El tercer número del año 2015 de La Gaceta de Cuba, perteneciente al bimestre mayo-junio, fue presentado en la tarde del miércoles 8 de julio en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC. En esta ocasión el tema de su principal dossier se ha dedicado a la polémica tríada Béisbol, cultura y nación, con la mirada puesta en el interés de declarar a nuestra “pelota” como patrimonio inmaterial de la nación cubana.
Lo mismo leyéndola de adelante hacia atrás que de atrás hacia adelante no hay manera de evitar la reflexión sobre lo que algunas personas llaman “el pasatiempo nacional”: la revista comienza con un roletazo de hit al jardín central que nos hace reflexionar sobre la influencia de este deporte en el arte cubano, específicamente en la plástica, con el texto de Félix Julio Alfonso sobre Reynerio Tamayo Fonseca, un pintor cubano que “juega al béisbol con alegría y le da a la bola en la costura con sus lienzos, trazos y pinceles”. Termina –como se espera que sea el fin espectacular del juego– con un jonrón de Iván de la Nuez que pone sobre el tapete una de esas encrucijadas que enciende pasiones entre la fanatizada deportiva cubana: ¿Fútbol o béisbol?, quedando claro que no se trata hoy de una pregunta tan sencilla como “¿muslo o pechuga?”, “¿carne o pescado?”.
Al presentar este número, el dramaturgo y narrador matancero Ulises Rodríguez Febles –de la tierra del “Palmar de Junco”, cuna de la pelota cubana, y quien ha tenido al béisbol como tema recurrente en sus obras– destacó “los extraños laberintos de la memoria de la nación” en que profundiza esta propuesta de la revista donde se conjugan señas, miradas, recuerdos, expectativas, narraciones… y hasta la crítica teatral.
Porque una vez puesta la bola en juego, a través de sus páginas se descubre una amplia variedad de perspectivas peloteras de la mano de reconocidos escritores cubanos, como la poesía de Carlos Esquivel, el cuento Sobre un curioso trazo de cal de Lionel Valdivia, los apuntes de Omar Valiño sobre la “teatralidad en la pelota”, los recuerdos de Domingo Alfonso Al mirar un juego de béisbol, la entrevista de Rafael Acosta de Arriba a Ismael Sené –miembro de la Sociedad Americana de Investigadores de Béisbol, de mucha importancia para el deporte a nivel regional incluyendo las Grandes Ligas, y reconocida autoridad entre jugadores y especialistas– que se revela como un extraordinario análisis sobre béisbol y cultura nacional, entre otros textos.
Como La Gaceta de Cuba nunca se ata a un solo tema, también se presenta en dossier a los ganadores de su XX Premio de Poesía y la Beca de Creación Prometeo de 2015, con sendos textos de Larry J. González y Jamila Medina Ríos; además de una Edición Limitada de una peculiar Colección de Textos sobre la Cultura Cubana Contemporánea que incorpora artículos de Marta Valdés sobre Leonardo Acosta y de Rosa Marquetti sobre Sergio Vitier.
Otras de las atractivas propuestas van de la mano de Dean Luis Reyes, con una extensa entrevista a Tomás Piard sobre esa área de la historiografía del cine cubano denominada “aficionada” –antes que se le tildara como “independiente”–; de Carlos María Domínguez, Jesús Írsula y Frency, quienes evocan la vida de tres grandes de la cultura mundial recientemente desaparecidos: Eduardo Galeano, Günter Grass y Rafael Soriano; y de Emir García Meralla, con una entrevista a Radamés Giro quien, a partir de su vivencia personal, realiza un detallado análisis de una parte importante del mundo musical cubano en la segunda mitad del siglo XX.
Como siempre, la sección dedicada a la Crítica nos brinda un panorama a varias de las más recientes producciones cinematográficas y literarias del país –con textos de Berta Carricarte, Dean Luis Reyes, José Raúl Fraguela, Geovannys Manso, Rolando López del Amo y Cristhian Frías–, acompañadas de las comúnmente frescas y útiles notas del acontecer cultural.
Ulises Rodríguez, al final de su presentación, llamaba la atención sobre la contraportada de este número de La Gaceta de Cuba con la obra The Catch, de Reynerio Tamayo, como representación de una “mixtura entre deporte, arte y ciencia” ante la importancia de no dejar caer la memoria. Porque de eso se trata La Gaceta de Cuba, de una invitación al análisis de las “perspectivas contradictorias de un fenómeno”, que al final se resume en la cultura cubana.
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