Y sí que los tienes, Fidel.
Una enorme bandera cubana hecha de globos y un cartel con la frase del Jefe de la Revolución Cubana Los tengo a ustedes, presidió la inauguración de la valiosa exposición fotográfica Fidel y los Trabajadores, y la concurrida actividad infantil para los niños de Cayo Hueso, que colmaron la calle San Miguel, e/ Oquendo y Marqués González, donde radica el Palacio de los Torcedores, sede Museo Nacional de los Trabajadores Cubanos.
Temprano en la mañana el Secretario General de la CTC y el Asaltante al Moncada Alejandro Ferrás Pellicer, cortaron la cinta que dejó inaugurada la exposición, integrada por más de 40 fotos, seleccionadas en archivos de instituciones y periódicos, que transitan por diversos momentos de la participación de Fidel en trabajos voluntarios, reuniones de la CTC y Primeros de Mayo, desde el lejano 1959 hasta los años más recientes, testimonios de la coherencia de pensamiento y acción que ha caracterizado la vida y la obra del líder de la Revolución Cubana, quien desde sus batallas iniciales por la independencia patria tuvo en lugar de privilegio la defensa de los intereses de los trabajadores y la forja de su unidad como garantía para el triunfo y la consolidación de la revolución que iniciara el 26 de Julio de 1953.
En su concepción de lucha se evidenció, desde muy temprano, que los trabajadores estaban llamados a desempeñar un papel fundamental. Tal se expresa en su artículo publicado en el periódico La Calle, del 15 de junio de 1955. En él denunció y condenó el laudo ferroviario contra el cual luchaba ese sector; llamó a la ciudadanía a apoyar la valiente batalla de los ferroviarios de Oriente, Camagüey y Las Villas, y subrayó que dichos trabajadores estaban defendiendo con ese movimiento los intereses de todos los sectores. Seguidamente, dijo que la represión de Batista era peor que la de Machado, criticó a los rompehuelgas y desenmascaró las maniobras de la empresa, al utilizar a los excedentes para tratar de aplastar las inevitables protestas, y por último sentenció: “[...] en esta trampa no caerá ningún obrero que se llame cubano y tenga honor”. (1)
La huelga general exitosa de enero de 1959 convocada por Fidel, que paralizó a la nación y consolidó el triunfo del 1º de Enero, fue la expresión más contundente del triunfo de una unidad que se iría fortaleciendo en las difíciles enfrentamientos ideopolíticos de la naciente Revolución, que tuvo como sujeto decisivo a los trabajadores, por su número, su conciencia clasista y su voluntad de defender la Revolución y hacerla avanzar, enfrentando cada ataque de cualquier tipo que pudiera recibir, tanto a lo interno como desde el gran número de países cuyos gobiernos se propusieron aplastar la Revolución sin resultado. Ese respaldo masivo actuó como un resorte movilizativo entre los estudiantes, los intelectuales y algunos miembros de sectores burgueses que también apostaron por la sobrevivencia de la Revolución.
La valiosa muestra fotográfica, que permanecerá abierta todo el mes, nos regala a un Fidel que cumplió no pocas horas de trabajo voluntario en centrales azucareros y otras tareas de la agricultura? en la remodelación de hospitales? la construcción de viviendas para quienes vivían en condiciones muy precarias en barrios insalubres y muy especialmente en las obras constructivas para dar cumplimiento al programa totalizador de llevar la cultura y el conocimiento a sus habitantes, a partir de facilitarles menores condiciones de vida.
Estela es un…
“Granito de canela”, corearon los niños de la barriada de Cayo Hueso, quienes acudieron con mucho entusiasmo a la fiesta infantil para celebrar los 90 años de su amigo Fidel.
Una fiesta gigantesca donde karatecas, mago, payasos y otras manifestaciones artísticas se confundieron con piñatas, cake, caramelos, confituras, refrescos, juegos de participación, zanqueros y otras atracciones para el disfrute de los infantes se combinaron con dos momentos que permitieron apreciar los valores de nuestros niños.
Uno de ellos se produjo a lo largo del espectáculo, cuando uno de los animadores de la actividad iba formulando preguntas a los niños, de dos en dos. Tenían que ver con nuestra historia, con Fidel y con el significado de la Revolución para los niños. Resultó impresionante la cantidad de manos que se levantaban para responder a cada pregunta, algunas de ellas quizás complejas, como contar alguna anécdota de Fidel. Todas fueron muy bien respondidas, y no sólo por los "niños más grandes". Fue lindo cuando todos, en un gran coro, dijeron el nombre completo de Fidel y los años que cumplía.
El otro momento fue cuando el Payaso Azul, muy conocido por los niños, decía el principio de una canción infantil, y ellos debían corear la continuación.
Desde Estela hasta Barquito de papel, fueron continuadas con entusiasmo por los niños asistentes y creo este fue el mejor regalo de aquellos niños para Fidel.
Muchos viven preocupados por las influencias foráneas y del patio que pueden dañar a los infantes, por lo insuficiente de las programaciones para los niños y en ocasiones su baja calidad. Todo eso es válido, sin embargo, pienso que las ideas no pueden quedarse en la esfera de lo teórico, divorciadas de la práctica.
Quienes pudimos constatar cómo los niños de Cayo Hueso, de las más diversas edades, conocían muy bien los textos de nuestras canciones infantiles y las completaban con tanto entusiasmo en aquel coro gigante, inclusive secundados por los padres allí presentes, no podemos menos que creer en nuestra Revolución, confiar en ella y defenderla, ante todo, por lo que ha hecho y hace por los niños en todos los aspectos de sus vidas, que se reflejan permanentemente en sus risas, en sus juegos, en la educación que van adquiriendo, en su patriotismo, en el amor a su bandera, en sus conductas, en la limpieza de sus ropas y de sus almas…
La CTC hizo su mejor elección al celebrar el cumpleaños de Fidel con los niños de Cayo Hueso, en las áreas circundantes de la Sociedad de Torcedores, porque éstos le hicieron el mejor regalo, la constatación práctica de ese símbolo que los caracteriza por muy valiosas razones:
¡Felicidades Fidel, somos felices aquí!
Nota:
(1) Fidel Castro: “Lo que iba a decir y me prohibieron por segunda vez”, en La Calle, La Habana, 15 de junio de 1955, pp. 1 y 6.
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