«Ustedes, nombres ilustres de la cultura cubana, con su obra y magisterio, se mantienen cerca de quienes comienzan y permanecen alimentándonos con el fruto de su talento fundacional».
De esa manera, a las puertas de los 30 años de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), su vicepresidente nacional Yansert Fraga, en nombre de los miembros de dicha organización, rendía honores este jueves a un grupo de nuestros más destacados escritores y artistas, quienes recibieron el Premio Maestro de Juventudes.
Esta vez la más alta distinción que otorga la AHS recayó en la historiadora Olga Portuondo, los músicos Adalberto Álvarez y Jesús Ortega, el guionista radial y dramaturgo Joaquín Cuartas, el actor y director Armando Morales, la poeta Lina de Feria, y los artistas de la plástica Rafael Morante y Cosme Proenza.
Fue en el Memorial José Martí donde estos grandes creadores recibieron el prestigioso reconocimiento de manos de Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC; Julián González, titular de Cultura; y de Rubiel García, presidente de la Asociación.
Como enfatizó Yansert Fraga, este acto en el que también se hallaban Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; y Miguel Barnet, presidente de la Uneac, se celebró en una de las jornadas del Consejo Nacional Ampliado de la AHS, «colofón de un proceso de balance que ha generado un intenso debate en todo el país y una mirada crítica hacia los procesos de la cultura y el papel que desempeñan en ella los jóvenes escritores y artistas.
«Este alto en el camino, dos años después de celebrado nuestro Segundo Congreso, dijo, redefine las líneas estratégicas de la organización para una nueva etapa de trabajo y permite concretar acciones que evalúen el cumplimiento de los principales acuerdos emanados de esa magna cita. Así lo demuestran las profundas discusiones del trabajo en las comisiones que sesionaron en el día de hoy».
En representación de los Maestros de Juventudes de 2015 hizo uso de la palabra la también ensayista Olga Portuondo, quien aseguró que ser acreedora de dicho premio «es una gran responsabilidad, aquella que implica ser ejemplo en el trabajo, realizado con la disciplina y los principios que cada uno ostenta, heredados de su sociedad, de su educación, de su comunidad ciudadana, de su familia».
Por supuesto que Olga, Adalberto, Jesús, Joaquín, Armando, Lina, Rafael y Cosme se mostraron orgullosos de haber desarrollado una obra cimera al servicio de Cuba. Y lo lograron de la mejor manera, como señaló la Portuondo: «Lo que cada uno de nosotros ha hecho es tomar la esencia del pasado y recrearla según su independencia, con la savia que viene de la tierra como motivo inspirador».
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