Cómo lo vemos a usted (y cómo nos ven). Para dar respuesta a esta interrogante los fotógrafos Jeffrey Cárdenas y Yanela Piñeiro retrataron a cerca de 600 personas en la Plaza Vieja durante el mes de julio del presente año.
El pasado 26 de diciembre inauguraron en el Museo Nacional de Bellas Artes el resultado de dicho proyecto, que podrá ser apreciado por el público hasta el 31 de enero de 2015. Retratos compartidos por dos fotógrafos con dos visiones: él, norteamericano, a sus 58 años exhibe un recorrido extenso en el ámbito fotográfico; ella, adolescente cubana de 16 años, miembro más joven de la Asociación Hermanos Saiz, con una trayectoria apenas iniciada en la fotografía.
Ambos utilizaron cámaras idénticas y realizaron retratos por separado de las mismas personas que voluntariamente eligieron posar para el proyecto. Luego, cada uno seleccionó la imagen que mejor representara al sujeto para ser combinadas en dípticos únicos de alta resolución que se suman a los retratos individuales escogidos para la muestra final.
La multiplicidad de expresiones y la variedad de individuos que hoy conforman las imágenes de la expo constituyen una muestra representativa de la diversidad que caracteriza a la población residente en La Habana, si bien cada una de las piezas por sí sola pareciera narrar una historia particular.
El mérito de las obras escogidas no reside solamente en exhibir la manera en que los artistas perciben a las personas y, a su vez, la forma en que estas reaccionaron ante ambos lentes, sino, además, en captar las expresiones de esos habitantes que día a día transitan por nuestras calles habaneras: niños, jóvenes, adultos, ancianos, mujeres y hombres, blancos, negros, mestizos; reflejos de una multiplicidad de sensaciones, estados de ánimo, sentimientos: inocencia, alegría, tristeza, experiencia, picardía, optimismo, coraje… impresiones inacabables que captamos en cada rostro.
Igualmente, cabe destacar el diseño en blanco y negro de fondo neutro, concebido con el propósito de que el espectador no desvíe su atención hacia otros focos como el color y se concentre en los rostros; así como la técnica de impresión en metal que permite la preservación de las fotos y otorga una luminiscencia única a las piezas.
Para ambos artistas el resultado constituye una experiencia inolvidable que marca un punto trascendental dentro de sus carreras. En el caso de Jeffrey, ha sido la concreción de un proyecto que tenía pensado desde hace varios años y que le es imposible concebir en otra parte del mundo, porque “Cuba es diferente, la gente aquí tiene más vida, son más sinceros, más abiertos; quiero al pueblo de Cuba, son como una familia para mí”. Por su parte, asegura Yanela: “Fue una oportunidad increíble este proyecto junto a Jeffrey por todo lo que aprendí. Es un honor exponer estas fotos en el Museo de Bellas Artes, uno de los salones más importantes del país, por lo cual significa un momento único dentro de mi carrera como fotógrafa”.
Ana Cristina Perera, directora del Museo Nacional de Bellas Artes, expresó que la muestra era un regalo de fin de año para la comunidad de Habana Vieja y Centro Habana. Igualmente, destacó el momento propicio en que se exhibe la expo, días después de que se anunciara por los gobiernos de Cuba y Estados Unidos el restablecimiento de las relaciones diplomáticas: “Los lazos con los Estados Unidos han venido a culminar con un proyecto que trasciende lo artístico mediante la apertura de las relaciones entre ambos países. Esta es una muestra de lo que pueden hacer dos naciones juntas, la conjugación de la experiencia de un fotógrafo como Jeffrey y la juventud que despunta de Yanela”.
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