Más aciertos que desaciertos en “Con dos que se quieran”


mas-aciertos-que-desaciertos-en-con-dos-que-se-quieran

A pesar de sus dos temporadas no había antes hablado de Con dos que se quieran, programa que desde 2011 inició Amaury Pérez Vidal en la Televisión Cubana. Esta producción conjunta del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica y RTV Comercial, ha llenado un espacio importante en la pantalla cubana al develar las historias de vida de muchas de las figuras más importantes del quehacer artístico y cultural del país.

El programa tiene una visualidad que, sin ser desmedida, es agradable, propicia la intimidad por las piezas que componen su escenografía, la iluminación adecuada, todo ello acompañado de muy buenos tiros de cámara, es decir, de un trabajo conjunto de gran profesionalidad. Sin embargo, a pesar de dos importantes soportes: los entrevistados y la calidad de la producción televisiva, nunca antes, y debo admitirlo, había sido benévola con este proyecto y no es que no reconociera la rigurosa selección de los entrevistados, la detallada investigación que está detrás de cada programa y el carisma de Amaury, así como la apropiada forma en que se presenta.  Mi actitud ha respondido, fundamentalmente, a mi apego a determinados códigos que definen la entrevista como género. Por ello, me resultaba difícil asumir el diálogo en el que siempre media, por parte del anfitrión, los diminutivos a los nombres, como resultado de un conocimiento íntimo del entrevistado; el recurrir a anécdotas comunes; el evidenciar que más que “un entrevistado o entrevistada”, el “elegido o elegida” es un amigo “cercano”, a quien se tiene la cortesía de invitar a casa. Para quienes hemos ejercido el periodismo, nos es difícil asimilar esta forma de enfrentar la entrevista, pues a pesar del conocido “rapport” que debe primar entre quien interroga y quien responde, se mantienen ciertas distancias que no permiten romper esa frontera. Pero, Amaury, como dice una colega cercana “es un hombre de la televisión” y no porque sea hijo de una de las conductoras más profesionales y populares de todos los tiempos, muy cercana al corazón de nuestro pueblo, y a uno de los directores de televisión de alto calibre, sino que él se ha ganado el puesto, con propuestas anteriores como Muy personal, así como por su desempeño como cantautor y organizador de uno de los grandes conciertos realizados en Cuba, el Concierto por la Paz, por citar algunos ejemplos.

Amaury es un hombre de la televisión y ha hecho de Con dos que se quieran un show televisivo -lo que es plausible, pues nuestra televisión adolece de esto-, y no una entrevista vista desde la óptica de la prensa; y aquí es donde volvemos al inicio, porque aunque no sea estrictamente un ejercicio periodístico, en ocasiones se reitera en demasía el hecho de que el televidente conozca la relación “afectiva” que une a entrevistado y entrevistador, y esto en mi opinión, le ha restado al empeño, aunque sea resultado de la muy personal manera de Amaury de conducir el programa.

No obstante, la Televisión Cubana junto a Amaury han permitido acercar a nuestro pueblo a una gran mayoría de artistas e intelectuales no sólo desde las facetas de la creación sino también de sus vidas privadas, y esto se ha convertido en valioso testimonio del quehacer cultural de la Isla.

La idea de haber llevado la primera serie de estos programas a soporte digital ha sido una excelente iniciativa, para conservar estas entrevistas, entre las que constan algunas de personalidades que ya no están entre nosotros, de ahí su importancia como proyecto, incluso desde el punto de vista patrimonial.

Con dos que se quieran, ahora en su segunda etapa, es una atractiva propuesta que ha complementado para bien nuestra programación televisiva, y a pesar de mis observaciones, les puedo asegurar que en ningún caso me lo pierdo.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte