El golpe en Venezuela no lo dio
el Presidente Maduro sino que lo viene dando la propia Asamblea Nacional desde
su instalación en enero del 2015, al afirmar que en 6 meses sacaría del
gobierno a Nicolás Maduro. El último intento de golpe se consumó hace 2 meses
al declarar abandono del cargo y desconocimiento del Presidente, a pesar de que
éste se mantenía y se ha mantenido día y noche trabajando en Miraflores.
Hoy la Asamblea denuncia que con la decisión de la Sala Constitucional del TSJ
de asumir algunas funciones del Parlamento debido a que éste se mantiene en
desacato, Maduro ha consumado un golpe de Estado. De inmediato y casi simultáneamente,
la derecha internacional e imperial ha saltado aduciendo un autogolpe de
Estado y exigiendo una intervención inmediata en Venezuela.
Cabe aclarar que en Venezuela
existen 5 poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Ciudadano, que
funcionan de manera independiente y autónoma, pero que la Constitución
establece inteligentes contrapesos para que ninguno de ellos avasalle a los
otros. En todo caso, el régimen político no es Parlamentario, sino
Presidencial; y la única instancia a la que deben obedecer todos es la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que es "el máximo y
último intérprete de la Constitución" y sus interpretaciones son
vinculantes para el Tribunal Supremo como un todo y para el resto de los
poderes. (Art. 335)
Entre sus atribuciones está
declarar la nulidad de los actos emanados de cualquiera de los poderes que
colidan con la Constitución y suplir las omisiones del legislador cuando haya
dejado de dictar las normas o medidas indispensables para garantizar el
cumplimiento de la Constitución (Art 336).
En virtud de esos artículos y en virtud del continuo
desacato de la Asamblea Nacional a ejecutar la sentencia del TSJ de
desincorporar a 3 diputados impugnados por fraude electoral e ilegítimamente
incorporados por la directiva de la Asamblea Nacional en julio del 2016, lo
cual hace todas sus sesiones ilegales, la Sala Constitucional ha tomado la
decisión de asumir algunas funciones de esa Asamblea en desacato, a los fines
de asegurar la paz y la marcha del Estado, hasta tanto esa situación de
desacato sea subsanada.
Teniendo estos antecedentes en cuenta, la verdad es que no hay golpe de
Estado puesto que no hay desplazamiento del Poder Legislativo ni destitución de
ningún legislador ni disolución del mismo. Técnicamente el TSJ sólo
está asumiendo de manera accidental y coyuntural las funciones de la AN para
cubrir el vacío legal producido por más de un año de ausencia de la AN por
autoanulación y desacato a la sentencia que lo obliga a la desincorporación
de los 3 diputados que la directiva anterior, en actitud prepotente, juramentó
bajo la falsa afirmación de que la Asamblea era el poder supremo y no tenia por
qué obedecer dictamen alguno de ningún otro poder.
Finalmente, no hay golpe de Estado porque de hecho el Parlamento puede volver
autónomamente a sus plenas funciones en sólo dos días, si quisieran, con tan
sólo desincorporar a los 3 diputados impugnados y salir del desacato. Todo lo
demás es parte de la misma estrategia del Dpto de Estado de satanizar al
gobierno bolivariano y justificar la intervención.
Saludos compatriotas
--
Carmen Bohórquez
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