Imprescindible a todas luces, resulta la participación del Museo Nacional de Bellas Artes en cualquiera de los más importantes eventos que, vinculados a las artes visuales, se realizan en la capital.

La Bienal Internacional del Humor Político que se desarrolla por estos días no podía ser una excepción, máxime cuando se trata de la primera edición del evento, en la que en cierta medida se impone ir a las raíces de la expresión.

“La esencia de esta exposición es ir a la tradición ya que en el resto de las jornadas el evento aborda muchas aristas de artistas contemporáneos, en tanto nosotros vamos a manejar nuestros fondos históricos.

De esta forma hemos hecho un recorrido desde el dibujo satírico de la prensa del siglo XIX, como La Política Cómica y otros importantes rotativos, donde está de cierta manera la génesis del humor político y gráfico en Cuba”.

Así explicó al Periódico Cubarte el propósito de esta muestra Yahíma Rodríguez Pupo, especialista del MNBA, encargada de la curaduría de la muestra titulada “Bitácora del Látigo con Cascabel” prevista para inaugurarse el próximo viernes, como parte de una jornada que se desarrollará en esa institución, dentro del programa de la I Bienal Internacional de Humor Político, cuya clausura será el venidero día 28.

“Es decir, se trata de un recorrido desde dichas publicaciones y de un paneo de lo más representativo de la etapa republicana, como son los personajes de Liborio, El Bobo de Abela, El Loquito de Nuez y luego las obras de este último después del triunfo de la revolución, así como las de Fornés. En fin, de importantes caricaturistas que han ido trazando la historia del humor gráfico cubano”.

Apuntó Rodríguez Pupo, quien ha estado vinculada a otros proyectos de la Bienal, como la muestra central abierta al público actualmente en la Galería 23 y 12.

“Y eso en el sentido también en que nos lo permite nuestra propia colección que es una colección pequeña, pues en los años 80 Bellas Artes cedió parte de sus fondos para la creación del Museo del Humor de San Antonio de los Baños; aunque por suerte nos han quedado estas obras que permiten realizar tal despliegue.

En resumen, se trata de eso: hablar de nuestra propia tradición y connotar aquello que decía Martí acerca de que el humor es un látigo con cascabeles en la punta. Ese humor que está siempre pulsando los límites, lidiando con la censura, hablando de temas a veces un poco incómodos, siempre como respuesta a determinado contexto.

Por ejemplo, en el caso de la prensa del siglo XIX a nosotros nos puede parecer inconcebible cómo se hablaba de los mambises; el modo satírico en que se trataban a ciertas figuras, lo cual respondía a los intereses del periódico en el que se estaban publicando.

No obstante, me parece muy interesante poder echar al menos un vistazo a lo más icónico de la historia del humor gráfico y también que se haga desde el Museo Nacional de Bellas Artes, del que siempre se dice que no exhibe humor, que no exhibe carteles”.

Además de la exposición que podrá ser visitada solo durante el venidero fin de semana en la galería del Patio del Edificio de Arte Cubano, en la mañana del próximo viernes se desarrollará un Coloquio en el Teatro del MNBA, en el que estarán como conferencistas los críticos de arte Lic. Axel Li y Surnai Benítez Aranda, quienes abordarán las obras de Eduardo Abela y Adigio Benítez, respectivamente.

También se hará la presentación de una Carpeta con reproducciones de algunas de las obras de la Colección del Museo, la cual fue realizada en el Taller de Serigrafía René Portocarrero. Al respecto, la especialista acotó:

“La carpeta de serigrafías, de la que se hizo una tirada de cien, es importante también. Para ella se realizó una selección de siete importantes caricaturas de nuestra colección, en las que están los personajes de Liborio, el Bobo, el Loquito; el Doble nueve, de Conrado Massaguer que fue la obra más difundida internacionalmente durante la Segunda Guerra Mundial. En realidad, una joya que tenemos ahora el lujo de poder reproducir.

Esta carpeta también se va a comercializar con un precio preferencial por ser el día de la presentación. Luego se podrá adquirir en la tienda del Museo y en otros espacios de la Bienal”.

A lo que añadió, antes de concluir:

“Todo esto me parece trascendental, en aras de rescatar la colección institucional y la expresión artística en su totalidad”.