Un conceptualismo en el que destacan ciertos toques de humor e ironía, así como una inclinación hacia lo popular o cotidiano, ha caracterizado el quehacer de Lázaro Saavedra (La Habana, 1964), merecedor en 2014 del Premio Nacional de las Artes Plásticas por el conjunto de su obra.
Graduado del Instituto Superior de Arte en 1988, fue en la década de los años 90 que manifestó su apego al conceptualismo, a través de la experimentación de que dan fe las instalaciones de entonces, a las cuales siguieron videos, animaciones, pinturas naif y dibujos de tinta.
Y es que, según ha expresado este artista, en el proceso de creación primero trabaja la idea y más tarde apela a un modo de expresión visual que le resulte pertinente; de ahí la variedad de especialidades de las artes plásticas en las que ha incursionado, entre las que tampoco han faltado el performance, el grabado y la fotografía.
La docencia también ha sido parte importante en la vida profesional de Lázaro Saavedra, quien se ha desempeñado como profesor de pintura en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y en el Instituto Superior de Arte.
Figura ya sobresaliente en el panorama visual de la Isla desde la prolífica década de los 80, formó parte del Grupo Puré, sumándose más tarde al proyecto Pilón y, a inicios de los años 2000, al Colectivo Enema.
Desde que 1988 presentara su tesis de graduación en la habanera Galería L bajo el título de Pintar lo que pienso, pensar lo que pinto, el artista que este 3 de octubre celebra un año más de existencia ha realizado una decena de exposiciones personales en Cuba, los Estados Unidos y varios países de Europa.
Deje un comentario