Varias generaciones de lectores en Cuba y en muchas otras naciones, celebran hoy el aniversario 101 del natalicio de Mario Benedetti, uno de los intelectuales más destacados y populares de Latinoamérica, cuyos poemas seguirán siendo parte inseparable de muchos romances y batallas.
Aunque el mundo lo conoce así: Mario Benedetti, realmente fue bautizado al nacer el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Tacuarembó, en Uruguay, con cinco nombres: Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno.
Su alta popularidad se manifiesta peculiar en un autor de su talla literaria, y es que mediante un lenguaje sencillo y muy libre, fue capaz de interpretar los más profundos sentimientos, paseándose desde el amor al desamor, el patriotismo, la libertad, las miserias humanas, la cotidianidad y la lucha necesaria.
Cultivador con éxito de todos los géneros literarios, es más reconocido como poeta y novelista, en cierta medida, porque su impacto en los lectores llegó también a cantores y directores cinematográficos que socializaron sus obras.
De esta suerte, el volumen Canciones del más acá reúne sus numerosas letras de canciones que se han incorporado al repertorio de más de cuarenta cantantes y su novela La Tregua, escrita en 1960, fue llevada al cine; es precisamente esta pieza la que le asegura la proyección internacional que mantiene. Se han publicado más de 100 ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada también al teatro, la radio y la televisión.
También Gracias por el fuego, de 1965, tiene su versión cinematográfica, y el célebre filme El lado oscuro del corazón incluye en el guion textos del poeta que además, tiene una aparición en la cinta.
Por otra parte, su drama teatral Pedro y el Capitán (1979), diálogo entre un preso político que es torturado y el capitán, el verdugo, inspirado en los procesos de martirios existentes durante las dictaduras del Cono Sur, fue llevado al cine en 1984. Ese mismo año el teatro Ictusm de Santiago de Chile, adaptó a la escena su novela Primavera con una esquina rota (1982).
Periodista, poeta, narrador, ensayista, humorista…
En los años de 1938 a 1941 residió en Buenos Aires, y en 1945 volvió a Montevideo y publicó su primer libro de poemas, La víspera indeleble, que nunca se volvió a editar; en 1948 su primera obra ensayística Peripecia y novela; al año siguiente su primer cuaderno de cuentos, Esta mañana, y en 1950 el poemario Sólo mientras tanto.
Luego en 1953 vio la luz Quién de nosotros, su primera novela, en 1956 Poemas de la oficina, y en 1959 se publica el volumen de cuentos Montevideanos, en el que los especialistas aprecian que toman forma las principales características de su narrativa y la concepción urbana y montevideana de la misma, texto que determina su consagración como escritor.
Poseedor de una obra sumamente prolífica, la larga nómina de su producción literaria alcanza una cifra superior a los setenta títulos, entre los más reconocidos, sin duda, La tregua, Gracias por el fuego, Primavera con una esquina rota, El cumpleaños de Juan Angel, por solo mencionar algunos.
Benedetti fue un gran periodista, su trayectoria dio inicio en 1945 en que entró a formar parte del equipo de redacción del célebre semanario Marcha; allí se formó como periodista y llegó a ser su director literario; permaneció en el medio de prensa hasta su clausura en 1974.
También dirigió en 1948 la revista literaria Marginalia y al año siguiente integró el consejo de redacción de Número, una de las revistas literarias más destacadas de la época.
En 1964 codirigió la página literaria semanal Al pie de las letras del diario La mañana, y en 1964 colaboró como humorista en la revista Peloduro, pues aunque es una de las facetas menos conocida, igualmente tiene una respetable producción en este género; en 1961 reunió sus crónicas humorísticas, firmadas como Damocles, en el volumen Mejor es meneallo.
Su relación con Cuba y la Casa de las Américas
Su relación oficial con la prestigiosa institución comenzó en el año 1968, cuando participó en el Congreso Cultural de La Habana y fue aprobado como miembro del Consejo de Dirección de Casa de las Américas, donde fundó y dirigió su Centro de Investigaciones Literarias.
Al año siguiente, publicó Cuaderno Cubano que incluyó poemas, artículos y entrevistas a propósito de Cuba y de su experiencia profesional en el país.
Continúo su vida en la capital uruguaya y en 1971 fue nombrado director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Montevideo, pero en 1973 se produjo el golpe miliar del 27 de junio, Benedetti renunció a la casa de altos estudios y se vio obligado a salir del país por razones políticas.
Se exilió en Buenos Aires, y en 1975 viajó a Perú, pues fue amenazado de muerte por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Regresó a Cuba en calidad de exiliado y continúo su labor en la Casa de las Américas.
El Consejo de Estado de Cuba le concedió la Orden Félix Varela en 1981, con la que distinguió sus altos méritos literarios y sus años al servicio de la cultura latinoamericana.
Regreso a su país y los reconocimientos
En 1985 se restauró la democracia en Uruguay y el escritor regresó a su país, alternando su residencia entre este y España, siguió su fecunda labor literaria y comenzó a recibir premios y distinciones.
En 1986 ganó el Premio Jristo Botev, de Bulgaria, por su obra poética y ensayística; en 1987, Primavera con una esquina rota, le asegura el premio Llama de Oro, de Amnistía Internacional, en Bruselas; en 1989, el Consejo de Estado de la República de Cuba lo condecora con la Medalla Haydée Santamaría; en 1997 fue investido como Doctor Honoris Causa por las universidades de Alicante y Valladolid, en España.
Dos años después, resultó merecedor del VIII Premio Reina Sofía, de Poesía Iberoamericana, que confiere la Universidad de Salamanca en España; le otorgan también el I Premio Iberoamericano José Martí, (2001), de la Fundación Cultural y Científica Iberoamericana José Martí; el XIX Premio Internacional Menéndez Pelayo.
Igualmente recibió la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, (2005); en 2008 fue distinguido con el Premio ALBA, en la categoría de Letras. Su último poemario Testigo de uno mismo se puso en circulación en 2007.
Dos años después, el 17 de mayo de 2009 falleció en Montevideo, a la edad de 88 años, Mario Benedetti, quien negó la idea de que la poesía debía ser escrita solamente por jóvenes, o desmintió con su obra haber llegado a la vejez, pues pareciera que su espíritu no dejó de ser lozano y fresco, ni de asombrarse ante la vida que plasmó en su poética coloquial, tan cercana a lectores de tan diversos intereses.
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