Lorna Burdsal, destacada bailarina, coreógrafa y profesora norteamericana radicada en Cuba contribuyó al desarrollo de la danza contemporánea desde una visión desprejuiciada y una búsqueda lúdica en la percepción del cuerpo.

Burdsall, nació el 24 de marzo de 1928, en el estado de Connecticut, se graduó en Psicología en 1949 por la Universidad George Washington y obtuvo un Máster en Humanidades, pero fue en la danza donde encontró su propósito de vida.

Tuvo la oportunidad de realizar estudios superiores de danza moderna en importantes universidades en la propia George Washington University, en Julliard School, de New York  y en el Conneticut College, a eso se sumó, el privilegio de contar con profesores de la talla de Martha Graham,  Doris Humphrey, Alfredo Corvino, entre otros.

Fue así como se abrió para Lorna un universo que la llevaría por caminos insospechados. Quiso el destino que en la década de 1950 llegara a Cuba, casada con el entonces estudiante cubano Manuel Piñeiro y se vinculó a las más diversas experiencias que se estaban gestando en el mundo de la danza.

La isla caribeña la acogió como hija adoptiva y  este hecho marcaría un antes y un después en su vida.Dictó conferencias, impartió cursos, bailó para los programas de Alberto Alonso y de Luis Trápaga y desarrolló el método de entrenamiento Felicicios  (ejercicios para ser feliz) como terapia psico-motriz para el desarrollo de la personalidad.

En 1959 fundó, junto a Ramiro Guerra, el Departamento de Danza Moderna del Teatro Nacional de Cuba. Poco después, junto a otros maestros cubanos, norteamericanos y mexicanos, se dio a la tarea de crear la Escuela Nacional de Danza, con la cual colaboró en la confección de los programas de estudio y como profesora de Técnica e Historia de la Danza.

Entre los logros más importantes de una larga lista figura la constitución de su proyecto Así Somos, el primero de pequeño formato, alejado de la rutina de una gran compañía, y que se convirtió en su laboratorio de investigación permanente.

También está la creación del personaje de Greta, topmo del sin rostro, vestida con un traje elástico tubular con rayas rojas y blancas, un gran sombrero negro, espejuelos oscuros yque aparecía en los más disímiles escenarios.

Todavía  perduran en el recuerdo sus cuerpos mutantes, pos-humanos que, como suerte de otra piel, se guardaban en sus barriles, telas, linternas, tubos, transparencias o artefactos.

Su actitud constantemente innovadora, le permitió colaborar con artistas plásticos, actores, cineastas, escritores y estar presente en festivales de música electroacústica, contemporánea ode ballet.

La pasión por la danza la impulsó a escribir numerosos trabajos que llegaron a publicarse en la Revista Bohemia, los periódicos Granma y Juventud Rebelde. En el año 2001 también vio la luz  el libro con sus memorias en inglés con el título More Than Just a Footnote y que más tarde se traduciría al español.

Recibió numerosas medallas y condecoraciones en Cuba y en el extranjero, en 2008, recibió el Premio Nacional de Danza de Cuba y en 2009 el Premio de Enseñanza Artística. Fue nombrada Asesora Nacional de Danza y de la Comisión Técnica del Ministerio de Cultura de Cuba.

Falleció el 27 de enero de 2010 en La Habana, ese mismo año en su homenaje, se instituyó el Premio Lorna Burdsall con el cual se han distinguido a  reconocidas figuras como Alberto Méndez, María Elena Llorente y Viengsay Valdés, entre otros.

Lorna fue precursora de la denominada danza alternativa, su sentido de lo coreográfico, su quehacer y modo de comprender  la danza estuvo marcado por esa especial simbiosis entre el cuerpo, la subjetividad y el movimiento.