Los guías del movimiento contestatario cubano tuvieron, desde el siglo XIX, la visión especial de entender la cultura como un factor imprescindible para coadyuvar a que los sectores populares, y en especial los trabajadores, entendieran el mundo en que vivían y de ese modo pudieran enfrentar, con mayores certezas y efectividad, las calamidades que aquellos sistemas socioeconómicos, esclavista o capitalista, con su carácter asimétrico, les imponían.
Muchas han sido las publicaciones que, desde La Aurora y El Productor, hasta el actual periódico Granma, han desplegado tan enorme servicio.
El primer Partido Comunista de Cuba (PCC), desde su fundación en 1925, dedicó enormes esfuerzos a la publicación de materiales divulgativos, orientadores o instructivos. Periódicos, revistas, tabloides, sueltos, etc., no faltaron, ni siquiera en los momentos más difíciles de su casi constante clandestinidad. También publicaban sus documentos y materiales partidistas y hasta los textos más importantes de los clásicos del marxismo leninismo.
En la década del 30 del pasado siglo se agudiza el avance del fascismo, que conduce a la Segunda Guerra Mundial. Frente a éste se alistan las fuerzas que, con diferentes grados de compromiso, comenzaron a enfrentarse al totalitarismo nazi fascista. Simultáneamente crece el papel de las fuerzas revolucionarias frente a la ofensiva hitleriana y los complejos problemas que debía afrontar cada país para enfrentar a sus reaccionarios nacionales. En esa coyuntura la dirección del primer PCC, como una forma más de dotar, a sus dirigentes y al pueblo interesado en general, de los argumentos ideopolíticos necesarios para enfrentar la ofensiva de la reacción, acordó editar una nueva revista que cumpliera esos fines.
Con el nombre de Fundamentos, la misma comenzó a circular, con frecuencia mensual, en abril de 1941, entendida como órgano teórico del primer partido de los comunistas cubanos. Su director fue Blas Roca, Secretario General del PCC.
La misma tuvo, como principal objetivo, la educación teórica y práctica de los militantes y conductores del Partido, y la formación de los dirigentes del movimiento popular.
Fundamentos se convirtió rápidamente en un formidable vehículo para la correcta orientación de los comunistas y el resto de las fuerzas revolucionarias en la lucha ideológica, misión que cumplió al difundir la literatura marxista? reflejar la actividad del Partido y de la Confederación de Trabajadores de Cuba? informar acerca de las experiencias y orientaciones de los partidos comunistas y las organizaciones obreras de distintos países y analizar los problemas más importantes de la situación internacional.
Desde el primer número, sus páginas fueron trinchera de denuncia del carácter imperialista de la II Guerra Mundial y el objetivo de convertirla en una cruzada mundial contra la Unión Soviética. Tras el inicio de la invasión nazi a la URSS, hace también 75 años, reflejó la transformación del carácter de la guerra, convirtiéndose en un conflicto bélico de liberación nacional de todos los países que fueron agredidos por las fuerzas fascistas. ¡Todo para derrotar al fascismo! se convirtió en la expresión de lucha de los sectores populares en Cuba, y de respaldo a la URSS.
Dicha revista también publicaba todo lo relacionado con las reuniones, planes, asambleas nacionales, acuerdos y algunos elementos de la vida interna o respecto a la posición del Partido ante determinados aspectos de la situación política nacional.
Como órgano de la vanguardia del proletariado cubano, Fundamentos popularizó la labor de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) y publicó los materiales de las reuniones más importantes de la confederación obrera y sus sindicatos nacionales.
Orientó a los trabajadores con amplitud en su lucha por mejoras económicas y sociales, por el respeto a sus derechos y por mejores condiciones de trabajo y de vida, aún en medio de la coyuntura bélica.
A partir de 1947 sus páginas también fueron trinchera para el desenmascaramiento de la aplicación en Cuba de la política imperialista de la Guerra Fría, el enfrentamiento a la arremetida brutal contra la unidad sindical, la caída de los salarios y el empeoramiento del nivel de vidas de los obreros y campesinos pobres.
Durante esos años recogió en sus páginas esclarecedores trabajos sobre la imposición del cetekarismo en el movimiento sindical. Se denunciaba la persecución y asesinato de los dirigentes obreros y comunistas, y orientaba las pautas a seguir para el enfrentamiento a la ofensiva enemiga.
No faltaron la solidaridad y la divulgación de la actividad de los pueblos que habían iniciado el camino hacia el establecimiento del socialismo? los éxitos de la URSS y su papel en la consolidación de una paz duradera en el mundo, accionar que daba continuidad a la derrota del fascismo.
Tras el golpe de estado del 10 de marzo de 1952, perpetrado por Fulgencio Batista, comenzaron las vicisitudes para la revista. Si bien los comunistas cubanos no renunciaron a su publicación, cada vez se hizo más difícil su tirada, al extremo de que, entre 1957 y 1958, sólo pudo publicarse un número.
En febrero de 1959, un mes después del Triunfo de la Revolución, vuelve a la luz el órgano teórico del Partido Socialista Popular (PSP), pero con los objetivos que correspondían a una nueva etapa de la publicación.
Sin abandonar la divulgación de aspectos teóricos del marxismo leninismo y de la actividad de los partidos comunistas de otros países, Fundamentos fue esencialmente un vocero de la Revolución triunfante, y con sus trabajos contribuyó al esclarecimiento y fundamentación de la razón de ser de la Revolución Cubana, con un basamento fuertemente unitario.
A partir de ese momento, Fundamentos, bajo el postulado de que ¡Hacer avanzar la Revolución es una manera de defenderla!, apoyó incondicionalmente al Gobierno Revolucionario en la tarea de consolidar la independencia y la soberanía de la nación hasta julio de 1961, cuando dio paso a una nueva publicación, Cuba Socialista. La misma, con diversas etapas, nos acompaña hasta hoy.
Los 175 números de la revista Fundamentos, al reflejar en apretada síntesis gran parte del accionar heroico del pueblo de Cuba, ha devenido en fuente imprescindible para el conocimiento y estudio de la historia revolucionaria de nuestra patria.
Nota:
El primer Partido Comunista de Cuba (PCC), a lo largo de su historia, asumió distintos nombres, de acuerdo a las necesidades de la lucha. Así, desde el 13 de agosto de 1939 comenzó a denominarse Partido Unión Revolucionaria Comunista, y en enero de 1944 asumió el de Partido Socialista Popular (PSP) hasta su disolución el 24 de junio de 1961.
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