La Biblioteca Nacional de Cuba fue testigo de aquella inolvidable cita de Fidel Castro con los más destacados artistas e intelectuales de la época. El histórico encuentro de junio de 1961, constituyó el punto de partida de la política cultural de la Revolución cubana e incentivo para que unas semanas después, se constituyera la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), una organización que desde sus inicios ha apostado por un camino firme para el desarrollo cultural del país. Surgía así un espacio de pensamiento y diálogo cultural que nucleó desde aquellos primeros años de la Revolución a voces esenciales del arte y la creación en Cuba, con el objetivo de preservar el proyecto de justicia social e independencia cultural.
La organización de la vanguardia artística cubana se ha nutrido de voces imprescindibles del panorama cultural de la isla desde sus inicios con nombres como Nicolás Guillén, Roberto Fernández Retamar, José Lezama Lima, Alejo Carpentier, Virgilio Piñera, Argeliers León, Harold Gramatges, Fayad Jamis, y muchos otros que han enaltecido esta organización como Miguel Barnet, Graziella Pogolotti, Nancy Morejón, y nuevos rostros que día a día ponen el alto el prestigio de la UNEAC, como un espacio de encuentro e intercambio de nuestros más relevantes creadores, que también abre sus puertas a reconocidos intelectuales que desde otras latitudes han llegado a isla.
A 59 años de su fundación, la UNEAC se mantiene firme a sus principios de preservar y salvaguardar lo más auténticos valores de la cultura cubana, ha mantenido un trabajo ascendente en la promoción y visualización de la obra de sus artistas, ha fomentado la interconexión de sus miembros en la búsqueda de una organización en tono con su tiempo y la sociedad, y ha creado puentes entre los creadores cubanos y la producción intelectual de otras regiones.
Cada uno de sus congresos han constituido espacios vitales para el diálogo y el análisis de la vida cultural de nuestro país. Han sido momentos de discusión sobre el funcionamiento y camino a seguir por la organización, pero también ocasión para repensar la cultura al servicio de nuestro pueblo. Su IX Congreso fue evidencia de ello, y convocó a seguir adelante en el empeño por defender las expresiones más radicales de la cultura cubana.
En el camino a las seis décadas de la fundación de la UNEAC, la organización de la vanguardia artística cubana, integrada ahora por diversas generaciones, consolida su trabajo y se mantiene firme a su compromiso con la Revolución cubana y su pueblo.
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