Mujer, sensualidad, estereotipos de belleza, violencia, dominación y sacrificio son algunos de los tópicos que Lidzie Alvisa aborda con mayor frecuencia en sus instantáneas, pues las problemáticas de género son las temáticas principales que exponente en su quehacer.
Nuevas formas, juicios y enfoques, una reflexión sobre las féminas y la construcción de un discurso subjetivo y provocador, en donde símbolos representativos de la femineidad se desdoblan, se erige el nivel poético y un hacer con un mensaje certero.
Talento y maestría, inhalan de recuerdos personales y conceptos preestablecidos que se extienden por su arte. Estamos entonces en presencia de una visualidad escultórica, un pensamiento hilado en el mismo sentido y un hacer donde cada manifestación es concebida desde esta posición.
Como joven llena de expectativas, trae de la mano un trazo y una forma de dialogar diferente; en la cual problemáticas femeninas son abordadas desde un discurso contestatario, en que las figuraciones descansan en la agudeza crítica y se alejan de caminos habituales.
Alvisa es una de las creadoras que afronta su obra incursionando en múltiples manifestaciones, desde los soportes del grabado, el dibujo, la fotografía, la instalación, y la tecnología, dialoga con el ámbito cultural del que forma parte.
Sus piezas documentan las formas en la que su campo visual de manera subjetiva le muestra, adentrándose en las interioridades de una vivencialidad que nos va devolviendo representaciones introspectivas y cuestionadoras.
Cada obra tiene una perspectiva específica, y no es necesario seguir una serialidad para descifrar el mensaje que quiere transmitir. Anécdotas a destiempo, la memoria como recurso que traduce determinados reencantamientos, y que se reutilizan según las circunstancias y las historias que quiera contar, que no siempre son experiencias personales, sino que forman parte de una prolífica imaginación o de usanzas ajenas, y que son el centro de mira de Alvisa.
Otro recurso que utiliza es la desnudez como expresión de erotismo, deseo y sensualidad, en contraposición al uso de la mujer como objeto sexual; pues los desnudos constituyen el territorio estético próspero para fraguar escenas de denuncia.
Cuerpos asediados por alfileres, agujas ensartadas en la piel, prendas que laceran los palpados, pies descalzos incrustados con espuelas, otras veces se muestras emperifollados con zapatillas y cintas de ballet. Todo ello para dejar ver objetos que dominan sentidos, estereotipos de la femineidad que debilita a la mujer, y que dejan ver la presión que ejerce una tradición cultural y que convierte todo en una ilusión de bienestar y riqueza. Y en contraposición hendijas, escaleras, pasillos, puertas y ventanas, se dejan ver en son de luz esperanzadora.
En los últimos años ha sido la fotografía la expresión creativo que más ha empleado, siendo el panorama cubano contemporáneo el medio representativo de un hacer donde se distingue su nivel poético y conceptual. Imágenes que emplazan un racionamiento que se empeña en emprender un viaje hacia dimensiones andadas, pero que resurgen nuevas a cada paso que da, en tanto sin la premura de arribar a puerto seguro, apuestan por el cómo se alcance la cima del camino a transitar. Estas son las premisas que constantemente desafían el hacer de esta artista.
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