“(…) Mi divisa siempre ha sido trabajar bien para así ganar el respeto de todos. Todas las medallas, condecoraciones o distinciones, las guardo en el corazón identificadas con un solo nombre: trabajo”, significó hace años atrás, antes de su partida física y, en entrevista concedida a quien escribe para Cubarte, el ya inolvidable maestro del lente, Liborio Noval (1).
En mi caso, su deceso me dejó prácticamente anonadada, pues nos comunicábamos casi a diario ya fuera por vía telefónica o por la digital. Y, a través de esta última, aquel excelente profesional de la cámara siempre acompañaba sus mensajes con algún que otro chiste o grupo de ellos ¡!Hasta tomaban vacaciones al igual que su remitente!!, para provocarnos o una hilaridad espontánea o un análisis profundo de la realidad humana.
Y es que en él, como artista revolucionario, la imagen de lo humano era, más que una filosofía, primicia no sólo para el conocimiento de algo o de alguien y de su perdurabilidad, sino también para el cumplimiento del deber consigo mismo. Los ejemplos trascienden, tan solo puntualicemos en algunos de ellos durante aquella entrevista realizada, en diciembre del 2011, para este periódico:
Procedente de la esfera publicitaria, su paso a la periodística: diarios Revolución primero, y Granma, después, no lo llegaron a encasillar en su ritmo de labores, como tampoco en sus aspiraciones profesionales. Todo lo contrario. Y esto se le revelaría poco tiempo después cuando “(…) Sin llegar a saber (¡por supuesto!) que íbamos a ser una generación que escribiría una buena parte de la Historia de nuestra Revolución desde sus inicios(…)”. Algo que la heroína de la Sierra Maestra, Celia Sánchez Manduley le enfatizó durante una reunión alrededor del año 1962, junto a otros fotorreporteros, cuando dijo: “¿Ustedes no saben que están haciendo la historia gráfica de la Revolución?”
A “El Argentino” como le calificaran todos los profesionales de la cámara de su época, al Comandante Ernesto Che Guevara, lo recordó durante un trabajo voluntario realizado en el reparto habanero Martí, un 23 de febrero de 1961:
“¿Tú viniste a trabajar?
“Sí Comandante, vine a hacer un trabajo fotográfico para el periódico Revolución
“Pero… ¿Tú vas a trabajar, no?
“Sí, Comandante, le reitero que vine a hacer un trabajo para el periódico Revolución…
“No te estoy preguntando eso.
“Y entonces, ¿qué me está preguntando?
“Si estás dispuesto a hacer el trabajo que vamos a hacer nosotros (…)”
Le respondí afirmativamente, y él me agregó: “Ven conmigo. Cuelga la cámara por ahí”.
Y así hicimos el trabajo voluntario: él a llenarme carretillas con mezcla de cemento y arena, o yo a él. Más tarde, me dice: “Coge un tiempito y haz el trabajo para el periódico”.
De esa forma recogí esa memoria fotográfica en una página del periódico.
Aquel fue mi primer trabajo y conocimiento acerca del Che (…) Así era el Che: a cualquier lugar que llegase tenía como hábito ponerse a trabajar de inmediato. Acostumbraba romper la norma en cualquier trabajo voluntario. Nunca toleró que le molestasen mientras trabajaba. Luego, cuando concluía, realizaba un recorrido por la fábrica, el muelle, el central, y dialogaba con sus trabajadores. Era ejemplo en todo. Educaba, formaba.
La foto de Liborio tomada a Fidel en El Cacahual, un 7 de Diciembre de 1961, Aniversario 64 de la caída en combate del lugarteniente general Antonio Maceo Grajales, ya forma parte de la Historia de la Revolución Cubana y de muestras expositivas nacionales e internacionales.
Acerca del Líder de la Revolución cubana destacó:
“Siempre he visto a Fidel jugando pelota, cargando a un niño, junto con un grupo de escolares, de maestros, de médicos, de enfermeras; rodeado de jóvenes, de personas de la tercera edad, de políticos y personalidades de diversas partes del mundo, junto a Camilo, al Che, a Raúl… Un Fidel de carne y hueso. Un Fidel tal cual es: hombre”.
Un corazón de intenso latir con imagen de Revolución ha partido, dejándonos un vacío físico como colega y amigo, mas no así como profesional.
Liborio Noval continuará consolidando su obra artística siempre en presente, en los Pinos Nuevos dispuestos a imitar y profundizar en su arte, y sin menoscabar el legítimo sentido que le dio a su vida, ya eterno lente fotográfico de la Historia de la Revolución cubana, de su Líder histórico, y el de acompañar
Nota:
(1)Nace en La Habana, Cuba el 29 de enero de 1934. En enero de 1952, comienza a trabajar como investigador de mercado en Publicitaria Siboney y, entre 1957 y febrero de 1960, labora en el departamento de fotografía de dicha entidad.
En enero de 1959 se inicia como laboratorista en el periódico Revolución, hasta ocupar en 1960 la plaza de fotógrafo en ese órgano de prensa, al igual que en la revista del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). En octubre de 1965 pasa a laborar al periódico Granma, hasta su fallecimiento en La Habana, el 29 de septiembre de 2012.
Su excelente trabajo fotográfico ha recorrido el mundo a través de revistas nacionales e internacionales, así como en libros de prominentes autores.
Premios y distinciones
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Reconocimiento entregado por Fidel por su labor como foto-reportero.
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Diploma Periodista Internacionalista, de la UPEC - 1975.
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Sello Ho Chi Min, República Democrática de Vietnam -1978.
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Medalla Vuelo Conjunto Espacial Soviético-Cubano - 1980.
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Distinción Raúl Gómez García, Sindicato de Cultura - 1982.
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Distinción Félix Elmuza, de la UPEC - 1983.
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Réplica del machete de Máximo Gómez, del MINFAR - 1987.
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Sello 80 Aniversario del Natalicio de Lázaro Peña, CTC - 1991.
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Distinción Majadahonda 36, de la UNEAC - 1992.
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Sello de Laureado, Sindicato de Cultura - 1992.
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Medalla Juan Gualberto Gómez - 1995.
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Distinción por la Cultura Nacional - 1997.
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Sello conmemorativo XX Aniversario del Contingente Internacionalista Ho Chi Min - 1997.
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Premio Nacional de Periodismo José Martí - 2001.
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Vanguardia nacional del Sindicato de la Cultura- 2001.
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Medalla Alejo Carpentier del Ministerio de Cultura - 2002.
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