Cuando Lizandro Mir canta siente que puede ser libre; que está en su zona de confort haciendo aquello para lo que nació. Es como el pájaro cuando vuela. Cuando interpreto una canción estoy en la dimensión para la que fui diseñado.
El joven finalista del San Remo Music Awards cree fehacientemente que la música fue un don que Dios le dio y con él, pese a que nunca ha estudiado música, se propuso aprender de forma autodidacta desde su casa, escuchando a los demás cantantes. La música es un talento innato que nació conmigo.
Para Lizandro, el SRMA es de esos eventos que ayudan a la visibilidad musical de los talentos de Cuba. Primeramente, porque se trasmite en directo para toda la Isla y varios países del mundo. Además, no es menos cierto que Cuba es una isla muy musical. La música sin imagen no es nada. Acá la tenemos, más la canción que vamos a interpretar, nos ayuda para que las personas nos conozcan y puedan empatizar con nosotros, para que vean nuestro color de ojos, la manera de interpretar, y se identifiquen con nosotros.
En ese sentido, el certamen le ha dado experiencia gracias a los consejos de los músicos y del resto de los finalistas. Ha sido genial. Del San Remo me llevo eso: la experiencia y las buenas amistades que he ganado. Eso no tiene precio. No hay premio o trofeo que pueda superarlo. Lo importante es mantener las buenas energías porque sé que de aquí en adelante será un nuevo comienzo en mi carrera, en mis sueños y en todo lo que quiero lograr en la música.
El finalista interpreta el tema Enséñame, una balada romántica que trata sobre un hombre que pide perdón, “algo tan importante en estos tiempos. Mir destaca la preparación constante en el SRMA, incluido un taller de interpretación, donde pudieron aprender a desglosar la letra de la canción, poder estudiar cada pedazo y así darle la intensión que querían y conectar con el sentimiento de la canción y transmitírselo después al público.
Tanto tiempo que estuve contigo/ Tanto tiempo que estuve a tu lado/ nunca te hice caso y eso me llevó al fracaso /Tantas veces que yo pude amarte/ tantos besos que yo pude darte y nunca lo hice/ Salí corriendo detrás de otros brazos/ Enséñame a quererte/, enséñame a adorarte/, Amor, no te vayas. /Solo dame otra oportunidad, cita la canción.
Si preguntas por el nivel técnico de los demás participantes, Lizandro cree que es alto. Lo mejor es que todos somos diferentes, cada uno tiene un estilo y una manera de transmitir y sentir la música. Hay mucho talento. La verdad es que me quedado impresionado. Creo que, sin quitarle la categoría a los demás concursos, este es el certamen de interpretación con más talento de Cuba.
Sus expectativas son ganar, por supuesto. Es un concurso y hay competitividad sana. De alguna manera todos queremos llevarnos el premio. Pero, sueño con los pies puestos en la tierra, siempre entendiendo que regalar música es lo más importante. Es un lenguaje en el que no se debería competir. Ya soy ganador por el hecho de quedar entre los 16 finalistas. Lo demás que pase será por la valoración de los jueces.
“¿En qué momento está mi carrera? No sé. Es algo impredecible. No pienso en eso. Trato de disfrutarlo y vivir un día a la vez.
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