Un encuentro con realizadoras cubanas que concursan con largometrajes documentales en el 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano tuvo lugar en la Sala Sancti Spíritus del Hotel Nacional de Cuba, sede de la cita fílmica.

Marilyn Solaya presenta En busca de un espacio; Katherine Gavilán, Brouwer, el origen de la sombra, y Rosa María Rodríguez Pupo, Órgano.

De la valentía, una característica femenina, se habló al inicio, y de cómo esta dialoga y contribuye a sus documentales.

Katherine expresó: «Yo creo que gracias a la valentía las mujeres hemos ganado mucho terreno en el mundo, y en Cuba, en particular, hemos seguido siendo siempre “mujerangas”, como se usa en el más común de los términos. Y no solo nosotras como realizadoras, sino la mayoría de las cubanas somos multifacéticas y capaces de hacer muchas cosas».

Brouwer, el origen de la sombra, llega al certamen precedido del premio compartido al Mejor Documental en la pasada edición de la Muestra Joven del Icaic. El audiovisual explora la cotidianidad y la obra del maestro, quien aborda con una mirada aguda y cuestionadora su vida y algunos asuntos que le preocupan de su contemporaneidad.

«En el caso Brouwer, el origen de la sombra se unieron dos valentías: la mía y la de Brouwer; esas dos valentías se mezclan para lograr el documental», aseguró Gavilán.

Marilyn Solaya con En busca de un espacio, reivindica el papel de las mujeres en la cimentación de la nación, conecta el pasado con el presente y refleja la lucha perenne de las féminas por alcanzar el lugar que merecen en las sociedades.

«En el mundo entero ahora mismo se está rescatando la memoria histórica feminista (…) y en Cuba conocemos a nuestras precursoras del feminismo: Ana Betancourt, Mariana Grajales, Gertrudis Gómez de Avellaneda; pero de 1901 hasta 1959 muy pocas mujeres se conocen en su empeño feminista, y Cuba fue uno de los países pioneros del movimiento feminista y sufragista», recordó Marilyn.

Las mujeres cubanas hicieron aportes significativos en este sentido e impulsaron definitorias leyes como la que les permitió administrar sus bienes, en 1917, la del Divorcio de 1918, la del Aborto de 1936, así como el decreto de 1934 que abrió paso al sufragio femenino.

«Las mujeres eran una fuerza política importante, sin embargo es una historia totalmente invisibilizada que no aparece en los libros de texto, por tanto es un buen argumento para una película», recalcó.

En cuanto a la importancia del tema en los tiempos que corren, la reconocida cineasta y activista por los derechos de la mujer advirtió: «En estos momentos en que la derecha se impone en Latinoamérica y en el mundo entero yo creo que es importante que las mujeres, que somos la mitad de la población del mundo entero, nos preparemos, estemos alerta porque cuando hay este tipo de retrocesos los primeros derechos que se ponen en juego son los de las mujeres».

Consideró igualmente que el cine cubano se merece «historias de mujeres reales, de mujeres de verdad, de mujeres transgresoras, que no son objetos, que van más allá de gustar o de casarse, que tienen un proyecto de vida más allá del proyecto familiar, que también es importante».

Rosa María Rodríguez, por su parte, subrayó la fuerza actual del documental hecho por mujeres en Cuba, muchos de los cuales compiten en el evento, «y sí, hay mucha valentía por parte de nosotras al asumir este trabajo que siempre se asocia a una labor ruda y por hablar de temas de los que no se habla».

Órgano, rescata la rica historia del Órgano Oriental de los Hermanos Ajo de la provincia de Holguín, a través de las personas encargadas de que el legado de este conjunto se mantenga vivo. Premio en la categoría de Cine en Construcción en la XIV edición del Festival Internacional de Cine de Gibara.

Marilyn añadió: «Lo que no está en la pantalla no se ve, históricamente el talento femenino ha estado invisibilizado»; y explicó que es al género documental al que en la actualidad las mujeres cineastas de Latinoamérica tienen más acceso porque requiere de menos presupuesto, pero que es muy difícil para una mujer lograr que se valore su proyecto de largometraje de ficción pues el cine sigue siendo hecho por hombres.

Al referirse a oportunidades, igualdad y equidad, Marylin Solaya declaró:

«¿Qué tiene que existir? Bueno, una Revolución, de hombres y mujeres, como esta; un Ministerio de Cultura y una política cultural para hombres y para mujeres; tiene que haber un instituto de cine que lo tenemos, fue la primera institución que creó la Revolución; escuelas de cine, tenemos dos; egresadas, también; mujeres con muchos proyectos debajo del brazo… ¿lo que queda? La sensibilidad, la voluntad de los decisores para que nosotros podamos hacer los proyectos».