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“La suspensión del deseo”


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Con La suspensión del deseo quedó inaugurado el pasado 28 de octubre el mes de la Fotografía de La Habana. Los dos salones de la planta baja del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), cita en la conocida esquina de San Ignacio y Teniente Rey en la Plaza Vieja, acogieron esta exposición curada por la cubana Nahela Hechevarría y la estadounidense y Susan Caraballo y conformada por una selección de fotografías y videos contemporáneos de 4 artistas cubanos y de otros siete residentes en Estados Unidos.

“El cuerpo como modelador y transformador de espacios físicos e imaginarios, desde una perspectiva cultural y social”, resultó el eje temático alrededor del que se construyó este catálogo de la fotografía contemporánea en su diálogo enriquecedor con el performance, las intervenciones espaciales y el videoarte, como documentación o memoria visual.

    

Al traspasar la puerta del más pequeño de los salones, entre las dos A Morphis Grey y las electroputas (2016) de ese escrutador social que es el fotógrafo Leandro Feal Bonachea (Cuba, 1986), entramos de lleno a la representación de la “interacción social no exenta de conflictos entre géneros y condiciones sexuales diversas” [1]. Son las poses de un travesti abrigado/expuesto al metálico brillo del mundo industrializado. Otras son las humildes realidades resumidas en las composiciones S/T (2013) y Caibarién (2015) de Arien Chang (Cuba, 1979), instantáneas marcadamente antropológicas, como las cinco impresiones (B/N) que captura el reconocido artista del lente Juan Carlos Alom (Cuba, 1964), memoria visual del performance colectivo que resulta el ritual afrocubano en el que participa.

Alejandro González (Cuba, 1974) por su parte, aprieta el flash frente a sus reconstruidas escenas 7 de julio de 1989 y 9 de noviembre de 1989 (2012), y si lo hace con un sentido épico, no es para nada el más tradicional y conocido de la fotografía cubana. Es otro el gesto y la intencionalidad en estos dos fragmentos “descongelados” de la historia del Socialismo Real: la caída Muro de Berlín y el juicio televisado de la “Causa 1” que condenó al general Ochoa.

En la sala Almacén, la fotografía reina más de la mano de la interdisciplinaridad medial y de fuentes teóricas. En unos casos es “suspendida” como en la auto-puesta en escena On the dining table (2013), de la serie “Pictures Inside Me” de Sebastian Kusenberg (Alemania, 1958), con la que explora el paisaje infinito del absurdo, o las de Clare Rae (Australia, 1981), devenidas documentación de su proyecto performativo en los espacios públicos y privados de la Galería Nacional de Victoria (Internacional), en Melbourne; con el que la artista-modelo, al intervenir las estructuras arquitectónicas y otros objetos habitualmente no expuestos o prohibidos a los visitantes de una galería, cuestiona o subvierte toda normalización arbitraria y asfixiante del humano, ciudadano, artista. En igual sentido las fotografías del residente en New York, Alex Villar (Brasil, 1962), resultan sugerentes metáforas visuales al capturarse en gestos absurdos o en situaciones espaciales ambiguas; en Overtime (file cabinet) el artista “posa” el letargo de su cuerpo ensimismado en la estrecha gaveta de un archivador.

     

Las vemos animadas (stop-motion) en Good Girl and the other (2008), donde Rae y su copia, juegan infinitamente en el estrecho espacio de una cabina-comedor, para investigar sobre la naturaleza binaria de los estereotipos, pues como argumenta la australiana: “La buena chica es un motivo recurrente omnipresente en la cultura y la sociedad, en mi trabajo busco complicar o subvertir las nociones simplistas de la feminidad” [2]. O es video como en el The Moment, de la artista Ariel Baron-Robbins (EE.UU., 1983) que documenta una de sus psicogeografías, con la que, siguiendo al francés Guy Debord, experimenta a través de su cuerpo sobre el uso de la subjetividad para explorar el espacio; el loop Planas (lines) (2014) de Crack Rodríguez (El Salvador, 1980), donde lo vemos caer infinitamente de un pupitre escolar; o el de Martin Touzon (Argentina, 1985) donde se reproduce al artista abriendo un agujero en la pared que separa el departamento de arte de su universidad y una plaza pública, poniendo a prueba Toda la continuidad que este mundo puede soportar (2013). Potentes alusiones a la insubordinación y la persistencia.

En Are you ok Havana? (2015) de la artista cubanoamericana Antonia Wright (EE.UU., 1979), el video intenta retratar, a través de un happening documentado, la fisonomía solidaria de esta ciudad. La artista, llorando en una céntrica esquina de La Rampa, captura las respuestas de los que pasan y así “explora el concepto de estructura social y diagnostica nuestras normas de comportamiento dentro de diferentes sistemas”. [3].

Buena exposición que inauguró este “Noviembre fotográfico”, que coordinado por la Fototeca de Cuba y bajo el auspicio del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, pretende mostrar no solo la fotografía que se hace en la Isla, sino su constante interactuar con el arte contemporáneo e internacional.

 

 

Notas:

[1] Textos del catálogo, “La vida reimaginada”, de Susan Caraballo y “Del cuerpo a la escena: suspendidos…” de Nahela Hechevarría.

[2] http://www.clarerae.com/work/good-girl

[3] http://www.antoniawright.com/projects/1/57.mfw

 


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