La historia de la relación entre la fotografía y la Revolución Cubana se remonta a los mismos inicios de esta última. Comenzó tan temprano como en 1955, cuando Fidel Castro, acompañado del periodista Vicente Cubillas visitó, en Nueva York, al fotógrafo emigrado Osvaldo Salas para que este le hiciera algunas fotos y también a Juan Manuel Márquez, uno de los lugartenientes del movimiento revolucionario. Las fotos de los actos de recaudación para comenzar la lucha guerrillera y de agitación política realizados en la ciudad norteamericana, dan fe de ello. Para Fidel la fotografía era una herramienta de trabajo, en la Sierra Maestra documentaron el proceso de la guerra cual crónica histórica que fue celosamente guardada para que no se perdiera en la posteridad. 

Pero, sin duda, fue después de enero de 1959, que esa confianza de Fidel Castro en el poder movilizador de la fotografía, encontró un cauce extraordinario. Las imágenes del triunfo, de los primeros momentos de la consolidación del poder revolucionario, las batallas de Playa Girón (o de Bahía de Cochinos), las tensiones de la Crisis de Octubre (o de los Misiles), las grandes manifestaciones populares, los rostros de los héroes y las batallas económicas y culturales, todos esos hechos cardinales de los años sesenta del siglo pasado, fueron registrados por un grupo de notables fotógrafos que construyeron toda una crónica de la revolución. Fidel Castro los animó y estimuló, les brindó el periódico Revolución, donde personalmente discutió con ellos ideas de diseño e imagen (después la revista INRA, más tarde devenida Cuba). Los llevó como fotógrafos acompañantes en sus constantes e infinitas giras por el país y en los viajes al exterior. Esto facilitó el registro fotográfico de un amplio espectro de la vida de Cuba en revolución, con las ideas más modernas en cuanto a publicidad gráfica y política. Tal conjunto de imágenes se ha conocido posteriormente como “fotografía de la épica”.

Este preámbulo explica un tanto la sustancia de un libro recientemente presentado en el Centro Fidel Castro, el cual recoge numerosos instantes de la intensa vida política del líder cubano. Me refiero a Fidel es un país, con imágenes de la autoría de Jorge Valiente (1936-2019) y texto acompañante de la periodista Sahily Tabares, está dividido en nueve capítulos, correspondientes a diversas facetas de la actividad del dirigente. Publicado por la Casa Editora Verde Olivo y presentado por primera vez en la Feria del Libro de 2018, cuenta con un prólogo del reconocido historiador Pedro Pablo Rodríguez.

Valiente, uno de los fotógrafos que se dieron a conocer a finales de los años sesenta y se hicieron visibles en la década siguiente, registra en el libro las intensas actividades del Fidel mandatario, su relación con las personas del pueblo, sus actividades en las esferas científicas, culturales y agropecuarias, la atención a visitantes extranjeros (Brezhnev, Allende, Chávez, etc.), los gestos característicos de su personalidad y otros tópicos de interés visual. En importante apreciar en el libro los encuadres y los ángulos desde donde registró el artista las imágenes, donde capturó los signos de carácter del modelo, lo que es su sello personal, y lo que dota de interés particular a un libro de fotografía, es decir, el estilo del autor.

La obra fotográfica de Valiente es bien reconocida en el gremio de los fotorreporteros cubanos, pues dedicó su vida (cinco décadas de trabajo) y talento a la imagen y al periodismo gráfico. Sus trabajos sobre el Ballet Nacional de Cuba y Alicia Alonso son de una calidad notable. Igualmente, destacan sus fotografías sobre la ciudad de La Habana, sus gentes, calles y coches antiguos. De formación básicamente autodidacta (estudió un curso por correspondencia en el Instituto de Fotografía de Nueva York), trabajó durante décadas en los periódicos Revolución y Granma (de este fue fundador). Impartió clases y talleres en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana y en la Universidad Autónoma de República Dominicana.

Sahily Tabares, compañera en la vida y el trabajo de Valiente, acompaña eficazmente con sus textos las imágenes del libro. La curtida periodista, especializada en temas culturales (en particular en la revista Bohemia) y especialmente de temáticas referentes a la televisión y el cine, produce con sus palabras la necesaria articulación entre el signo y la letra. La pareja Sahily Tabares-Jorge Valiente poseen varios títulos en su haber: Habana mía, 2019, e-book, y Alicia Alonso y las maravillas del ballet, 2022.