“Mi nombre es Lázaro Armando Saavedra González, pero me pudieron haber puesto cualquier otro al nacer. Mi verdadero nombre es Hombre y he llegado a ser hombre gracias a lo que han dejado otros hombres. Lo anterior lo aprendí de pequeño, a través de alguien que me inició en el difícil recorrido de arder y consumirme para alumbrar el propio camino o el de los demás. Atravesando la oscuridad y durante varias etapas de mi vida, el arte fue la llama luminosa y ardiente de una vela, una herramienta del pensamiento y para el pensamiento, porque cuando iluminamos el propio camino existe la posibilidad de ayudar a iluminar el de otras personas”.

Con estas palabras inició el Premio Nacional de Artes Plásticas 2014 su discurso de agradecimiento, en una ceremonia efectuada en el Museo Nacional de Bellas Artes y marcada por la celebración del 20 aniversario de la entrega del galardón, instituido en 1994 para reconocer la obra de un creador cuyos aportes implicaran una contribución al desarrollo de las artes visuales cubanas.

El jurado, presidido por Eduardo Ponjuan, Premio Nacional de Artes Plásticas 2013, y conformado por premios anteriores, artistas, críticos de arte y curadores, luego de evaluar quince propuestas presentadas por casi una treintena de instituciones, acordó por mayoría otorgar el reconocimiento a Saavedra “en atención a una obra que desde hace varias décadas se mantiene viva y en constante renovación”.

La versatilidad del artista, plasmada en el manejo de diferentes medios de expresión caracterizados por el compromiso ético, la perspectiva crítica y un repertorio temático muy amplio avocado a las problemáticas de la sociedad contemporánea, tanto desde el contexto cubano como el universal, fueron elementos valorados por el jurado para la entrega del lauro, además de su labor pedagógica, de “gran impacto en la promoción de creadores de los últimos 25 años”.

Saavedra agradeció el apoyo de su familia, amigos, y sobre todo, de los maestros que contribuyeron a su formación como artista visual. Igualmente, expresó sentirse satisfecho con el modesto aporte legado, por medio de su vida y obra, a los hombres que lo sucederán.

En el acto estuvieron presentes Julián González Toledo, Ministro de Cultura; Rubén del Valle Lantarón, Presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas; Ana Cristina Perera, directora del Museo Nacional de Bellas Artes y Lesbia Vent Dumois, presidenta de la sección de Artes Plásticas de la Uneac.