue muy infeliz; tantos sufrimientos le valieron el epíteto de «La poetisa del dolor», y la pérdida de la vista al hacia el final de sus días, el de «La alondra ciega».
Quedó huérfana de madre desde muy niña, y se queda al cuidado de su padre, quien al paso de los años se arruina y enloquece; Mercedes padece desengaños amorosos hasta que se enamora tardíamente de un hombre al que le llevaba diecisiete años, el periodista Antonio Miguel Comoglio.
Mercedes Matamoros falleció en La Habana el 25 de agosto de 1906; aunque había perdido la visión, estuvo escribiendo hasta el final de su vida, la vida de una mujer peculiar para su época, con gran talento literario, amante de su tierra natal y consecuente en sus actos, que sin embargo es poco conocida y recordada en el presente.
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